Por Matías Longoni.-
El presidente de la Nación, Mauricio Macri, llegó este sábado a la Exposición Rural de Palermo y se fundió en un apretado abrazo con el dueño de casa, el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Miguel Etchevehere. Tan apretado fue el abrazo, tanta coincidencia y aprecio existe entre ambos dirigentes, que de esa fusión nació un nuevo actor político: el “Mauri-chévere”.
A partir de ahí, como producto de esa génesis, los discursos se confundieron y, aunque fueron dos, bien podrían haberse resumido en uno solo.
Etchevehere arrancó homenajeando al fallecido líder de la Uatre, Gerónimo Momo Venegas. “Su coraje y buen criterio le permitieron reconocer que, para que abundara el empleo, era preciso que abundara la actividad del productor”, dijo.
Macri arrancó homenajeando al fallecido líder de la Uatre, Gerónimo Momo Venegas: “Un batallador y un creyente de lo más importante que tenemos que defender en nuestras vidas: la libertad”, dijo.
Y así seguimos. Los Grandes Campeones instalados sobre la arena de la pista central no entendían nada, pero de todos modos nunca lo hacen; aunque a veces valen más que las personas, son simplemente animales.
El “Mauri-chévere”, como se dijo, copó todo el escenario en la inauguración oficial de la 131° Exposición Rural de Palermo, donde fue muy aplaudido. Alguno podría pensar que se trata de un complejo cuadro de bipolaridad, pero le erraría feo: sea una u otra la personalidad que se encarne, esta extraña criatura siempre piensa lo mismo.
Destaca la labor del hombre de campo en medio de un año muy difícil para producir. “A pesar de las inclemencias climáticas que azotaron nuestro país, estamos frente a una cosecha récord”, dice la mitad E. “A pesar de todo lo que pasó nos llenaron de buenas noticias. Récord de cosecha histórica en la Argentina: total 137 millones de toneladas”, confirma la otra mitad, la M.
Ambos dos, o uno mismo, tienen la sana costumbre de contar esa mayor producción en viajes de camión. “Estas 12 millones de toneladas adicionales generaron 400 mil viajes de camiones adicionales: mas trabajo en estaciones de servicio, parrillas, mecánicos, repuesteros, en tantas cosas que se empiezan a mover a partir de la energía emprendedora del campo argentino”, dice Mauricio de aquel lado. “Para trasladar la cosecha, se necesitarán 6 millones de viajes de camión; y esto es empleo”, completa Luis Miguel, desde el mismo lado, aunque debiera ser desde un lado distinto.
El “Mauri-chévere” es enemigo declarado de los personeros del pasado, y no le creyó nada a la ex presidenta Cristina Kichner, cuando días atrás visitó un tambo de Lincoln para solidarizarse por la crisis lechera. El líder de la Sociedad Rural dijo que ellos están “lejos del cinismo de los responsables de la mayor crisis de la lechería que, haciendo gala de un repudiable oportunismo de campaña, creen que visitando a un productor pueden revertir los años en que nos dieron la espalda. No les creemos una palabra”.
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Tampoco se manifiesta como crédulo el líder del país rural. “No puedo creer cuando escucho a aquellos que gobernaron durante tantos años, que ahora vienen con distintas propuestas y partidos a decir que tienen soluciones cuando nos gobernaron y nos dejaron en ruinas. ¡No lo puedo creer!”
Uno y otro, o quizás otro y uno, acusan al anterior gobierno de haber dilapidado los recursos sin haber hecho casi nada en materia de obra pública. Ahora, en cambio, perciben que todo cambió. Etchevehere apunta que “se ha empezado a proceder con decisión en infraestructura vial, ferroviaria, portuaria, aerocomercial. Y con costos significativamente menores, en virtud del combate a la corrupción en la obra pública”. Macri una vez más dice lo mismo: “Las obras nunca más volverán a ser sinónimo de corrupción”.
