Parece increíble: tal como vienen advirtiendo hace meses muchos integrantes del sector agroindustrial, faltaba que se reacomodara un poco la situación climática en el territorio argentino para que se reactivaran las siembras y, como consecuencia, empezasen a registrarse faltantes de gasoil.
El año pasado los integrantes del gobierno kirchnerista al menos le podían echar la culpa del faltante de gasoil al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Pero este año se quedaron sin excusas para poder justificar la ausencia de una política energética.
“El desabastecimiento de gasoil es consecuencia de la falta de una adecuada planificación por parte de la Secretaría de Energía. Era previsible que ocurriera en virtud de que la demanda siempre fue sostenida, a pesar de la reducción temporaria del consumo agropecuario a causa de la sequía, y dejaron que la situación se agrave a ver hasta donde llegaba el problema”, indicó Claudio Molina, analista de bioenergías, a Bichos de Campo.
El experto comentó que la intervención de mercado aplicada por el gobierno a partir de agosto pasado se hizo instrumentando medidas contradictorias.
“Por un lado, congelamiento de precios en surtidores luego de otorgar un aumento menor al porcentaje de devaluación del tipo de cambio oficial, reduciendo aún más los precios locales en términos internacionales y, por otro, extendiendo el tipo de cambio especial que regía para la soja a productos del complejo hidrocarburífero, lo que generó incentivos para exportar en desmedro de la transformación de petróleo crudo en combustibles dentro del país y venderlos en el mercado interno”, explicó Molina.
Por si faltaba algo más para complicar el drama, el aumento de la brecha cambiaria abarató por demás el precio de los combustibles con relación al valor presente en países limítrofes y normales –como es el caso de Uruguay, Paraguay y Brasil–, lo que potenció la demanda en las zonas limítrofes y el contrabando.
“Al mismo tiempo, la industria de biodiésel que opera en el mercado local se encuentra prácticamente parada, porque el precio fijado por la Secretaría de Energía para la compraventa obligatoria en el presente mes de octubre no es remunerativa”, remarcó.
“Además, desde septiembre pasado, a pesar que el mandato establece un contenido mínimo de biodiésel del 7,5% en la mezcla con gasoil, el corte efectivo se está haciendo al 5,2%, al tiempo que la Secretaría de Energía no lo hace cumplir ni aplica las multas que legalmente corresponden ser aplicadas por dicho incumplimiento”, añadió.
Incluso, anticipando el faltante que se registra actualmente, se habían iniciado conversaciones para reactivar el Corte Obligatorio Transitorio Adicional de Biodiésel (“Cotab”), que el año pasado se estableció por medio del decreto 330/23 y que rigió por cuatro meses con la meta de llevar al corte con gasoil al 12,5%, aunque en la práctica esa proporción nunca superó el 9,0% porque las compañías petroleras no mostraron interés en incrementar el uso interno de biodiésel. “YPF (¡una empresa estatal!) no cumple con el mandato bajo la excusa que no consigue biodiésel”, apuntó.
La industria pyme del biodiésel amenaza con un nuevo cierre masivo de sus plantas
Vale recordar que desde setiembre del año pasado, con los sucesivos “dólar soja”, se produjo un aumento del precio del aceite crudo de soja en el mercado interno que, al momento de calcular el precio interno de biodiésel, no fue reconocido por las autoridades de la Secretaría de Energía y eso afectó la viabilidad económica de las Pymes elaboradoras de biodiésel que se dedican a fabricar el producto para uso interno.
“Resulta contradictorio que la Secretaría de Energía no haga cumplir la legislación en materia de mezcla de biodiésel y, al mismo tiempo, faltando divisas como faltan, autorice importaciones de gasoil”, resaltó Molina.
“Y para sumar más arbitrariedades de parte de la gestión económica y energética actual, se privilegia el consumo en el AMBA (CABA + Gran Buenos Aires) en perjuicio del resto del país. Se trasvasa oferta de combustibles para minimizar los problemas en la mayor zona urbana sin que les importe el agravamiento del problema en el interior productivo. En síntesis, la responsabilidad de lo que ocurre es del gobierno nacional, en primer lugar”, resumió.
El problema del faltante de gasoil se agravó no solamente por la reactivación de las tareas de siembra de granos gruesos, sino también por el hecho de que se adelantó la cosecha de trigo en el norte del país.