Carlos Ernesto Carlón está invadido de una profunda congoja y se le nota en su voz al hablar. Es que no hay palabras para explicar lo que le sucedió anoche, cuando le carnearon un caballo. Está convencido que los que cometieron esta brutalidad no lo hicieron por hambre sino por pura maldad. Es que no se llevaron todo el animal: le sacaron los cuartos, pero dejaron tirados en el campo los restos.
Además de ese caballo, los que atacaron el campo de Olavarría faenaron una yegua que era propiedad del dueño del lugar.
Carlón es el presidente de la agrupación Los Gauchos Peregrinos de la Parroquia San José en Olavarría. Cada año, en la última semana de septiembre, ellos viajan a Luján recorriendo a caballo unos 400 kilómetros por tierra durante nueve días, hasta poder llegar al santuario, rezarle a la virgen y desfilar honrosos con sus animales.
El caballo que les mataron llegó a remolcar la figura de la Virgen de Luján un par de años. Apareció faenado del modo más cruel en un campo ubicado en inmediaciones a Sierras Bayas, una localidad a 25 kilómetros de Olavarría, al igual que una yegua que pertenecía al dueño del establecimiento rural.
“Teníamos permiso de dejar nuestros caballos como lugar de resguardo en el campo del señor Iturralde. Y unos vándalos, o la palabra que se te ocurra para definirlos, entraron anoche al campo y agarraron este caballo que era muy manso, y le pegaron un tiro en la cabeza; luego mataron a una yegua que era del dueño del campo”, describió Carlón a Bichos de Campo.
Según definió el presidente de la agrupación Los Gauchos Peregrinos, a los caballos “los faenaron del modo más cruel porque le sacaron los cuartos. Si mirás bien las fotos te darás cuenta que encima dejaron los cuartos tirados a un costado. Supongo que no se los pudieron llevar por el peso que tenían, pero queda a las claras que eso no era hambre sino pura maldad”.
El caballo que faenaron era muy manso, según relató Carlón, y tenía excelente contextura física. También papeles y vacunaciones al día. “Imaginate que para nosotros esto era valioso. Somos un grupo de 30 a 35 peregrinos de una parroquia del centro de Olavarría, y hace más de 30 años que viajamos cada año a Luján de a caballo, y lo hacemos con mucho sacrificio”, manifestó.
“Preparar estos caballos nos cuesta mucho y todo lo hacemos a pulmón, incluso recaudar fondos para nuestro viaje que ya de por si es muy costoso junto a la estadía, para poder desfilar en Luján. Nos acongoja y nos pone muy mal porque no tenemos cómo resguardarnos de esta clase de delincuentes que cada vez son más”, se lamentó.
Carlón dijo que no tienen aún el dato de quién o quiénes fueron los responsables de este hecho tan atroz, pero ya radicaron la denuncia en la policía local.