Martín Biscaisaque acaba de terminar la cosecha de granos finos. La cebada generó rendimientos aceptables, aunque un temporal ocurrido a fines de diciembre se llevó unos 1000 kg/ha, mientras que el resultado productivo del trigo fue bastante flojo porque lluvias excesivas impidieron sembrar el cereal en la fecha óptima y debió implantarlo un ciclo corto en el mes de agosto.
Ahora se viene el segundo tiempo del partido: la comercialización. “El mercado de trigo está raro”, señala Martín, integrante del CREA San Manuel (región Mar y Sierras) y presidente de Argentrigo.
“Un mes atrás pensábamos que íbamos a tener un mejor escenario para esta época. No contábamos con la continuidad del régimen del dólar exportador, que proviene de la gestión de Sergio Massa. Tampoco esperábamos la reprogramación de embarques de trigo”, apunta en un artículo publicado hoy en Contenidos CREA.
– ¿A qué obedece el hecho de que el nivel de comercialización de trigo 2023/24 es muy bajo en términos históricos?
– Aquellos que vendieron de manera anticipada trigo diciembre 2023 a valores del orden de 250 u$s/tonelada, se encontraron con el hecho de que los forwards se liquidaron al tipo de cambio oficial (BNA comprador divisa), es decir, con un tipo de cambio muy inferior al del “dólar exportador”. Incluso en la actualidad, con la devaluación instrumentada por el nuevo gobierno, la brecha entre el dólar recibido al momento de liquidar un forward versus el “dólar exportador” ronda los 60 $/u$s, una cifra que es importante si se considera además que los insumos importados se nacionalizan con tipo de cambio pleno más un impuesto PAIS del 17,5%. Y no existe certeza sobre cómo evolucionará el régimen cambiario en los próximos meses.
– El “dólar exportador”, al tratarse de un régimen variable en función de la evolución del “dólar contado con liquidación”, puede hacer que la brecha se amplíe en caso, claro, de que ese régimen se mantenga.
– Sí, no puede descartarse. Es necesario darle una solución a eso para fomentar la certidumbre en el sector. Entre las cuatro cadenas (Argentrigo, AcSoja, Maizar y Asagir) estamos intentando organizar un evento para mostrar la problemática del asunto.
– ¿Qué convendría hacer en términos comerciales en la actual coyuntura?
– El primer aspecto importante es conocer la calidad de trigo de las propias partidas; en la provincia de Buenos Aires existe incluso un programa que permite la realización de análisis gratuitos de calidad (el cual es implementado por el Ministerio de Desarrollo Agrario de Buenos Aires junto con las cámaras arbitrales de Buenos Aires y de Bahía Blanca). En la actual campaña las partidas con atributos de calidad, en cuanto a proteína, gluten y peso hectolítrico, van a ser muy demandadas porque escasean, por lo que es recomendable segregarlas para buscar oportunidades comerciales en el sector molinero. Muchas industrias molineras valorizan la calidad y ofrecen precios diferenciados; que luego no gusten los plazos de pago, eso se puede negociar. El primer paso entonces es conocer qué se tiene.
– Y en lo que respecta al trigo condición cámara.
– Con la prórroga de los plazos de embarques dispuesta recientemente por el gobierno nacional, la demanda se relajó y los exportadores ya no tienen apuro por originar trigo porque pueden emplear partidas de la campaña anterior para cumplir con compromisos comerciales del ciclo actual (el pasado 5 de enero se dispuso una prórroga de 30 días corridos para las exportaciones de trigo declaradas con un plazo de embarque del 1 al 29 de febrero de 2024 y de 60 días corridos para los embarque comprendidos entre el 1 y el 31 de marzo de 2024). Además, está ocurriendo un problema logístico que condiciona a la demanda.
– ¿Cual?
– Un problema adicional es que el tornado registrado en Bahía Blanca afectó la capacidad de embarque en esa región y las terminales portuarias de Quequén están saturadas de cebada y no están teniendo cupos para recibir trigo. Por lo tanto, la capacidad de embarque en la principal zona argentina productora de trigo está comprometida en el corto plazo. Esa situación tardará un tiempo en normalizarse. Y el 31 de mayo vence la prórroga instrumentada de plazos de embarque de trigo, lo que implica –en caso de que esa medida no sea extendida nuevamente– que habría que esperar hasta entonces para la normalización del mercado.
– Especialmente porque Brasil tuvo una mala cosecha y deberá comprar mucho más trigo del inicialmente planificado.
– Brasil ya está comprando y a partir de marzo o abril, cuando termine de consumir su propia producción del cereal, debería comenzar a potenciar el ritmo de importaciones en un contexto en el cual la oferta exportable argentina 2023/24 no será tampoco tan holgada como se programó al inicio de la campaña. Otro factor por considerar es que, a diferencia de lo que sucedía durante la gestión anterior, en la actualidad los molinos tienen liberado el precio de la harina, lo que contribuye a mejorar la capacidad de pago de ese sector de la demanda; tampoco tienen restricciones oficiales para poder exportar harina de trigo.
– ¿Cómo estás evaluando la planificación de la campaña de trigo 2024/25?
– Liberaron los costos internos de producción y subieron impuestos a los insumos importados. La urea, por ejemplo, aún tiene precio viejo, pero los nuevos embarques (importados), además del impuesto PAIS, ¿van a seguir teniendo un precio superior a la paridad internacional a causa del costo argentino? Eso puede llegar a generar complicaciones al momento de planificar la próxima campaña fina.
– Además sigue habiendo una brecha cambiaria entre el “dólar exportador” y el contado con liquidación (este lunes el primero cotizó en torno a 815 $/u$s, mientras que el valor del segundo se ubicó en 1164 $/u$s). En marzo, para bien o para mal, debería haber más claridad en lo que respecta a las reglas de juego de la campaña 2024/25.
– Sí. Es muy probable que en la región sudeste de Buenos Aires la cebada le gane área al trigo si las condiciones para el negocio agrícola no tienden a normalizarse para entonces. Y también es necesario trabajar en la generación de confianza; en ese sentido, la prórroga de los plazos de embarque, tal como se venía haciendo en la gestión anterior, no fue bien tomada por la producción.
Sigue presente el incentivo para comercializar granos en el mercado disponible y evitar los forwards