Hace unos días, la Municipalidad de La Rioja entregó un reconocimiento como “visitante Ilustre” al ingeniero Mario González, un dirigente agropecuario de extensa trayectoria en esa provincia, que en noviembre de 2022 dejó la presidencia de la cooperativa La Riojana después de cuatro décadas. Mario es además uno de los históricos de la Federación Agraria Argentina (FAA), a punto tal de secundar al histórico Humberto Volando.
González recibió a Bichos de Campo en Chilecito, donde está la sede central y la principal bodega del grupo cooperativo.
-¿Por qué no le cuenta a la gente quién fue Humberto Volando?
-Bueno, Humberto Volante fue un gran dirigente, un autodidacta realmente, que aprendió y pudo también enseñarle a los jóvenes a través de la Federación Agraria, que lo tuvo muchos años como presidente. Él tuvo la virtud de juntarse con todos los gobiernos y tener una actitud firme en defensa del campo, que justamente era su leit motiv realmente.
-Sobre todo defendía el tejido rural de los pequeños y medianos productores…
-Los pequeños y medianos productores justamente, a través de Don Humberto, tenían la voz, el reclamo y la propuesta, porque siempre tuvo don Humberto no tan solo la protesta como la conocemos sino la propuesta de qué hacer para mejorar la situación del campo argentino y especialmente de los de los más pequeños, de los arrendatarios. De lo que fue el legado de El Grito de Alcorta.
-¿Usted lo acompañó mucho en esa pelea de acá desde La Rioja.
-Sí, la verdad que si. Fuí parte del Consejo de la Federación Agraria y cuando Don Humberto se retira en el año 1996 asumí, junto con René Bonetto, como vicepresidente de la Federación Agraria, poniendo en práctica las enseñanzas que no había dejado en Humberto y que realmente nos ha servido de mucho para hacer el gremialismo y para crear los semilleros de la juventud. Creo que lo hemos logrado a través de las filiales de Federación Agraria, como la que tenemos acá en Chilecito, que es la Cámara Riojana de Productores Agropecuarios (Carpa). Realmente es la que plantea los temas que le hacen falta al pequeño productor en nuestra provincia.
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Mario González conformó en 1976 la CARPA; en los años 90 fue presidente del INTA Catamarca-La Rioja; entre 1996 y 1999 fue vicepresidente de la Federación Agraria Argentina (FAA); y también fue vice de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA). Actualmente además de seguir trabajando en La Riojana, ocupa cargos en la Mutual Federada 25 de Junio, la Fundación Fortalecer, y al mismo tiempo que es presidente de la Fundación Humberto Volando, la Asociación de Comercio Justo; y la Asociación de la Ruta del Torrontés Riojano.
A 15 años del “voto no positivo” de Julio Cobos, que puso fin en el Senado a casi cuatro meses de conflicto por las retenciones móviles en 2008, González dice que su gremialismo siempre priorizó que “esté la propuesta, protestando cuando hace falta, pero proponiendo y apoyando cuando también las medidas son buenas”.
Como muestra de esa escuela, el veterano dirigente recordó que en 1951 se creó la primera filial de Federación Agraria en Chilecito, y quien la presidió, Guillermo Iribarren , fue después un gobernador de La Rioja “al que le debemos todo el desarrollo productivo que tenemos” en esta fértil región de la provincia.
González lamenta que hayan quedado atrás esos momentos de oro de la FAA, entidad que se encuentra muy debilitada gremialmente y que ha venido sufriendo incontables fracturas. “Hoy no es la misma federación que uno ha vivido, indudablemente. Pero bueno, en honor a lo que hicieron los viejos de 1912, creo que la obligación es que en algún momento vuelva a tomar el rumbo que se merece”, dijo.
En junio pasado, la cooperativa La Riojana cumplió 83 años. Fue creada por gringos de Colonia Caroya, de Córdoba, que fueron hasta a La Rioja para producir uvas para poder vinificar. “Primero se formó una cooperativa de dos provincias, Córdoba y La Rioja. Estuvimos 50 años juntos. Los riojanos nos sumamos a ese emprendimiento porque si no seríamos productores, porque el volumen que tiene cada uno de nosotros no da para manejar el mercado nacional, ni mucho menos para exportar”, indicó González.
-¿Entonces le sigue encontrando sentido a ser parte de una cooperativa?
-Tiene todo el sentido. Es la mejor herramienta y la más democrática. El problema son las personas. Cuando nos desviamos, digamos, de lo que es como debe funcionar una institución. Pero lo demás, las reglas, son muy claras: nos juntamos para perder el individualismo y trabajar en conjunto como si fuera una familia. Cuando un dirigente cree que las sabe todas y no aprovecha las capacidades del resto, indudablemente existe conflicto. Uno debe aprender todos los días, hasta del más humilde de los empleados. Siempre hay algo que se puede aprender.
-Hay algo que el campo no sabe hacer del todo bien que es negociar con las autoridades, con los poderes políticos, con el gobierno de turno. Desde la 125 o quizás desde antes. Hay una lógica de confrontación en la dirigencia agropecuaria. ¿Le parece un camino correcto?
-No. Yo creo que, como dirigente primero, uno no puede vender su pensamiento, pero si uno se ubica en el para qué está indudablemente uno tiene que conversar con todo el mundo.
-Negociar desde las convicciones.
-No quiere decir que uno cambie sus convicciones. Creo que eso lo hemos logrado a través del tiempo en la Cooperativa y en la Cámara de Productores. Nosotros nos sentamos con quien está. Alguien lo eligió. Lo que no quiere decir que aplaudamos todo, pero sí aportamos ideas. Hoy puedo decirle que tenemos una buena relación sin vender los principios y trabajando en conjunto en muchas cosas.
-¿Por ejemplo?
-La cooperativa es la primera que trajo la norma de Comercio Justo a la Argentina. Hicimos eso, hicimos un centro de salud. Se han hecho muchas obras y en esto también debo decir que el Gobierno entendió que se puede trabajar entre lo público y lo privado, sin necesidad de ser fanático con una política partidaria.
-Capaz que me equivoco y soy prejuicioso, pero esta es una provincia donde el peso del Estado es muy fuerte. ¿La cooperativa es una manera de construir dignidad frente a un Estado que a veces es avasallante?
-Sí, indudablemente. La provincia nuestra no es tan grande, tiene un buen presupuesto, mucha gente vive del Estado realmente. Y estamos los que hacemos la actividad privada y aprovechamos las bondades que tiene nuestro suelo. Creo que el futuro en la provincia es poder ampliar la inversión privada, no depender solo del Estado. En nuestro país se puede producir de todo y el mundo quiere alimentos. Lo que estamos viviendo hoy en día es muy grave a nivel mundial y creo que si no nos damos cuenta los argentinos, sé que La Rioja o Catamarca se llena de porteño. No nos damos cuenta de que de una vez por todas tenemos que trabajar en conjunto para tener un país rico. Creo que estamos echando a perder una posibilidad. Lo que hace falta es vender, conseguir divisas y darle trabajo a la gente. Si no miren a nuestra cooperativa que tiene 340 socios, que tiene 280 empleados, que ni aún en la pandemia ha dejado a nadie sin trabajo. Yo creo que un ejemplo de que se puede.