Contó Daniel Ploper, veterano investigador y funcionario de la tucumana Estación Obispo Colombres (EEAOC), que la semana pasada se realizó en el Centro Experimental de Anapo (en el Municipio de Cuatro Cañadas, departamento Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia) la Exposoya 2024, una exposición dedicada por completo al cultivo que también está avanzando en el vecino país.
En esa ocasión, la feria coincidió conque ANAPO (Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo) estaba celebrando sus 50 años de existencia y los 30 años de organización continua de esta exposición.
En esas celebraciones, se decidió hacer un reconocimiento a la Expermiental Obispo Colombres y a Lealsem como obtentores y representantes de la exitosa variedad de soja Munasqa, y “en virtud de su valioso aporte tecnológico para mejorar la productividad de soja de los productores bolivianos”.
Muchos desconocen esta historia que alguna vez Ploper contó en Bichos de Campo: la principal variedad de soja boliviana es de origen argentino. O mejor dicho tucumano:
Lo cierto es que después de 19 años de introducida, la variedad de soja Munasqa sigue siendo una de las variedades más sembradas en Bolivia. Por muchos años llegó a ocupar el 70% del área sembrada con soja en ese país. Ahora ha bajado a 45% de la superficie, en un descenso que se atribuye a la introducción ilegal en Bolivia de variedades de la soja Intacta, que pertenecía a Monsanto y no ha sido autorizada en ese país.
Munasqa fue liberada por la EEAOC en 2001 y los técnicos creadores fueron Mario Devani, Fernando Ledesma, María Zamorano y el propio Daniel Ploper.
Gracias a un convenio con la ANAPO, desde hace 19 años le Estación Obispo Colombres cobra las regalías correspondientes por el desarrollo de dicha variedad, que es algo que no siempre sucede con el resto de las sojas que se siembran en la Argentina, donde la falta de cumplimiento de muchas normas sobre semillas dificulta a los obtentores tener un pago justo por sus desarrollos.
De hecho, Ploper remarcó que la premiada variedad de soja creada en Tucumán no tuvo aquí la misma suerte que en Bolivia, ya que no se cobraron regalías por su siembra en el norte del país, donde Munasqa llegó a ocupar el 50% del área sembrada (entre 1 y 1,5 millones de hectáreas) hasta que se introdujo las variedades transgénica Intacta, que resistía tanto el ataque de plagas como la aplicación de herbicidas.