El Ministerio de Energía, a cargo de Juan Jospe Aranguren, autorizó este lunes aumentos de entre el 6 y el 9% en los valores que deben pagar las petroleras a los fabricantes de bioetanol, el combustible renovable que se utiliza para cortar en 12% a la nafta.
La cartera ministerial determinó mediante la Disposición 87/2018 que el precio de adquisición del bioetanol elaborado a partir de caña de azúcar sea ahora de $ 17,737 por litro, equivalente a un 9% de incremento respecto de los $16,161 que se fijaron provisoriamente a fines de marzo último.
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En el caso del biocombustible elaborado por las grandes plantas que muelen maíz, ubicadas en especial en Córdoba, el nuevo valor fijado será de $14,098 por litro: un aumento de 6,5% respecto de los $13,164 fijados para abril.
La normativa aprobó además los procedimientos para la determinación de los Precios de Adquisición de ambos tipos de bioetanol, que sustituyen a otros que habían sido determinados por la Resolución 415 de noviembre de 2017.
Esa resolución, que determinaba bajas de hasta 29% en los precios de los biocombustibles, provocó una fuerte reacción de las empresas productoras y de los gobiernos provinciales involucrados, en especial el de Tucumán, donde se concentra la mayor cantidad de ingenios azucareros.
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La reacción hizo que se diera marcha atrás con una parte de esa rebaja y se convocó entonces a un proceso de revisión de los mecanismos para determinar los nuevos valores del bioetanol en base a la estructura de costos presentada por cada sector.
El resultado de ese trabajo es el que se conoce ahora. Y concluyó en que aquel fuerte descenso de los precios establecido por el ministro Aranguren era por lo menos exagerado, ya que hasta octubre de 2017 (momento de dicha intervención), los valores del bioetanol eran de $ 16,873 para el sector cañero y de $ 13,623 para las plantas maiceras. Es decir, estaban algo por debajo de los actuales.
Eso sí, ha transcurrido desde entonces todo un semestre de debates, en un país con una inflación todavía descontrolada.