La Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA), desplegó la lista de reclamos históricos que el sector tiene hacia las autoridades del gobierno nacional, renovando las expectativas luego del cambio de gestión que los tiene a Sergio Massa y a Juanjo Bahillo al frente de las decisiones.
De acuerdo a lo que expresa Leonardo Rafael, presidente de CAMyA, “se agotaron los tiempos del voluntarismo, las ineptitudes y los diálogos inconducentes”, para resolver estos obstáculos que la cadena necesita gambetear.
Si bien hay una luz optimista por el recambio de autoridades, Rafael enumera la lista de problemáticas que deberían ser materia de debate y de rápida resolución: “Pensamos que hay una agenda concreta que esperamos sea atendida seriamente en esta nueva etapa y que podemos resumir en algunas cuestiones que deber ser resueltas con urgencia”.
Sobre la informalidad del sector minorista, CAMyA reitera su propuesta de reforma de procedimientos de control, sobre el que se han desarrollado propuestas concretas, “al efecto de regularizar a los miles de carniceros que operan en la ilegalidad haciendo imposible el normal funcionamiento del mercado”.
El cuarteo obligatorio también es prioritario para los matarifes, ya que explican: “Reiteramos nuestras observaciones documentadas mediante diversas notas y publicaciones, en las que advertimos sobre la inviabilidad de la propuesta de no crearse las condiciones indispensables para su implementación:
- Contar con plantas preparadas para el cuarteo
- Adecuar el transporte para la nueva modalidad
- Solucionar diversos vacíos reglamentarios sobre estos y otros aspectos técnicos del proyecto
- Asegurar controles eficaces que impidan desigualdades en el funcionamiento del mercado en desmedro de los actores formales del mismo”.
En este sentido, el presidente de CAMyA agrega otro ítem fundamental: La administración de matrículas. Y en ese camino expresa: “Insistimos con que se revisen los procedimientos actuales desenvolvimiento de los sectores que operamos en el mercado formal. Con los que, mediante diversos mecanismos burocráticos, dificultan el normal este accionar, solo se benefician operadores marginales que recurren a diversos mecanismos de evasión, mediante la utilización de matrículas alquiladas”.
Sobre la exportación, la cámara dispara: “Mediante diversos mecanismos, las autoridades limitan la posibilidad de exportar solo a las plantas frigoríficas. Esta modalidad no solo es arbitraria y atentatoria contra la transparencia de los mercados, sino que además quita posibilidades de financiamiento a plantas pequeñas y medianas habilitadas para el comercio exterior. Además, estos establecimientos requieren del capital y conocimiento de los mercados exportadores sin planta para poder desenvolverse normalmente. En consecuencia, lo que se promueve es la concentración de las exportaciones, afectando fuentes de trabajo y el ingreso de divisas”.
Leonardo Rafael finaliza la declaración: “Entendemos que la mejor garantía para que los consumidores accedan a los alimentos a un precio justo es asegurar el normal funcionamiento de los mercados, corrigiendo los factores que lo impiden evitando las concentraciones oligopólicas. En esta instancia, es clave el diálogo entre los sectores públicos y privados, una opción válida siempre y cuando ese camino a recorrer no se convierta en un mero mecanismo distractivo, para que nada cambie”.