Por Matías Longoni (@matiaslongoni).-
¿Cómo puede suceder que el mismísimo presidente Mauricio Macri desmienta una y otra vez que el Gobierno piense en modificar el esquema de retenciones? ¿Por qué no alcanza con que lo diga una sola vez y listo? Es el presidente, nada menos, y en cualquier país normal del mundo alcanzaría con su palabra para alejar los temores de los productores y disciplinar a la tropa propia.
En un país normal Macri diría “no van a subir las retenciones” y ya, a otra cosa. Aquí lo ha dicho como quince veces y no se disipa nada, el miedo sigue. Lo ha dicho también su principal aliada política, uno de los puntales de la alianza Cambiemos, la diputada Elisa Carrió. “Quedensé tranquilos”, dijo. Pero nadie se tranquiliza.
En Tandil junto a @mauriciomacri y @mariuvidal en plena siembra de #trigo, visitamos a Martín, que a pesar de la última sequía, sigue apostando a crecer, producir más, generar más trabajo y divisas. pic.twitter.com/7Mwt4SyyjQ
— Luis Etchevehere (@lmetchevehere) June 25, 2018
Es raro, singular. Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal, junto al ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, visitan el lunes a un productor CREA de Tandil y se suben a su sembradora de trigo. La visita coincide con el tercer paro general de la CGT contra la política económica, durante el cual los popes del sindicalismo vuelven a fustigar a los productores agropecuarios que “han sido los grandes beneficiarios” por la quita de retenciones. Al rato, en un canal de TV de Tandil, el presidente se empecina en insistir con su receta. “Las retenciones se fueron y no van a volver”, repite como loro.
Debería alcanzar y sobrar para llevar calma. Pero no. No calma nada. Horas después a esa nueva desmentida, la colega Liliana Franco -siempre bien informada de lo que sucede realmente en los pasillos del poder- publica en Ámbito Financiero un artículo intitulado “Gobierno espera que los dirigentes del agro propongan suspender la baja de retenciones a la soja”. De nuevo las dudas y algunos productores prepotentes que -como Sampaoli- le echan la culpa al mensajero, el periodismo. ¿Pero qué culpa tenemos nosotros de los mensajes cruzados que emanan del seno del propio Gobierno y echan una palada de dudas sobre las propias palabras de un presidente?
Con rigor periodístico, cuenta la querida Liliana que “el tema de las retenciones a la exportación de productos agrícolas sigue siendo motivo de un tironeo entre las autoridades nacionales -apremiadas por disminuir el déficit del Estado- y el sector rural -que se opone férreamente a cualquier cambio-“.
También revela lo que todos sabemos (y nos confirman los propios dirigentes rurales): que el ministro Etchevehere está tratando de convencer a sus ex compañeros de la Mesa de Enlace de que sean ellos mismos los que ofrezcan la suspensión del esquema de rebajas a los impuestos que gravan las ventas externas de soja, “como un aporte del campo a la difícil situación por la que atraviesa el país”. Las comillas las puso Franco y revelan que alguien, dentro del propio Gobierno, dijo esa frase textual, a pesar de lo que decía en otro lado el presidente.
En Bichos de Campo manejamos la misma información que han venido publicando Liliana y otros colegas en los últimos días: lo que necesita el Gobierno (a pesar del presidente y de Carrió) es pone un freno definitivo al cronograma implementado a partir de enero de este año, que reduce las retenciones a la soja y sus derivados a razón de medio punto porcentual por mes. Ese cronograma arrancó en enero en el 30% (tres puntos menos para el aceite y los pellets) y ahora está en 27%. De continuar como está establecido, el tributo a la exportación debería ubicarse en 24% en diciembre próximo y bajar otros seis puntos a lo largo de 2019, para quedar en 18% al final de este primer mandato de Macri.
Las fortalecidas autoridades del Palacio de Hacienda también han echado a rodar la versión de que se pensaba reimplantar las retenciones (en un nivel de 10%) al trigo y el maíz, los dos cereales que antes tributaban más de 20% y que dejaron de hacerlo con el cambio de gobierno, como el resto de los cultivos y de los sectores de la economía. Pero ese amague, que tenía que ver con recaudar más dinero del agro, fue perdiendo fuerza en las últimas horas y ya habría quedado descartado.
Quizás sean esas las retenciones a las que hace referencia el presidente en su nueva desmentida de Tandil. “Las retenciones se fueron y no van a volver”, dijo Macri. La frase le cabe a la perfección al trigo, el maíz, la carne, la minería y la industria. Pero no cuaja con la soja, que sigue pagando 1 de cada 4 camiones que salen del campo.
Más allá de que la necesidad de plata para el Fisco es evidente, el gran drama de las retenciones a la soja es el bendito cronograma de reducción, un sistema que inventó el vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui, cuando el gobierno le pidió al campo un primer gesto patriotico, allá por mediados de 2016. Es que a fines de ese año debía operar una segunda baja de retenciones a la soja de 5%, para reducir el tributo del 30% al 25% de un saque para todo 2017. Era lo que había prometido Cambiemos en su campaña electoral. Pero a instancias del propio Ejecutivo esa rebaja se demoró un año. A cambio se puso en marcha recién en 2018 esta rebaja gradual de a puchitos, que ahora el propio Gobierno padece y quiere detener.
