Por Matías Longoni (@matiaslongoni).-
El presidente Mauricio Macri anuncio este jueves la implementación de una suerte de nuevo impuesto bautizado pomposamente como “Seguro Verde”, que servirá para financiar en lo sucesivo los planes de nuevas forestaciones encarados a la sombra de la Ley 25.080 de Promoción de Bosques Cultivados. La gabela consistirá en derivar el 1% de todos los seguros automotrices que se contraten en el país hacia los subsidios forestales, por una suma que se estimó en unos 1.000 millones de pesos anuales.
En la localidad correntina de Paso de la Patria, y acompañado por los ministros Luis MIguel Etchevehere; su par de Ambiente, Sergio Bergman; el superintendente de Seguros de la Nación, Juan Pazo; y el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdez; el propio Macri “remarcó la importancia de esta iniciativa que generará un ahorro mayor a los 1.000 millones de pesos”.
En realidad, en tiempos de ajuste fiscal, será un ahorro para el Estado, que hasta ahora debía disponer todos los años en el Presupuesto de Agroindustria de partidas destinadas a cumplir con la ley que impulsa la forestación. Pero nunca se derivó al sector tanto dinero como el que mencionó el presidente. Más bien, los presupuestos anuales su ubicaban en una quinta parte de eso.
“El Seguro Verde destinará un 1% del valor de cada póliza de automotores, motos y camiones de carga, a la Ley de Promoción Forestal 25.080 que fomenta el trabajo de la cadena. De esta manera, cada vehículo que produce CO2 aportará recursos que permitirán mitigar los efectos de gases y así reducir su huella de carbono”, fue la explicación que surgió de Agroindustria. Allí además se dijo que ese porcentaje de los seguros que pagan todos los que van sobre cuatro ruedas no implicaría una suba de los costos a los asegurados, ya que es lo que habrían prometido las aseguradoras. Pero eso parece poco difícil de creer si no queda por escrito.
El sistema debería pasar por el Congreso Nacional este año, ya que la Ley 25.080 fue sancionada en 1998 y se prorrogó diez años después en 2008. Este año vuelve a vencer en sus alcances. Se supone que allí los legisladores podrán opinar si están de acuerdo en cargar los costos de las nuevas forestaciones sobre el bolsillo de los automovilistas.
El debate debería ser tomado en serio, porque hasta ahora, tras veinte años de aplicación de la Ley y los subsidios a nuevas forestaciones (cubren entre 50 y 80% de los costos de implantación, dependiendo del tamaño de la explotación), esta política forestal ha sido un verdadero fracaso. Ya cuando se sancionó la 25.080 la superficie forestada estaba en torno a 1,2 millones de hectáreas y se prometía llevarla en diez años a 2 millones. Es lo mismo que vuelve a prometer ahora Macri y su gabinete.
“Hoy contamos con una superficie de 1,3 millones de hectáreas de bosques cultivados de los cuales alrededor de la mitad se plantó bajo la Ley 25.080 que sigue vigente hasta enero de 2019”, subrayó el ministro Etchevehere sin un dejo de vergüenza. Quizás no sea él el responsable, pero lo cierto es que la superficie forestada no creció, porque lo que se subsidió dos o tres veces es la reimplantación de las mismas hectáreas de bosques.
Es decir que el Estado financió en varias ocasiones (dos o tres) a los mismos beneficiarios por implantar la misma superficie. Ergo, todo quedó estancado.
“Tenemos una meta con la cadena forestal de llegar a 2 millones de hectáreas de bosques cultivados en 2030”, dice ahora el ministro, repitiendo los que los periodistas memoriosos ya escuchamos hace 20 años. Se prevé la plantación de al menos 62 mil hectáreas por año. Los fondos llegarán por medio de Aportes No Reintegrables a 18 mil pequeños y medianos productores, y pemritirían “atraer inversiones industriales y generar alrededor de 100 mil nuevos puestos de trabajo”, se indicó.
La diferencia ahora respecto de 1998 es que las excusas son mejores que antes, cuando el clima no era tan adverso, y hay más urgencia por implantar árboles. “Con el desarrollo de esta actividad estamos ayudando a cumplir con el compromiso asumido por el país en cuanto a mitigación del cambio climático, porque más bosques implantados captan y mantienen fijado el carbono en la atmósfera”, indicó Etchevehere.
Según se informó oficialmente, el proyecto del Seguro Verde fue generado por la Superintendencia de Seguros de la Nación, los Ministerios de Finanzas, de Agroindustria, de Ambiente, y de Producción de la Nación. Adicionalmente, cuenta con el apoyo voluntario de las empresas Federación Patronal, La Segunda, San Cristóbal, Sancor, Triunfo, Nación Seguros y Provincia Seguros.
Informó Agroindustria que la iniciativa complementa el proyecto de póliza digital que está desarrollando la Superintendencia de Seguros que propone reemplazar las pólizas en papel por digitales. De esta manera, se produce un ahorro en la impresión, distribución y archivo. La aplicación MiArgentina, permitirá a su vez que cada conductor pueda mostrar en su celular la cobertura de seguros vigente.
Dejemné poner en duda a mi que esto sea finalmente así y que el 1% que las compañías de seguros deban girar a la autoridad de aplicación de la Ley Forestal no sea rápidamente trasladado a los usuarios, como si éstos no pagaran ya por sus coberturas valores mucho más elevados que los que se pagan en otros países.
Obviamente, el sector forestal festejó los anuncios. Osvaldo Vassallo, presidente de la AFoA (Asociación Forestal Argentina), indicó “Este acuerdo es histórico para el sector foresto-industrial, ya que puede dar el impulso que se necesita para que el país aproveche sus ventajas naturales y se convierta en una potencia a nivel global. Incrementar la superficie de bosques cultivados permitirá no sólo tener un mejor ambiente, sino que pone al país en el radar de las inversiones de magnitud. La construcción con madera, la generación de energías renovables y el papel son algunas de las áreas que pueden tener un gran impulso con este tratado. Estamos muy entusiasmados”, finalizó.