“La empezamos en 2004, con un colega y amigo. Nos pareció que había una oportunidad, conseguimos los recursos y empezamos esta iniciativa”, prologa Michael Carroll, agrónomo, ex funcionario del Banco Mundial, relatando los inicios de La Alianza del Pastizal. Se trata de una suerte de cofradía que ya reúne unos 700 ganaderos de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Son los que han decidido hacer una ganadería sobre pastizales naturales de esta región, aplicando manejos cuidadosos con el medio ambiente.
Carroll, en una entrevista con Bichos de Campo, muestra satisfacción por tantos progresos en menos de veinte años de historia. “De la manera cómo se está captando gente, que se está acercando, ya es ‘un movimiento’ de gente que se interesa por esta combinación de conservar y proteger, que es básicamente lo que La Alianza plantea. Cada año vemos avances, madurez y más visión”, completa.
“Es muy interesante e innovador, y es trasnacional, son pocas las ‘iniciativas’ que involucran a más de un país”, remarca, para destacar que “siempre se pensó que a esto (la región) había que considerarlo como un solo bioma”. De hecho, el bioma Pampa empieza en Brasil, pasa por Paraguay, abarca casi todo Uruguay y una buena parte de Argentina. “Desde el punto vista biológico y ecológico, es un solo bioma”, insiste Carroll.
Mirá la entrevista completa:
Michael remarca que “a pesar de que hay una alianza entre productores de varios países, lo más importante es que es una alianza entre biólogos, ONGs, gente que trabaja con una visión de sociedad civil para solucionar problemas, y productores que tienen que ganar plata. Haberlos juntado, y que el biólogo entienda que no todo puede ser biológico y que el productor entienda que no todo puede ser ganancia de plata, es casi una quimera”, mensuró.
“Conseguimos que se junte la biología, la conservación y el medio ambiente, con la producción. Generalmente a la producción no le importa el medio ambiente, y del otro lado no les importa que la producción sea sustentable”, dice ahora.
– ¿Cuáles son los indicadores que las permiten decir que van bien?
-Cada país es diferente. El elemento que nosotros tenemos para la parte biológica, es que esta iniciativa recibe financiamiento de una ONG que se dedica a las aves (Birdlife) y la salud del Bioma Pampa se mide a través del monitoreo de aves. Si en campo hay pocas aves es porque algo no está yendo bien. Los monitoreos que estamos haciendo cada vez son mayores y demuestran más presencia de aves, particularmente las que están en peligro de extinción.
En ese ejercicio, los ornitólogos recorren los campos, evalúan, y obtienes indicadores de las aves que hay en cada potrero. “Estamos viendo que los campos que estamos monitoreando muestran más aves y, especialmente, de aquellas que estaban disminuyendo la población. El ave cuando el hábitat no es bueno se va, porque no tiene qué comer; pero si se queda y se cría bien, es porque el lugar donde se está engordando al ganado también está criando aves. El hábitat es el mismo para los dos, donde engorda la vaca también vive bien el pájaro”.
Michael Carroll remarca: “El Bioma Pampa es uno de los pocos, o el bioma del planeta, donde podés producir en base a biodiversidad. Normalmente, si la cortas como al árbol del Amazonas se acaba la diversidad; acá al pasto se lo come la vaca y mejora el bioma. Hay experiencia dónde se han sacado las vacas y el pastizal se convierte en arbustal y se pierden las especies de la biodiversidad. La vaca es necesaria para que el Bioma Pampa siga existiendo, y si la manejás bien le sacas plata. No hay muchos biomas de donde podés sacar plata y al mismo tiempo les estés ayudando a preservarse”.
-Aunque han crecido en adeptos, deben ser una pequeña minoría entre los ganaderos del Mercosur, que además han intensificado muchísimo su producción… ¿Van ganando la batalla por la preservación de ese bioma, o ese bioma está en peligro?
-Este bioma está en serio peligro. Hay dos tipos de áreas de bioma: hay pastizal en suelos que no tienen aptitud agrícola, y eso los protege porque el productor no tiene otra opción, debe hacer ganadería. Donde el suelo es apto para agricultura, ahí es dónde estamos con problemas. El sur de Brasil es el más visible, donde se pierden 140mil hectáreas por año de pastizal, que se convierte a soja. Hemos perdido más de 1 millón de hectáreas en diez años”.
“En Uruguay hay menos suelos agrícolas y la gente hace ganadería por convicción”, apunta, para agregar que “se puede tener el bioma y degradarlo por mal manejo, entonces se produce poco y se gana poco, o tenés un bioma bien manejado, lo cuidas bien, aplicas fertilizantes, haces rotaciones, ponés potreros, entonces producís una buena cantidad de carne y vivís bien del bioma. No necesitas dedicarte a la agricultura”.
Pese a admitir que ellos conforman una suerte de Resistencia al avance de la intensificación ganadera, Carroll se muestra muy tranquilo y satisfecho. “Cuando empezó La Alianza era un grupo muy chico de productores y hoy somos más de setecientos, y la gente que lo está haciendo lo hace con mucho orgullo. A todos los gusta tener la placa en la tranquera; se suceden reuniones y cada vez hay más productores interesados”.
Y cree que esta persistencia ofrece resultados positivos. Por ejemplo cita que en Uruguay se presentó un proyecto de ley para que haya incentivos para conservar el pastizal, mientras se empiezan a ver otro tipo de movimientos e inclusive se atraen fuentes de financiamiento. En Brasil hay un banco que se interesó en ofrecer líneas de crédito especiales para el productor de pastizal, comparte esperanzado y convencido.
Michael cree que si finalmente se generalizan los pagos de bonos de Carbono “va a ser el gran pago por servicio ambiental que el productor reclama. Si la ganadería es buena y, además, le ponés bonos de Carbono, puede ser que alguno diga: ‘con esto no necesito la agricultura’. Ese sería nuestro sueño. La quimera total sería que alguien diga: me salgo de la soja y vuelvo a la ganadería. Hacia eso vamos”.
Muy interesante el sistema de sostenibilidad de la producción animal.
Donde puedo recurrir para tener más información y participar de dicha alianza.
Soy un pequeño productor sobre praderas naturales del Chaco Paraguayo