Fue Lopetegui quien decidió ir bajando las retenciones de a 1/2 pto. @alfonsopratgay y @BuryaileRicardo creían que eso dilataría la liquidación, Lopetegui decía que el problema era sostener el dólar. Paso todo al revés, Lopetegui está y echaron a los que, en esta, tenían razón.
— Carlos E. Gonzalez Prieto (@GonzalezPrietoC) June 26, 2018
En aquel momento, fue sencillo para Ricardo Buryaile convencer a sus colegas ruralistas de la Mesa de Enlace que aceptaran. Pero ahora Etchevehere deberá poner mucho más esfuerzo para vencer la resistencia de los titulares de CRA, Dardo Chiesa; la Sociedad Rural, Daniel Pelegrina; la Federación Agraria, Omar Príncipe; y Coninagro, Carlos Iannizzotto, con quienes se reunirá esta semana. ¿Por qué? Porque hubo una sequía que provocó pérdidas multimillonarias a los productores de granos, al malograr 20 millones de toneladas de soja. Y porque a pesar de que la devaluación mejoró los precios de ese grano en pesos, en dólares las cotizaciones internacionales han bajado estrepitosamente en las últimas semanas, casi equilibrando la balanza.
¿Y por qué el Gobierno quiere detener el cronograma de reducción de retenciones? No es tanto por el dinero que dejaría de recaudar si continúa con esta rebaja progresiva, sino por los problemas que genera este sistema ideado por Lopetegui en el frente cambiario, tan sensible a los intereses oficiales por estos días de corrida.
¿Por qué? A ver, es sencillo. Si los productores saben que el tributo a la soja bajará paulatinamente, mes a mes, demorarán sus ventas de soja la mayor cantidad de tiempo posible, para poder obtener así un mejor precio. No es especulación sino defender el valor de tu mercadería del mejor modo posible. ‘En vez de vender la soja en junio y que me saquen 27% del precio lo hago dentro de dos meses y solo me descontarán el 26%’, es el razonamiento. Un punto de retenciones equivale a cerca de 4 dólares por tonelada, que no es poco en estos tiempos de rindes raquíticos. Sobre todo pensando que quedan en poder de los productores cerca de 20 millones de toneladas de soja.
De la misma medicina tuvo que tomar este mismo gobierno hace pocas semanas. Los exportadores de soja nucleados en Ciara-CEC no anotaban negocios en el exterior sencillamente porque eso los obligaba a tributar retenciones más altas, según las ley 21.453 que ellos mismos defendían cuando las retenciones subían en vez de bajar. El gobierno modificó las normas mediante una resolución y sanseacabó: ahora las aceiteras declaran porque se determinó que pagarán las retenciones vigentes al momento de cargar el barco y no al momento de su Declaración Jurada (DJVE). Es decir que exportarán con las retenciones a futuro, más baratas de acuerdo con el cronograma.
Ver: Las exportadoras se “suben” al cronograma de reducción de retenciones
Las cerealeras siempre dicen que ingresan los dólares al mercado cambiario local cuando necesitan trocarlos por los pesos para comprar granos a los productores. Con esa modificación de la Ley 21.453, ellas ya resolvieron su problema frente al escenario de retenciones decrecientes. Pero los chacareros no lo hicieron y se defienden como pueden, reteniendo las ventas lo máximo posible. Hasta Carrió entendió el problema y habló de ello la semana pasada en una visita a Coninagro.
Lo Dijo @elisacarrio en @CONINAGRO hace varios días atrás… “hay un problema en la rebaja, si todos los meses Baja, nunca se va a liquidar”…
— César Tapia (@cesartapiaok) June 26, 2018
Las alternativas que se barajan a pesar del presidente, entonces, tienen que ver más con este problema que con la necesidad de recaudar del campo, aunque eso no vendría mal tampoco. Por eso la propuesta que Etchevehere está haciendo a los dirigentes rurales es que sean ellos mismos los que propongan detener el cronograma de reducción, en un nuevo canje por alguna otra alternativa que no afecte el ritmo de ventas de los productores y permita un flujo de agro-dólares adecuado hacia el mercado cambiario.
Entre las alternativas se barajó congelar las retenciones en el 27% actual y producir una nueva rebaja recién en la próxima cosecha. Como contrapropuesta alguno dijo que los productores solo aceptarían eso si las retenciones sojeras se congelan en el 24%, que es el nivel al que deberían llegar a fin de 2017.
Mientras esto se define, los argentinos deberemos seguir transitando esta situación absurda de desconfiar de todo, incluso de las desmentidas constantes de un presidente.
Quedan 20 millones de toneladas de soja, para vender hasta Marzo, dicen por ahí.
Es MUY POCO. LA industria aceitera consume de 4 a 5 por mes, la cosecha paraguaya no va a alcanzar y por eso estan por traer de EEUU ni bien cosechen en Octubre.
Trigo y maíz, todos sabemos que no sobran, al contrario. Cebada y girasol, ni hablar.
O sea que toda esa movida de “liquiden”(las exportadoras dicen que estan al día o algo adelantadas), es simplemente la ignorancia sobre el tema de ciertos sectores del gobierno, que no saben si la raíz crece para arriba o para abajo. Por supuesto, esa ignorancia alcanza a Lilita.
Para mi hay un sector del gobierno (Dujovne puede estar ahí) que no conoce el tema y quieren retractarse en ese tema. Y otro que está por mantener las cosas como están. Macri parece haber laudado a favor de los segundos.
Y Ambito como fuente no es la voz del gobierno, ni de los empresarios, es la voz de los encargados de edificios y del PJ Capital