En las semanas previas a la Navidad los precios de la hacienda pegaron un salto importante para acumular un incremento de 35% desde octubre y redondear una suba anual acumulada del 70%. El salto duplicó a la inflación del 2020, pero no alcanzó para compensar los incrementos de insumos claves de la ganadería, como los granos y de los terneros de cría que pasan por los feedlots antes de ir a la faena.
Pasadas las fiestas y con menos gente en los grandes centros urbanos y de consumo los precios aflojaron y, según comentó el consultor Víctor Tonelli, perdieron cerca de 15 pesos por kilo vivo, lo que significa una baja en torno al 8% respecto de los valores más altos alcanzados en diciembre.
“Aquella suba fue lo anómalo. Lo de hoy es la realidad, los valores se ajustan más a la relación entre oferta y demanda”, explicó el respetado conultor.
Escuchá la entrevista a Víctor Tonelli:
Según el analista, hay dos grandes factores bajistas en el mercado ganadero que le imprimirán cierta tranquilidad para las próximas semanas.
“La realidad es la de un mercado de exportación al que le cuesta cerrar el numero porque el negocio no lo convalida. El exportador está pagando 3,3 dólares por kilo en gancho, el más caro del Mercosur. Y en el mercado interno, si bien pudo haber faltado algo (de hacienda), la realidad es que la oferta es buena y no veo capacidad de compra para impulsar los precios por encima de lo que están hoy”.
Diferente es el panorama para la invernada, al menos en el arranque del año. Según Tonelli, influyen en este negocio los temores a la macroeconomía y la recomposición de la oferta de pasto: “La desconfianza del peso es enorme, nadie quiere tener pesos, y con las lluvias de las últimas semanas los campos mostraron oferta forrajera interesante, por lo que seguiría habiendo demanda de invernada. La gente necesita reponer y el que tiene pesos busca qué hacer con ellos”, explicó.
Ese proceso se da a pesar de que el número de los engordadores en muchos casos no da, porque no acompaña con la misma tendencia el mercado del ganado para faena. Por eso se busca recría a campo de los terneros antes de meterlos en un coral.
“Una alternativa es ganar kilos baratos a pasto, pues el número del engorde a corral no cierra. Con la foto de hoy, en el caso del novillito -que es la categoría que a mí más me interesa para llevarlo a la exportación- hay que pagar 140 pesos para salir hecho y no se consigue por menos de 160 pesos”, estableció Tonelli.
El analista explicó que los primeros negocios que se conocieron en este año dan cuenta de esa firmeza a la que refiere: “Hoy el ternero macho de 180 a 220 kilos vale de 185 a 200 pesos, según calidad y lugar. Y los de más kilaje, de 320 a 330 kilos, se venden entre 160 y 165 pesos. Mientas que las terneras se venden entre 165 y 175 pesos, siempre según la ubicación y calidad de la hacienda”.