Un cambio estructural está ocurriendo en India, país que, con algunas modificaciones regulatorias, podría transformarse en la próxima “China” en materia de comercial agroindustrial.
Este mes el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) redujo la estimación de consumo de harina de soja en India para las campañas comerciales 2024/25 y 2025/26 debido, en parte, al aumento del uso de burlanda de maíz (DDGS por sus siglas en inglés), producto derivado de la elaboración de bioetanol de maíz.
En los últimos dos años la producción de DDGS en India ha aumentado significativamente como resultado de los cambios en el mandato de uso obligatorio de bioetanol, que desde mayo pasado rige en un corte del 20% con nafta (E20). El gobierno tiene planes de alcanzar el E30 antes de 2030.
Si bien la caña de azúcar es la principal materia prima utilizada para cumplir con el mandato de uso interno del biocombustible, el uso de maíz ha aumentado significativamente en los últimos dos años.
“La producción de DDGS de maíz en India viene aumentado como resultado de la expansión de la producción de bioetanol, lo que ha llevado a muchos productores de balanceados a sustituir parcialmente la harina de soja por DDGS debido a su menor coste. Según datos de exportación de la India, la harina de soja tenía un valor FOB de 416 u$s/tonelada en marzo de 2025, mientras que el precio del DDGS era de 225 u$s/tonelada”, señala el informe del USDA.
“El menor consumo interno de harina de soja ha provocado un repunte de la oferta exportable. Por lo tanto, las exportaciones de harina de soja de la India fueron ajustadas ahora a 1,8 millones de toneladas en 2024/25, pero caerían a 1,4 millones en 2025/26. Hasta el momento, en la temporada 2024/25, las exportaciones de harina de soja de la India se han destinado principalmente a la UE-27, Bangladesh y Nepal”, añade.
En la campaña 2025/26 se espera que el consumo de harina de soja aumente en consonancia con el menor crecimiento de la oferta de DDGS, debido a que la normativa sobre bioetanol se acerca a los niveles objetivo.
India está en una situación límite porque la producción interna de maíz no alcanza para cubrir la demanda de los sectores alimentarios y bioenergéticos. Para la campaña 2025/26 el USDA prevé una cosecha de 42,0 millones de toneladas de maíz con un consumo interno previsto en 43,5 millones.
La cuestión es que las autoridades de India no permiten el ingreso de granos o harinas vegetales proteicas derivadas organismos genéticamente modificados, lo que representa una barrera comercial de facto.
Ahora, en el marco de las negociaciones impulsadas por el presidente Donald Trump, en las cuales EE.UU. amenaza con aplicar aranceles adicionales si los países no incrementan la compra de bienes estadounidenses, los negociadores de este país están intentando que India apruebe un cupo de importación de maíz genéticamente modificado con aranceles preferenciales.