Hace pocos días publicamos un informe de Sobre la Tierra, la revista de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba), el cual relevaba que investigadoras de esa casa de estudios y del INTA habían detectado la presencia de glifosato en las partículas que desde la atmósfera se depositan en el suelo del municipio entrerriano de Oro Verde, lindero a la ciudad de Paraná. El estudio confirmaba la inquietante presencia del agroquímico en varios momentos del año, tanto en el área rural como en el ejido urbano, sin por ello afirmar que sea peligroso para la salud. Era apenas un indicador.
Bichos de Campo entrevistó a Mariela Seehaus, investigadora del INTA Paraná y Magister Scientiae en Desarrollo Rural en la Escuela para Graduados ‘Ing. Agrónomo Alberto Soriano’ (FAUBA). Fue ella una de las autoras de esta investigación. “Desde que ingresé al INTA con una beca de formación en 2015, seguí la línea de trabajo de monitoréo de agroquímicos y de prácticas agropecuarias, y creo que hay que analizar la problemática que se da en Oro Verde, donde hay una tensión entre los usos del suelo agrícola y residencial”, sostuvo la investigadora.
Escuchá el reportaje completo realizado a Mariela Seehaus:
Seehaus comentó que el estudio de Oro Verde “es un estudio de caso, pero al mismo tiempo es una representación de lo que sucede en áreas pampeanas y extra pampeanas. Por eso analizamos la problemática, teniendo en cuenta que lo que hicimos no fue sólo una cuantificación de lo que es la depositación atmosférica del glifosato y su metabolito que es el AMPA, sino que también era necesario ponerlo en diálogo con lo que percibe la población, porque consideramos que las problemáticas complejas se resuelven teniendo información desde ambos lados”.
La investigadora del INTA y la FAUBA recordó que “como en 2012 se dio un conflicto muy grande por aplicaciones cercanas a viviendas, surgió una ordenanza que comenzó a regular la aplicación de agroquímicos en el municipio, y se comenzó a indagar a las personas acerca de cómo percibían la problemática. A su vez, se empezó a hacer la medición de la depositación atmosférica de este plaguicida y su metabolito en 15 puntos de la localidad y en diferentes momentos del año”.
¿Cómo se realizó dicha medición?, le preguntamos a Seehaus. Y nos respondió que “se colocaron unos colectores con un diámetro determinado, para relevar por 15 días a la intemperie, la depositación que puede darse a través del arrastre de la lluvia, de partículas que se encuentran en la atmósfera, o a través de la depositación seca, es decir, las partículas que caen por gravedad o por su propio peso. Con esto logramos hacer un monitoreo de partículas que se encuentran en la atmósfera. En este caso analizamos glifosato y AMPA, pero del mismo modo podríamos analizar cualquier otra sustancia”.
Ver: Investigadores de FAUBA e INTA afirman que en Entre Ríos hay partículas de glifosato en la atmósfera
Al respecto del hallazgo y sobre si hay un probable riesgo, Seehaus aclaró que “sería irresponsable de mi parte hablar de riesgo o afirmar que eso es lo que se respira en Oro Verde, porque la metodología empleada no permite hacer eso, sino que realiza una caracterización. Creo que esto se debe poner a disposición del municipio, que es el que debe manejar esa información”.
La investigadora informó que “ya tuvimos una reunión con funcionarios del municipio, y la idea es tener una charla con la población para acercar los resultados, para levantar las demandas y evaluar cómo se sigue. Para ponerlo en contexto, en otros países estas mediciones se realizan de modo regular. La población de Oro Verde identifica un problema en su comunidad y está preocupada, por eso creo que hay que trabajar escuchando a todos”.