-Vamos a boludear a Longoni, que está hablando mucho en contra del proyecto de expropiación de Vicentin- dicen en el ejército de troll del kirchnerismo. Y allá van al ataque. Por primera vez el nombre de un periodista de Bichos de Campo aparece en un informe reservado que el Frente de Todos envió a sus diputados para que tengan letra y justifiquen la precipitada decisión del gobierno. Insólito. Es histórico que el nombre de un cualunque periodista rural se mencione al lado de comunicadores de peso como Marcelo Longobardi, Eduardo Van der Kooy o Carlos Pagni. Muy raro. Este Longoni debe estar diciendo alguna cosa sensata para molestar tanto.
¿Y qué dice Longoni? Obviedades. Que la inmensa mayoría de los productores y la comunidad agropecuaria rechaza de cabo a rabo este proyecto de expropiación de la aceitera. Que estos niveles de rechazo están escalando peligrosamente y que hay condimentos semejantes a los del conflicto por al 125. Que el gobierno no ha presentado hasta aquí un plan lógico para reactivar la empresa concursada ni recuperar la confianza de los productores.
Advierte que si siguen tensando tanto la cuerda con el sector privado, lo más probable es que Vicentin acabe en otro estrepitoso fracaso, como muchos otros rescates de empresas pergeñadas desde el poder político: Cresta Roja, SanCor, el ingenio La Esperanza.
Descargar Informe del Bloque del Frente de Todos sobre Vicentín
Dijo Longoni con todas las letras en su cuenta de tuiter: “Recién me percaté de un dato irrefutable: Los que apoyan la expropiación de Vicentin son todas personas que no entienden ni jota del negocio de la soja. Empezando por Lozano y la Señora perseguida. Y los que rechazaron la expropiación son los que saben como funciona. Sin fisura”.
-Vamos a boludear a este vocero de los agrogarcas. ¿Quién carajo se cree para hablar así de la señora?
Allá van los troll buscando el yerro en el discurso del periodista. Lo descubren rápido: el editor de Bichos de Campo cometió la osadía de anticipar el miércoles, dos días después del anuncio presidencial sobre una expropiación y 24 horas antes de que el presidente Alberto Fernández se reuniera con el CEO de Vicentin, Sergio Nardelli; y con el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, que “se cae la expropiación” de la aceitera, pero no así la idea de intervenir para rescatar la empresa santafesina y crear una empresa mixta, con participación de YPF Agro y posiblemente de las cooperativas.
Tanto no le pifió el periodista pues eso fue lo que confirmó a la salida de Olivos el propio Perotti, al informar que Alberto se había mostrado proclive a que le presentaran “alternativas superadoras” a la expropiación. Pero a las pocas horas, en declaraciones públicas, con conceptos repetidos varias veces el fin de semana, el Presidente volvió para desmentir al gobernador. Dijo Alberto que la expropiación era “el único modo” de rescatar la compañía.
-¿En qué quedamos, Longoni? ¿Vos no eras el que habías dicho que se caía la expropiación?- se burlaron los militantes del kirchnerismo, contentos porque su presidente se alineaba al discurso de La Campora, de Juan Grabois, de Claudio Lozano, de las Madres de Plaza de Mayo, de Pablo Echarri y de todos los demás actores que no saben ni una jota del negocio de la soja.
Pero hasta aquí, objetivamente, Longoni tiene algo de razón: El anteproyecto de ley de expropiación de Vicentin (que ya estaba redactado desde la semana pasada) todavía no fue enviado al Congreso para su discusión.
Al mismo tiempo, en las últimas horas se han multiplicado los contactos entre todos los sectores involucrados en esta película que buscan una “alternativa superadora”, porque saben que la idea de la expropiación no solo expone al joven gobierno de Alberto a la posibilidad de no juntar los votos en el Congreso sino que significaría un tiro de gracia a las posibilidades de recuperar Vicentin, que es finalmente lo que supuestamente se pretende hacer. En el agro argentino, casi nadie en su sano juicio le vendería granos a una empresa 100% estatal. Frente a esta certeza, la opción de una firma mixta al estilo de YPF suena bastante más potable.
Este lunes a la mañana, el ministro de Agricultura, Luis Basterra, fue entrevistado por Ernesto Tenembaum y su equipo en Radio con Vos. Entre chanzas y excusas, confirmó que él no había estado al tanto de la decisión de expropiar la compañía aceitera. Pero lo más importante que dijo, más allá de repetir varias veces la palabra “expropiación” para no desentonar con el Presidente ni ofender a la señora, fue que desde el lado del gobierno que entiende de agro hubo muchas conversaciones para convertir la malograda empresa familiar de Avellaneda/Reconquista en una empresa mixta en la que no solo interviniera YPF Agro sino también diversas cooperativas.
En el reportaje Basterra mencionó claramente a ACA, pero también a AFA y a FECOFE, otras dos cooperativas de segundo grado con fuerte presencia en Santa Fe. Otra vez, el proyecto alternativo que llegaba desde aquella propvincia y que no contemplaba expropiar ni nada parecido.
-¿La palabra expropiación no formó parte del debate con el Ministerio de Agricultura?- le preguntó Tenembaum al ministro.
-Yo no estuve en esa parte- contestó Basterra. Y ahondó: “Los que trabajamos la tierra no le damos tanta vuelta, acá hay una medida que es rescatar la empresa y que el Estado Nacional sea actor partícipe. Esa parte, estuvimos involucrados, la conversamos, la conveniencia, la oportunidad, me buscaron, transmití. El instrumento y la oportunidad, no. No podemos hacer una asamblea universitaria para que se decida”.
