Mario Leiva es el presidente de la Sociedad Rural del Valle de Uco, uno de los oasis productivos de la provincia de Mendoza. Uno de los problemas candentes en la zona según el productor es el avance de la Lobesia Botrana o polilla de la vid, una plaga que amenaza especialmente a la producción vitivinícola.
Leiva no duda en denunciar que esa lucha sanitaria está haciendo agua por las necesidades de ajuste en la administración macrista: “No hay suficiente dinero disponible, más allá de que el Gobierno nacional se comprometió a poner una parte, otra del lado de la provincia, y otra de parte de los productores. Mientras que el año pasado nos dieron 380 millones pesos, este año (desde la Nación) nos otorgaron unos 100 millones”.
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“El año pasado anduvimos mejor porque el entonces ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, creó un fideicomiso con todo el dinero que pudo recuperar para ayudar a combatir la Lobesia Botrana y también la langosta”, comparó el mendocino.
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El dirigente rural dijo que, con la caída de los aportes nacionales, “también le pedimos a las bodegas que también colaboren en el aporte. Por eso acordamos un registro de todas aquellas que colaboren en este combate”.
Con respecto al esquema de precios de la uva cosechada en la vendimia 2018, Leiva explicó que “las bodegas acuerdan pagar una cifra, pero luego abonan menos. Y más allá de las problemáticas de la industria, los productores también tienen sus problemas. Por eso estamos elaborando un contrato en conjunto con las bodegas y con el estado mendocino, para que las bodegas cumplan con su palabra, con los plazos y precios para pagar la uva que se les vendió”.