Hace pocos días, los cooperativistas de Coninagro presentaron “El campo y la política IV”, un documento con las principales propuestas del agro para los funcionarios de turno. Esta especie de agenda del campo 2020, fue presentada a los candidatos presidenciales que se acercaron al evento; el actual presidente Mauricio Macri, Roberto Lavagna, Juan José Gómez Centurión y José Luis Espert. Solo faltó el peronista Alberto Fernández.
“Nos fuimos muy satisfechos de esta presentación, porque fue un acontecimiento muy grande donde tuvimos cuatro candidatos. Aunque nos hubiese gustado tener a los cinco (que siguen en carrera luego de las PASO) en ese momento, a los dos días Alberto Fernández recibió a la Mesa de Enlace y creo que con eso se completó el hecho de haber podido presentar los 14 puntos a todos”, comentó a Bichos de Campo Marco Giraudo, consejero de Coninagro y productor cordobés.
Alberto, justamente, fue quien más votos recibió en las primarias y quien se perfila como futuro presidente. “Desgraciadamente yo no veo una política agropecuaria explícita. Vemos el entorno de Alberto Fernández y seguimos teniendo miedo. Cristina Fernández y La Cámpora ponen al campo sobre aviso. Nosotros lo pasamos muy mal durante su gobierno, y ni por asomo queremos tener una situación parecida”, agregó el productor.
Escuchá el reportaje completo realizado a Marco Giraudo:
En un análisis de la relación de Alberto Fernández con el campo, y de sus futuras políticas en caso de resultar presidente electo, Giraudo consideró que “sería una locura tremenda pelearse con el sector que está generando los dólares genuinos para la economía tan alicaída que vive la Argentina. Por ende la tranquilidad a mi me la da hoy la situación que vive la República. No porque ellos me digan algo, yo tengo que pensar que no van a hacer lo que hicieron. La situación y economía del país hacen que yo piense que por 2 o 3 años el campo y el gobierno van a tener que reunir un lineamiento productivo de exportación, porque sino lo vamos a pasar muy mal”, fue el razonamiento de Giraudo.
El dirigente cordobés, por otro lado, se refirió a la necesidad de revisar el sistema productivo actual y la siembra directa, tal como se aplica en la actualidad. “Puedo hablar con conocimiento de causa de esto, porque cuando terminé la primaria con 12 años, mi papá me sentó arriba de un tractor para hacer una labranza convencional total, y el paso del tiempo nos hizo pasar de labranza convencional a mínima, de mínima a cero y de cero a siembra directa”, explicó.
Según Giraudo, la incorporación de la Siembra Directa fue “un cambio de paradigma total en donde los productores nos adaptamos, pero no por convicción al principio, sino porque nos generó divisas en el bolsillo. Fue una conveniencia económica la que me hizo dar cuenta de que la siembra directa era muy buena. Una vez que me redituó en lo económico, me vino el convencimiento de que este sistema cumplía roles que la labranza convencional no hacía”.
Pero Giraudo tiene claro que con eso solo no es suficiente. Explicó que “el cambio de paradigma productivo en la Argentina no estuvo mal, porque la siembra directa es un sistema que resguarda el suelo. Pero para que eso ocurra debe haber un plan agronómico que genere rotaciones de cultivos, y ahí es donde entran a jugar las políticas agropecuarias y el Estado”.
“Cuando salen de contexto producciones como el trigo y el maíz, por intervención en los mercados y ROEs, pasás a hacer monocultivo, y no es lo mismo hacer la siembra directa como corresponde que practicarla sobre monocultivo”, abundó el agricultor.
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Giraudo precisó que “si solo pensás al sistema desde lo económico y sacás del medio el ambiente y lo agronómico, es complicado el asunto. Y después vienen consecuencias como en Córdoba, donde el gobierno nos puso una ley de forestación, que obliga a los productores a plantar en 10 años entre el 2% y el 5% de tu campo con árboles”.
“Es decir que lo que no se hizo antes de modo racional, hoy se debe hacer de una manera que al mismo productor le genera una complicación. Y no creo que el productor sea culpable de esto. Creo más bien que estuvo en un contexto global en que intentó salvarse: con presión impositiva, con retenciones, con bloqueos comerciales. Esto hizo que buscara alternativas que generaron el daño ambiental que hoy estamos pagando”, concluyó.