Mauricio Macri recorrió este miércoles la Expoagro 2019 con un solo objetivo: intentar mantener en pie la alianza tácita que mantiene con el sector agrícola. Para lograrlo utilizó una única herramienta: la franqueza. Tanto en privado como en público admitió que la crisis es grave y dejó en claro que primero hay que resolver el gran entuerto económico actual (visible en al elevado riesgo país, la cotización del dólar y el alto nivel de las tasas de interés) antes de encarar las políticas de fomento productivo que le reclaman los productores.
Pocos recuerdan que en esta misma exposición, pero el año pasado, la situación era mucho peor que la actual para los productores de granos: había una sequía espantosa que malograba un 20% de la cosecha gruesa. De todos modos, todavía los cráneos de Cambiemos creían tener bajo control las principales variables económicas. Macri, en ese momento, se relajó y llegó a la feria con un solo anuncio: la unificación de varios registros agropecuario en el SISA. La verdad, tanto era el relajo entre los funcionarios que la mayoría de ellos no sabía de qué se trataba, y por eso tardaron varios meses, hasta fines de 2018, en poner en marcha ese sistema bajo la órbita de la AFIP. Habemus SISA, anunciaron luego de un arduo trabajo.
Bueno, un año después Macri volvió a Expoagro menos relajado y con tres anuncios bajo el brazo que resultan apenas excusas para evitar la discusión de fondo que le propone el sector productivo. En realidad, el presidente repitió el anuncio sobre el SISA pero resignificado para el nuevo contexto. En vez de “Sistema de Información Simplificado Agrícola”, ahora quiere decir: “Si salimos de esta crisis puede ser que podamos volver a hablar de política agropecuaria”.
“Si salimos de esta”, repitió Macri ante los presidentes de las cuatro entidades de la Mesa de Enlace, de AACREA y de AAPRESID, y de las Bolsas de Cereales en una reunión reservada que se realizó un rato antes de una breve recorrida de 200 metros hasta un lugar aséptico, perfectamente aislado por vallas, dominado por las cámaras de televisión. Allí todo estaba cuidadosamente custodiado por la prensa presidencial, que ubicó al lado del presidente a Daniel Pelegrina, de la Sociedad Rural; y Dardo Chiesa, de Confederaciones Rurales. Evidentemente, el gobierno quiso dar la imagen de una alianza intacta.
Le fue mejor con los productores, que aplaudieron al presidente y hasta le regalaron palmadas y gritos de aliento. Es que Macri fue vivo a la hora de hablar para la televisión. Felicitó y agradeció a los chacareros por la rápida recuperación de la cosecha, que después de la sequía este año podría llegar a batir nuevos récords. “Quiero decirles gracias de corazón por el ejemplo de fortaleza que le han dado al resto de los argentinos”, arrancó Macri su breve discurso. A los productores se les hinchaba el pecho de orgullo. Están orgullosos realmente de lo que hacen y les encanta que se lo digan. El colega Carlos Esteban González Prieto consiguió un testimonio valioso de esa comunión:
Franqueza y más franqueza. Si salimos de esta. “Este impuesto de los 4 pesos (por dólar exportado) es una emergencia, es un mal impuesto”, definió Macri sobre las nuevas retenciones. En privado aclaró que aspiran a su eliminación en diciembre de 2020, como estableció el propio Gobierno, aunque repitió y repitió: “Si salimos de este nivel de riesgo país”.
En la gatera quedaron los reclamos de los dirigentes rurales por la situación de las economías regionales, porque el beneficio de los aportes patronales no llegó a todos, porque es necesario recuperar el crédito para el sector productivo, porque de una buena vez por todas este país necesita diseñar algún plan de desarrollo productivo…
Macri les tapó la boca con las urgencias, pero sobre todo con el riesgo de lo poco que se ha avanzado pueda desplomarse ante la amenaza, en un año electoral, del posible regreso de un gobierno populista, una idea que aterra a todos los productores. “Este es un año fundacional para nuestro país, el mundo está mirando que vamos a hacer los argentinos, si vamos a ratificar el rumbo o vamos a querer tomar un atajo”, resumió Macri. Soy yo o el abismo.
Si salimos de esta crisis podremos saber cómo sigue esta historia. Por ahora, con muy poco, Macri renovó su crédito. Alcanzaron dos pizcas de esperanza y una porción de miedo.