El frigorífico Coronel Moldes cuenta con dos plantas, una en la localidad cordobesa homónima y otra en Río Cuarto. Entre las dos faenan 14 mil vacunos y porcinos al mes. “Como empresa, es la de mayor faena en la provincia”, dijo Luis María Medina, directivo de esta firma que da servicios de faena a terceros y produce carne propia.
La planta de Río Cuarto la adquirieron hace cuatro año y es la que mas desarrollo viene teniendo. Allí funciona un Ciclo 2 donde se hace el desposte de las medias reses. La carne se envasa al vacío y una parte se comercializa en una local de venta directa al publico, donde la gente elige de una heladera qué corte quiere llevar sin que el producto sea manipulado por un carnicero.
“Allí tenemos una muy buena relación precio-calidad. Hace seis meses que lo abrimos y el crecimiento es continuo. Eso no es una carnicería sino un local de venta de carne”, explicó Medina.
Al respecto agregó: “Estamos convencidos de que la comercialización de carne va a cambiar, que va a seguir evolucionando. Muchos usuarios nos dicen que les gustaría que le entreguemos cuartos o cortes envasados”.
En Río Cuarto hicieron todo ese desarrollo porque también apuestan por llegar a la exportación. Lograron obtener certificaciones normativas internacionales que requieren los mercados más exigentes para habilitar el abastecimiento desde las plantas frigoríficas.
Ya cuentan con la habilitación para algunos países, pero esperan con ansiedad recuperar el permiso para acceder a la Unión Europa y además están en el pelotón de empresas que aguarda por la autorización de China. Se trata de los principales mercados para la carne argentina, el primero por valor, el segundo por volumen.
Mientras tanto, dice Medina, “abastecemos al consumo interno con la lógica con la que se atiende a la exportación”.
El enfoque que se le está dando a la planta de Río Cuarto implica derivar más faena de porcinos a la otra planta de Coronel Moldes, ya que los destinos de exportación no permiten que haya faenas mixtas en un mismo establecimiento. Allí también están terminando de construir un Ciclo 2 del que se saldrán cortes de carne porcina.
Además de avanzar en el agregado de valor de la producción de carne, en esta empesa hicieron remodelaciones en las instalaciones y maquinarias necesarias para los procesos productivos, en las oficinas administrativas y en los servicios a los empleados como el comedor o los vestuarios. “La inversión fue de varios millones de dólares”, dijo el directivo.
Medina destacó la renovada fortaleza del consumo local y al mismo tiempo resaltó los problemas y oportunidades que ven en la exportación de carne vacuna.
“El consumo interno se fortaleció y lo vemos en nuestras faenas. En ese sentido venimos bien, pero la exportación pasa por un momento complicado, más que nada por el encarecimiento de los costos y la cuestión cambiaria. Creo que se debe trabajar más hacia a adentro, en la eficiencia del sistema argentino para que el negocio rinda. Hay que achicar costos”, señalo.
Pero también cree que hay muchas oportunidades en el mercado mundial: “Asia cada vez va a demandar más carne. No sólo va a crecer China sino todos los países de Oriente donde viven las dos terceras partes de la población mundial. Y Argentina tiene un gran potencial de crecimiento. Los otros países de la región ya explotaron ese potencial, Argentina todavía tiene mucho para crecer”, concluyó.