Las redes sociales están repletas de gurúes, entusiastas y fanáticos que hablan día y noche sobre las ventajas de invertir en criptoactivos, como el Bitcoin, cuando, en los hechos, no existe fundamento técnico alguno que permita proyectar tendencias de valor de los mismos, los cuales, al igual que el dinero fiat, tienen como sustento solamente la fe de sus creyentes.
Pero existe una herramienta que, si bien no tiene tanta prensa, es “oro” para los inversores que saben gestionarla. Estamos hablando de los futuros agrícolas, los cuales, debido a la enorme volatilidad que vienen registrando en los últimos tiempos, representan una oportunidad si se cuenta –claro– con conocimientos de la dinámica del mercado de los granos.
Entre el 8 y el 17 de noviembre pasado, por ejemplo, el valor de cierre del contrato Soja Rosario Enero 2022 del Matba Rofex pasó de 340,5 a 359,0 u$s/tonelada, es decir, una ganancia de 18,5 u$s/tonelada, la cual, multiplicada por diez contratos de 100 toneladas cada uno, representó una utilidad bruta de 18.500 dólares.
En términos porcentuales, se trata de una ganancia del 5,4% en apenas nueve días, es decir, más de un 210% en términos anualizados. Nada despreciable si se sabe, por supuesto, anticiparse a los “tiempos” del mercado.
El mercado internacional de commodities agrícolas viene registrando una variabilidad enorme no sólo debido a cuestiones productivas, sino fundamentalmente gracias a una explosión de la demanda asiática en general y china en particular.
Adicionalmente, el exceso de divisas de curso forzoso –producto de la emisión descontrolada realizada por las principales naciones del mundo– contribuye a afirmar el valor de las materias primas, aunque, en términos estrictamente técnicos, no es que “suba” el valor de tales activos, sino más que se deprecia la divisa que opera como referencia internacional (el dólar).
El último ingrediente para que todo se transforme en un cóctel de lo más movido es el factor político local, el cual, de acuerdo a los intereses coyunturales del gobierno de Alberto Fernández, puede operar como impulsor de bajas o alzas.
A diferencia de los criptoactivos, los fundamentos productivos, comerciales, geopolíticos, financieros y monetarios son posibles de identificar y monitorear, aunque no se trata por cierto de una tarea sencilla debido a la multiplicidad de variables en juego.
El ejemplo de la soja es uno entre varios, porque al observar la evolución –por caso– de las cotizaciones de los futuros de Trigo Rosario también se observa un auténtico “sube y baja” extremadamente volátil.