Quizás sin querer queriendo, y más allá de reconocer su pobre o nula participación en la decisión de avanzar sobre Vicentin, Basterra lo que hizo fue admitir que en el gobierno no todos empujan con la misma receta. Más bien hay visibles diferencias entre los que buscan expropiar y los que buscan una “alternativa superadora”.
En realidad, la de la expropiación parece ser solo la receta de los sectores más ultras, o de los que no saben ni una jota de cómo funciona el negocio agrícola. Pero por debajo de Alberto, dentro del gobierno nacional, hay otro ala de funcionarios que empuja otra fórmula más moderada y que no espante a los productores. La sobreactuación expropiatoria del Presidente para no ofender a la jefa política del ministro Sergio Berni, hay que decirlo, no los ayuda para nada en las negociaciones.
El funcionario clave que podría terciar es el único que estuvo en las dos reuniones con el presidente en las que se habló sobre este asunto. Recordemos: el lunes, al hacer el sorpresivo anuncio de la intervención y expropiación, junto a Alberto estaban la senadora Anabel Fenrández Sagasti, presentada como la “autora intelectual” del proyecto; el interventor designado por el gobierno, Gabriel Delgado; y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
El mismo Kulfas estuvo el jueves en la reunión de Alberto con el CEO de Vicentin y con el gobernador Perotti. Pero en ese momento aparecieron también Basterra y la secretaria de Legal y Técnico de la Presidencia, Vilma Ibarra.
En efecto, es Kulfas quien a esta altura del enredo puede convencer al presidente de desistir de la bravuconada expropiadora y buscar una opción más amigable con el mercado, que permita la ansiada reactivación de Vicentin sin el riesgo de dejar detrás un charco de sangre. El ministro productivo tiene una sola cosa en mente desde el principio: que YPF Agro sea de la partida. Desde la provincia de Santa Fe acercaron la opción de sumar a las cooperativas, que además son acreedoras. Es el mismo proyecto de empresa mixta el que alientan el interventor Delgado, que proviene del INTA, y el ministro Basterra.
Longoni viene diciendo que esta opción le parece la única que le permitiría al gobierno construir una empresa mixta con capacidad de reactivar las plantas de Vicentin, porque suma a muchos productores, finalmente los dueños de la soja, y a una importante proveedora de insumos. Pero sobre cree que impedirá que la expropiación termine en una discusión a sangre y fuego en el Congreso y en la Justicia. Allí, casi seguro, los opositores y los dueños actuales de la empresa impugnarán una medida que suena “inconstitucional”, porque desconoce la actuación de un juez comercial en el concurso de acreedores. Se trata del titular del juzgado de primera instancia Civil y Comercial de la ciudad de Reconquista, Fabián Lorenzini.
Este magistrado hasta ahora ha jugado poco y nada en esta historia. Aceptó la semana pasada la irrupción en la escena de los interventores deisgnados por el gobierno, el mencionado Delgado secundado por Luciano Zarich, otro funcionario del Ministerio de Agricultura. Pero en los papeles mantiene la dirección de la empresa en manos del directorio original del grupo Vicentin. Dicen los que saben de leyes que lo que haría falta para que el gobierno tome realmente cartas en el asunto y pueda negociar acuerdos sólidos con otros actores -como las mencionadas cooperativas agrícolas e YPF Agro-, es que Lorenzini resuelva la “intervención judicial” de la compañía, desplazando a sus dueños y dando finalmente poder de decisión a los interventores enviados por el Estado Nacional. Así, estos tendrían 60 días para preparar en serio -y sin el fantasma de la expropiación- una alternativa superadora.
Para que esto suceda, está claro, el gobierno debería dejar de mostrar tanto cabildeo innecesario.
-A ver Longoni, explicá por qué Alberto ratificó la expropiación- provocan los incansables militantes de las redes sociales.
-Honestamente no lo sé, pero supongo que debe estar haciendo un inmenso equilibrio entre dos facciones de gobierno.
-¿Y cuáles son estas facciones de gobierno, periodista sabelotodo?
-A esta altura, los sensatos y los insensatos.
-¿Pero quién sos vos forro para aconsejarle a Alberto y Cristina qué es lo que tienen que hacer? ¿Quién te crees que sos? ¿Maradona?
Longoni advierte que escribió esta nota hablando de él en tercera persona, como a veces suele hacer el astro del fútbol. El detalle no pasa inadvertido tampoco para un par de productores agropecuarios, de esos ultra liberales que respiran odio al kircherismo desde el conflicto por la 125 y promueven salir a las rutas en caso de que finalmente se decida avanzar con la expropiación de Vincetín.
-¿Viste que Longoni escribe en tercera persona como si fuera Maradona?
-¡Y qué queres! Toda la vida dijimos que ese era zurdo…
“Todos los que apoyan la expropiación, no sabe un carajo de la soja…” “Nadie en su sano juicio vendería sus granos a una empresa 100% estatal…”. Mucho prejuicio, como los que se encuentran en la vereda de enfrente de tu postura. Vicentin (que se entiende que sabe de soja) como otras empresas privadas del Agro, dejaron con el culo al norte a muchos productores y Pymes. Tampoco entiendo como Cooperativas de productores entregaron granos de sus socios a quien hace rato estaba en la cuerda floja (se entiende que saben de la Soja y el mercado). Son todos anti estado, pero no dudan en tocar la puerta de sus contactos en los gobiernos para ganar licitaciones, para evadir miles millones en impuestos, pedir miles de millones en créditos sin avales a la Banca estatal (Que en definitiva es plata mía , tuya, de aquel, etc). Conservemos el pensamiento crítico, porque esto no es un River-Boca, y seamos justos.