María Inés Wallace lleva la ganadería en su sangre. La rareza en torno a ella no es que trabaje en la consignataria de su familia, Wallace Hermanos, sino que se haya metido tanto en el negocio al punto de convertirse en la única mujer que integra el directorio del Mercado de Liniers, una organización de casas consignatarias repleta de varones. Como buena mujer, María Inés está al tanto de todos los pormenores de la mudanza de LIniers, que pronto pasará a llamarse Mercado Agroganadero (Mag), a un nuevo predio en el partido de Cañuelas.
Este histórico mercado, fundado en 1884, fue durante décadas y hasta un siglo un mundo exclusivo de hombres que desfilaban cada día por las pasarelas del mercado en el barrio de Mataderos, ofreciendo o buscando la mejor hacienda. Hasta que llegó María Inés con sus tacones, a marcar la cancha. “Hace casi 19 años que estoy en el mercado. Al principio me miraban todos con cara rara, pero de a poco los fui domesticando”, dijo Wallace a Bichos de Campo.
Una de las domas de María Inés al supuesto “sexo fuerte” tiene que ver con modificar usos y costumbres propios de hombres acostumbrados a las cosas “típicas” de varones. “Por ejemplo, hacer pipí al costado de los corrales. Yo les abría la ventana de mi puesto y les decía: ´Muchachos, acá tienen un baño y el que quiera pasar, no hay problema´. De ahí para adelante, lo que se te ocurra”.
Los tiempos cambiaron según Wallace, incluso pese a la reticencia que muchos hombres le pusieron cuando entró al mercado. “Muchos se preguntaban qué iba a hacer una mujer en un ambiente de hombres; pero acá yo también soy un poco loca, lo que viene bien. Y hoy tengo muy buena relación con todos, con los compradores, con los empleados y con los colegas, porque se dieron cuenta que no importa si sos mujer u hombre. El punto es tener ganas de trabajar”, remarcó la directora del Mercado de Liniers.
Mirá el reportaje completo realizado a María Inés Wallace:
Wallace recordó los orígenes y cambios que tuvo el mercado concentrador de hacienda, que es administrado por Mercado de Liniers SA, una sociedad entre montones de casas consignatarias que obtuvieron la concesión de este mercado desde los años ´90. “En un principio, se conformó la sociedad Mercado de Liniers S.A. para administrar este predio de 32 hectáreas que tenía la concesión”. Fue con el advenimiento de las privatizaciones en tiempos de Domingo Cavallo.
Desde ese entonces, relata la consignataria, “algunos se fueron y otros dejaron de operar, pero en un inicio conformamos una sociedad pagando un canon o alquiler mensual al gobierno nacional. Luego pasaron cosas en el medio, como del tipo que la Nación se lo pasó a la Ciudad de Buenos Aires. Pero ahora nos tenemos que mudar, porque hay una ley del gobierno porteño que prohibe que ingresen camiones con animales vivos a la ciudad, a excepción de aquellos que ingresen al hipódromo de Palermo, animales del polo, o aquellos que ingresen a la exposición ganadera de Palermo”, enumeró Wallace.
En el medio hubo muchas prórrogas y discusiones que hicieron que se pospusiera la implementación de esa ley durante mucho tiempo. “Se venía discutiendo mucho y se posponía. Pero ahora, este entorno nos pone en el medio de la ciudad, y por mucha historia que tengamos, quedamos rodeados de gente que vive acá. Esta es mi segunda casa, yo me siento muy cómoda acá pero la realidad es que ha quedado fuera de lugar este mercado, y es incómodo para el traslado de los animales y para el ingreso de camiones”, explicó Wallace.
Por eso, finalmente esas 45 casas consignatarias agrupadas en la concesión tuvieron que resolver el traslado del mercado fuera de la ciudad de Buenos Aires.
“Hubo un primer proyecto a través del cual el Estado nos daba en concesión un predio del Mercado Central que era un espacio triangular de unas 20 hectáreas, y de cuya comisión también fui parte. Pero empezaron a aparecer muchas trabas para poder instalarlo (era un reservorio de agua para la municipalidad de La Matanza, por ejemplo). A la par apareció un recurso de amparo de la entonces intendente de la Matanza (Verónica Magario), que no permitía que se construyera el mercado allí. Una pena porque perdimos años haciendo trámites y estudios de suelo y demás”, se lamentó Wallace.
Luego el intendente de Ezeiza llegó a ofrecerles un terreno cerca del predio de la AFA en ese partido. “Nos ofrecía un predio de 15 hectáreas durante 15 años, pero a costa de pagar un canon durante todos esos años. Implicaba desembolsar un montón de plata nuestra y encima pagando un canon. Entonces fue ahí cuando surgió comprar un campo en Cañuelas, y así conformamos el Mag, la nueva sociedad. Nos mudamos casi todos allí, porque es algo abierto a todos. Los que no vienen, lo hacen porque no quieren, ya que acá somos 45 socios en igualdad de condiciones. De esas 120 hectáreas, 32 serán para el mercado agroganadero y las restantes se destinarán a hacer un polo agrocomercial”, informó María Inés, la única mujer que corta el bacalao en el histórico mercado de hacienda.