Los dos consideran que cuanto mejor le vaya al sector agropecuario mejor le irá a todos los argentinos. “Cuando me dicen que les hemos dado una mano, yo no me siento cómodo con esa frase. Lo que hemos hecho es sacarle el pie de encima y el campo respondió con más trabajo y más empleo”, sostiene la mitad pública de este extraño personaje. “Después de años de obstrucción y desprecio, la política ha sabido ver en nosotros el hecho de que trabajamos para fortalecer nuestra nación; que nuestra prosperidad es la de la Patria”, le contesta la mitad privada.
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El “Mauri-chévere” elogia diferentes cosas, dos veces, en dos discursos, como para que quede claro: bi-elogio a la ley Pyme, bi-elogio al rol del Banco Nación y el Banco Provincia, bi-elogio a la Mesa de las Carnes, bi-elogio al acuerdo de cooperación firmado en la Comisión de Trabajo Agrario. Y bi-elogio al nuevo mercado de futuros ganaderos.
Las dos caras de esta criatura omiten de sus discursos, que es casi uno, los problemas que subsisten en el sector agropecuario. Y cuando no lo pueden hacer, como en el caso de la crisis de la lechería, demasiado instalada en la agenda pública, pasan rápido por el tema sin detenerse en las medidas que podrían aplicarse para paliar la situación de los productores.
Todo parece ser cuestión de paciencia. “Hay sectores, como la lechería y la fruticultura, cuya reacción es más lenta, a causa de una adversa coyuntura en los mercados internacionales, las inclemencias climáticas, pero sobretodo, como consecuencia de años de políticas hostiles, que generaron endeudamiento y descapitalización”, justifica Etchevehere.
De un lado y del otro impera la valentía. “Como nunca antes vamos a dar batalla contra la mafia del puerto, de los juicios laborales y del narcotráfico”, expresa Mauricio, y dice que no le temblará el pulso “hasta echar de la Argentina” a corruptos y narcotraficantes. Luis Miguel lo sostiene: “Nuestro porvenir depende de la eficacia con que libremos la lucha contra sus promotores, auténticos criminales con los que se debe terminar, cerrándoles nuestras fronteras y encarcelándolos en el país”.
Nuestro héroe, el “Mauri-chévere”, anuncia que están preparando en el Gobierno una reforma impositiva porque -según afirma su otra mitad- “el sistema impositivo debe estimular las inversiones, y no ahuyentarlas o impedirlas”. La tribuna los aplaude a rabiar: adora que ambos actúen como uno a la hora de pensar en cómo ganar competitividad.
Macri pide a los argentinos que le crean y lo acompañen. Etchevehere llama a votar no solo contra la ex presidenta Kichner sino que deplora a los otros “candidatos” que simulan ser diferentes cuando fueron parte de un gobierno anti-agro. El dardo va dirigido hacia Florencio Randazzo y Sergio Massa, ya que ambos encarnan dos opciones electorales que podrían terciar entre tanta polarización.
“Esto sólo se resuelve con trabajo de todos”, dice el lado E de este fenómeno.
“Solamente vamos a salir adelante si trabajamos juntos todos”, le confirma M.
muy buen tu comentario. espero que los lectores tengan la mente abierta para analizarla. yo solo agrego mi humilde pensamiento .esta mezcla mauri-chevere aspira a un pais como teniamos en 1900. abrazo.dios nos ilumine!!!
Allá por el 1900 cuando eramos primer mundo enserio? Antes del peronismo?
Efectivamente, antes del peronismo. En rigor, antes de la crisis de 1930, que destruyo el sistema mundial.
El 1900, cuando andabamos en bolas y alpargatas.
Creo que aspiran ridiculamente a un pasado al que no volverian perdiendo su calidad de vida actual.
Muchacho vuelva Ud. a rascarse los huevos en su mansion mientras sus esclavos a los que nunca les aportó se cagan de asco en las heladas o bajo 40 ° de calor por dos mangos que después se los sacaba en la despensa donde le vendia los viveres al doble de lo que los pagaba.