Entre las tantas cosas que son motivo de grieta, el tema de los predadores y la mortandad que provocan sus ataques sobre los rebaños es capaz de sacar chispas, porque defensores de animales y productores suelen ubicarse en los extremos del asunto. Si bien ambos, tienen parte de razón, suelen defender su punto de vista sin llegar al consenso. Lo cierto es que mientras se ponen de acuerdo, el productor sigue perdiendo rentabilidad y el ecosistema pierde especies endémicas.
En medio de este dilema, hay gente que trabaja en la búsqueda de opciones intermedias. Una de ellas es la criadora de perros María José Planes, quien se ha especializado en una raza llamada kuvasz. Ella opina que esos perros pueden ser una buena solución para que pumas, zorros y otras especies, incluso otros perros que actúan en jauría, no provoquen más daño a los ganaderos, y a la vez esos predadores no mueran en manos de los cazadores.
Se trata de una raza milenaria de origen húngaro, que es protectora de animales por excelencia y duerme junto a las ovejas para evitar que se acerquen los predadores.
Según dijo a Bichos de Campo la criadora, no se trata de un perro apto para el arreo de ganado sino que están preparados para vigilar y guiar a la manada. Por eso desde su establecimiento en Bahía Blanca, en el sur de la provincia de Buenos Aires, ella y su familia trabajan para perfilar el temperamento guardián de esta raza que ayuda a diseminar por distintos campos del país.
“La mayoría de nuestros perros se ha quedado en la zona. Pero nos llama mucha gente que le busca una solución al problema de los predadores que invaden sus campos. Cuando comencé con esto pensé que nos llamarían solo de la Patagonia. Pero nos llama gente de Tucumán, Chaco, San Juan y Mendoza. En Entre Ríos están desesperados y nos solicitan cachorros”, contó Planes.
En este sentido la criadora, aprobada por el CARK (Club Argentino de la raza Kuvasz), admite que no tenía dimensión del problema que representan los predadores y por más cree que, pese a que ha entregado alrededor de 50 cachorros, no da abasto.
“Antes mataban a los predadores, también los cazaban y se los vendían a un circo o un zoológico, pero esa posibilidad hoy tampoco está. La opción es empezar a trabajar con estos perros que son protectores de ganado”, indicó.
Aunque Mia, como también la conocen entre los criadores, arropa a los cachorros hasta los 60 días aproximadamente, les va generando un ambiente similar al campo donde el animal será adoptado. Por eso los hace convivir con las ovejas inmediatamente desde que nacen.
“Los cachorros los entregamos a entre los 60 y los 90 días. Los entregamos con un microchip y tatuaje, eso les permite al productor rastrearlo si se le pierde o se le s va a otro campo. La impronta nosotros la hacemos desde que el cachorro nace. De hecho en la madriguera de la madre de los perritos duermen con lana de nuestras ovejas. También existe la posibilidad que el productor traiga lana de sus ovejas y es una forma de que el cachorros vayan conociendo el olor de esa manada.
-¿Qué cantidad de cabezas puede cuidar y proteger un solo ejemplar?
-Generalmente el kuvasz no trabaja solo. A veces la gente piensa que se compra un cachorro y tienen todo solucionado. Por ejemplo mis perros trabajan de a cinco. Hay algunos perros que están dentro del rebaño y otros cuidan desde puntos más altos o cerros para que no acechen los predadores. Cada uno tiene su rol. Por eso los húngaros tienen una frase que se traduce: “Haz que un kuvasz te quiera y vas a ganar un protector”.