En su primera resolución como ministro, la 381/2017, Luis Miguel Etchevehere sumó Agroindustria al proceso de “simplificación” trazado por el presidente Mauricio Macri. A partir de esta medida todas las áreas y organismos que dependen del Ministerio tendrán cuatro meses para “realizar una propuesta de reordenamiento normativo” con el fin de “agilizar el trabajo de productores y la agroindustria, desburocratizar los procesos, eliminar trámites, trabas, o superposición de exigencias, que hacen que en algunas cadenas haya que realizar más de 100 trámites por una actividad”, según relató el funcionario.
Con ánimo de ayudar a las autoridades, los Bichos de Campo hemos pedido a una serie de personas que saben de lo que hablan que nos relaten cuán difícil es convivir con ciertas regulaciones en determinados sectores productivos.
Para comenzar esta serie le hemos pedido a Matías Sara, productor y especialista en el negocio de las carnes, más conocido en las redes sociales como Contalito, que nos cuente: ¿Qué tan complicada es la vida burocrática para un productor de hacienda?
Nos contó lo siguiente:
- Primero hay que leer el número de caravana de cada animal a vender y ponerlos en una planilla agrupados por lote (si van a feria y no se venden todos juntos). Esos son los “Tris”. Cada caravana tiene que estar previamente “Dada de alta” en el sistema, o sea que hay que hacer un trámite cuando “caravaneás” tus terneros en el cual le decís a Senasa que las caravanas que vos compraste tienen tal y cual número que corresponden a un animal macho o hembra.
- Luego te vas a Senasa (o si tenés internet podés tratar de hacerlo online) para sacar el Documento de Transporte (Ex DTA, hoy DTe), en el cual constará cuántos animales pusiste en el TRI que mencionaba antes, cuanto pesan aproximadamente, el sexo de los mismos, la categoría (si son vacaas, vaquillonas o ternera, por ejemplo), el destino de las mismas (si son para faena o para invernada), con el correspondiente numero de Renspa del destinatario, que debe estar registrado en el sistema de Senasa y los datos del camión que los lleva. Esta cantidad de animales y su categoría tiene que coincidir con los animales que declaraste en la última vacunación de aftosa/brucelosis.
- Luego tenés que pagar por el trámite (esa es la parte que se movió estas últimas semanas, ya que el Senasa decidió no recibir más efectivo en sus oficinas locales) Una vez que terminaste con todo esto te dan el DTe.
- Con el DTe en la mano, depende en qué provincia esté tu establecimiento se define el próximo paso. En Buenos Aires y La Pampa, por ejemplo, tenés que hacer un trámite en la municipalidad y te cobran otra tasa para habilitar el tránsito de animales. En Santa Fe lo tenés que hacer en la comisaría (Tradicionalmente lo llamamos “el visto bueno”).
- Suponiendo que los animales que vendía vayan a invernada a otro campo, el que me los compre va a tener que ir al Senasa de su jurisdicción con el DTe y registrar su compra de hacienda (previo control de que las caravanas que yo anoté en los Tris sean las correctas, porque si hubo un error no hay forma de solucionar el problema y va a tener que dar por muerto el animal ante el Senasa, e inventarse un nacimiento en su campo para dar de alta una nueva caravana y así poder “blanquear” el animal.
- Otro tema son las vacunaciones obligatorias: son dos al año. Una en marzo en la que se vacunan todos los animales y otra en septiembre en la que solo se vacunan “los menores”, o sea todos los animales que no hayan recibido en su vida más de una vacuna de aftosa.
- En Santa Fe en ambas fechas de vacunación además tenés que vacunar a todas las terneras menores a 10 meses, al menos una vez, contra la brucelosis.
- La vacunación la hacen o bien veterinarios o bien paratécnicos habilitados por Senasa. Primero tenés que comprar la vacuna y luego pedir turno en Senasa para llevar el vacunador a tu campo. Ahí juntás toda la hacienda y aplica las vacunas.
- Una vez vacunado el rodeo, se confecciona el acta con el vacunador, donde consta cada categoría con la cantidad de animales que vacunaste.
- Con el acta en la mano te vas a la “fundación de lucha contra la aftosa” o como se llame en cada provincia y abonás los honorarios del vacunador. Ahí te sellan el acta de vacunación que confeccionaste.
- Con el acta te vas a Senasa y “asentás” la vacunación (o sea, dejás una copia del acta para que la carguen en el sistema y te llevás el original sellado como comprobante). En este punto es muy importante que te coincida la cantidad que vacunaste, con la cantidad que figura en el sistema de Senasa o no vas a poder vender hacienda hasta que te hagan una revisión y eso puede demorar un mes o más.
- Finalmente, cada vez que se te muere un animal, tenés que anotar el número de la caravana e ir al Senasa a pedir que lo den de baja del sistema. Tenés que ir rogando que te lo tomen, porque Senasa suele sospechar que el animal no se murió sino que vos estás vendiendo en negro y te mandan una inspección (o sea, hay que juntar toda tu hacienda para que un señor con cara de aburrido la cuente y verifique que no tenés más hacienda de la que vos decís que tenés).
- Me olvidaba: Luego de cada compra o venta, la factura hay que pasársela al contador, pero eso es como le sucede a cualquier mortal. El resto de las pagadas de impuestos son las mismas para todos.
- Yo debo hacer solo esto porque estoy en “zona libre de garrapata”. Los que producen en la llamada “zona de lucha” tienen 2 o 3 certificados más para tramitar.
Y justo que estábamos cerrando se apareció este twitter:
Ahora sumamos 1 traba burocrática nueva @mauriciomacri al productor. Resulta q vendes una jaula y el comprador no asienta el formulario DTE y los cráneos de Senasa lo suspenden también al vendedor. Que culpa tiene el vendedor? Me perdí d vender en 1 remate x culpa de estos genios
— Carlos Gilardone (@CarlosGilardone) December 6, 2017