Luis Ventimiglia es técnico del INTA de 9 de Julio, donde ensaya con la soja y otros cultivos. El hombre cree que hay mucho territorio que conquistar incluso en el cultivo estrella de la Argentina, donde los rendimientos productivos parecen haberse estancado en los últimos años. Su receta para hacerlo parece sencilla: “Tenemos que ser más profesionales”.
En una charla organizada por Fertilizar, la ONG que agrupa a los proveedores de ese tipo de insumos del país, el técnico del INTA dejó claro que están dadas todas las posibilidades para crecer en rindes, desde el punto de vista genético y del ambiental. Mostró en su charla que existen rindes internacionales de soja que llegan a los 11 mil kilos/hectárea y que en el país se han visto casos 9 mil kilos de promedio en algunos lotes. “Y hemos visto en monitores de rinde de cosechadoras zonas que superan dicha marca”, desafió.
Entonces, la pregunta era obvia: ¿Por qué hay muchos campos que obtienen solo 3 mil kilos o menos de soja?
“El rendimiento no se construye con una práctica sola. No es solamente fertilizar adecuadamente. También hay que atender malezas, barbechos, realizar una siembra adecuada. Claro que tratamos con una producción a cielo abierto, en la que dependemos de la lluvia y hasta puede caernos granizo. Pero en aquellos años donde las condiciones se dan, ahí tenemos que potenciar los rindes”, explicó Ventimiglia a Bichos de Campo.
Escuchá la entrevista completa al profesional del INTA:
El técnico consideró que se debe poner la lupa en aquellos campos de buenas condiciones, en los que existen brechas de tal vez 2 mil kilos, para comenzaa a hacer bien las cosas. “No hay que ponerse a resolver cosas imposibles, como un campo lleno de sal en que quiero que crezca el pasto, sino apuntalar un campo bueno que obtiene 3 mil kilos de soja y puede llegar a 5 mil”, precisó.
“Tenemos que ser más profesionales, tanto el técnico como el productor. No es cuestión de sembrar de más para cubrirse de errores. ¿Qué sembrás? ¿De qué calidad? ¿Cuántos analizan semillas?”, interrpgó Ventimiglia, que insistió: “Tenemos un camino larguísimo pero se pueden achicar brechas”.
-¿Por qué el productor concibe a la soja como un cultivo de baja tecnología?- le preguntó Bichos de Campo.
-Porque la soja sin tecnología produce, a diferencia de otros cultivos. Arriesgan menos y se terminan conformando con menos. Y no sabe todo lo que está dejando de ganar. Una cantidad enorme para el país y alimentos para el mundo- respondió Ventimiglia.