A Pablo Rivelli le gusta que lo llamen “chacarero”. Finalmente es un pequeño productor familiar, instalado en la ciudad de Venado Tuerto, que además de cultivar algunas hectáreas de maíz, soja y trigo, se dedica a la comercialización de semillas, una de las grandes agroindustrias radicadas en esa zona del sur santafesino.
Es Pablo, de todos modos, un chacarero algo particular. Motivado por el concepto de “capacidad ociosa” muy manejado en la industria, hoy busca cualquier espacio en desuso en su campo y lo convierte en una huerta agroecológica para producir alimentos de calidad, que consumen en familia y que también venden a los vecinos que se los solicitan. Así fue que nos encontramos al borde de una huerta en medio de un lote destinado a la agricultura extensiva, los granos.
“Yo tenía instalado un pequeño feedlot. Iba y veía con los corrales vacíos porque no teníamos hacienda, porque el número no daba. Entonces decía (mirando los corrales), esto acá sin producir nada y ahí empezamos con la huerta. Hicimos 14 hoyitos, pusimos 14 granitos de zapallito de tronco. Así empezamos. Ese concepto de la capacidad ociosa que no medimos, es algo que realmente a mí me atraviesa. Por ahí veo un lugar un espacio y pienso, qué podemos producir aquí”, comentó Rivelli.
Desde hace aproximadamente 8 años que este productor desarrolla huertas agroecológicas, que va extendiendo incluso en espacios que a simple vista no serían apropiados para este tipo de cultivos.
“Hago esto sin el concepto extractivo, porque falta producción de alimentos, de calidad”, dijo Rivelli a Bichos de Campo. Su empeño en esta actividad se basa en estudios hecho por la universidad local, donde se revela que “el 95% de los alimentos que se consumen en Venado Tuerto vienen de afuera de la ciudad”.
-Un ingeniero agrónomo desaprobaría este modo de producción que implementás. ¿Cómo haces para tener huerta agroecológica al lado de un cultivo convencional?
-Es ilógico, pero realmente se puede. Nosotros lo hacemos con todos los cuidados, y ahí es donde también creo que es importante saber. Hay muchos productos que bien utilizados no son perjudiciale. El problema a veces es cuando lo utilizamos mal. Me refiero a los agroquímicos en particular, que mal aplicados son un problema mayor.
Pese a que tanto él como su esposa se formaron en la ciudad y trabajaron en sus especialidades, la decisión de Rivelli de instalarse finalmente en el campo no fue tomada a la ligera. Él cree que sin dudas tuvo gran influencia su infancia y el nacimiento de su primera hija, un hecho que lo terminó de convencer para volver a instalarse cerca de Venado Tuerto y vivir como chacarero.
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“Sobre todo en el tema hortícola el concepto de estar en el lugar particularmente a mí me gusta, me llena de vida, de alegría hacerlo. Es muy importante estar de manera diaria. Entonces la chacra es lo que más fuertemente tengo incorporado, y seguramente debe venir de mi abuelo”, argumenta el productor, quien una vez de joven intentó estudiar economía y terminó cursando una tecnicatura en producción agropecuaria.
-Ahora que vas ocupando parcelitas en distintos lugares de tu predio para hacer esto huertas con distintos cultivos, ¿cómo definirías tu negocio?
-Siempre rotamos y hacemos por lo menos cuatro cultivos de hoja. En primavera-verano hacemos tomate, mayormente tomate cherry, porque soy fanático del cherry. La proyección es consolidar esta producción hortícola, si es posible hacerla crecer. Nosotros todavía estamos en el desarrollo de la marca, del nombre. Por ahora nuestro nombre es La Comarca.
Sobre este sueño familiar también contó Rivelli: “La Comarca tiene como concepto futuro una idea que traemos desde hace muchísimo año con mi esposa, la de un espacio, un lugar, en donde convivan la producción, con un lugar de esparcimiento, algo de gastronomía y por qué no, en un futuro pueda llegar a ser un lugar de residencia, para que pueda servirnos tal vez como un lugar de retiro”, relató.
-¿Es cierto que, como la ciudad de Venado Tuerto es deficitaria en verduras, te las sacan de las manos y no llegás a vender en las ferias?
-Sí, no llego. El concepto agroecológico es particular. Me encuentro con una devolución muy fuerte con temas de sabores, de frescura, y disfruto también de eso porque me he dedicado gran parte de mi vida a la venta, y disfruto del contacto con la gente. Y sí, no llego a poder participar en la feria que se hace todas las semanas acá en la ciudad, que realmente es un espacio lindísimo. Pero bueno, el objetivo está puesto ahí, llegar a ese contacto. Por ahora estamos respondiendo a la demanda y a veces llegamos ahí muy muy justos con lo que nos piden.
-¿Es sencillo producir agroecológico? ¿Cuál es la clave?
-Para mí la clave es en la atención. Cada espacio, cada lugar, tiene su particularidad. Realmente lo comprobé probándolo. Yo hice una huerta en cinco lugares distintos y la interacción que se da en cada sitio es distinta. Nosotros reseteamos un espacio con un disco, empezamos a formar suelo. La formación de suelo es con rotación de los cultivos hortícola, y con la convivencia de distintas especies. Lo máximo que hemos aplicado son productos biológicos. Esto te tiene que gustar, tiene que haber una conexión y también tiene que haber una aceptación de que hay a veces cultivos que los perdés.
-Decís que no sos un fanático de la agroecología y que te gusta el sistema porque es comercialmente viable. Pero al mismo tiempo no renegás de tus orígenes chacareros, donde se hacía una agricultura convencional.
-No, para nada. Y creo que puede ser una gran oportunidad para los chacareros. La agroecología, por un tema de la conexión con la tierra, la conexión con el lugar, requiere de esta observación, de esta interacción, requiere estar más en el campo. Creo que la agroecología te atrapa y te encanta. Si sos un inversor agropecuario, definitivamente hay que ir a otro sistema y ahí, por supuesto, te encontrás con otros volúmenes y otra inversión.
Rivelli dice aprender mucho de portales especializados en agro y va adaptando cada proceso a la realidad de su campo. Más allá de los conceptos básicos, afirma que para producir alimentos agroecológicos “no hay una receta única y hay que experimentar”. Por ejemplo, prefiere mantenerse con el riego por goteo luego de haber probado todas las variantes de riego y no lograr una buena producción.
-¿Sos feliz haciendo esto?
-Al final sí, soy feliz, sí. A pesar de este año dificilísimo donde las dificultades son a diario y hay que ir remándola (se refiere a la dura sequía), soy feliz.