Luciano Nosetti es cuarta generación de productores agropecuarios en la localidad bonaerense de Salliqueló. En 2001 se recibió de veterinario y regresó al poco tiempo a sus pagos porque sabía que su lugar estaba entre las vacas. De los 20 años que lleva trabajando en el sector como productor, cabañero, veterinario y asesor, 16 lo vieron hacer malabares para resistir a las políticas en contra del sector ganadero. Y aún así, a diferencia de muchos otros que se alejaron de la actividad para apostar a algo más seguro, él encontró la manera de seguir apostando por su pasión.
El campo de la familia Nosetti es uno representativo de lo que es la ganadería de ciclo completo, lo que implica que debe repartir el tiempo y las tareas ganaderas (hace cría, invernada y terminación a corral, además de tener una cabaña) con la agricultura, lo que le permite lograr tener alimento todo el año. Reconoce Luciano que ese sistema mixto es el que de alguna forma lo ayudó a salir adelante: tener un pie en cada rubro.
Luego del cierre de las exportaciones de carne en 2006 y su posterior reapertura en pequeños cupos, emn un proceso que decantó en la perdida de entre 10 y 12 millones de cabezas de ganado que aún no se han recuperado, muchos productores decidieron migrar hacia la agricultura para trabajar con ciclos más cortos y por lo tanto un poco más predecibles.
Nosetti, en cambio, apostó a la intensificación ganadera -es decir a tener más animales en la misma superficie- y a las nuevas tecnologías agrícolas que lo ayudaron a suplementar a los animales y a mantener la misma producción de carne con menos hectáreas.
Por eso, este veterinario de Salliqueló se siente con autoridad como para explicarles ciertas cosas a las autoridades políticas. “La ganadería es muy vulnerable a las decisiones rápidas que se van tomando sin considerar que esto es un ciclo biológico. Hoy estamos planificando y haciendo los servicios de los novillos que vamos a vender dentro de tres años. Producimos productos perecederos con lo cual quedamos expuestos a cualquier decisión que se tome desde el sector político. Saben que la carne está y que la deberemos liquidar. Eso nos pone en cierta vulnerabilidad”, explicó a Bichos de Campo.
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Si bien la eficiencia de los planteos ganaderos ha mejorado mucho, ya que años atrás un novillo tardaba mucho más tiempo en alcanzar los 500 kilos de pesos y ese tiempo hoy se ha reducido en un 50% por las tecnologías de intensificación, la actividad trastabilla constantemente con la política y no logra despegar.
-Hay ganaderos que se adaptaron, que compitieron contra la agricultura, que se intensificaron y que demostraron que en términos de rentabilidad se podían hacer bien las cosas. Pero los políticos se quejan de que la ganadería está estancada y la producción de carne no crece. ¿Qué pasa?- le preguntamos a Nosetti.
-Si la ganadería está estancada, yo preguntaría cómo va la producción de agricultura. Cada tanto tenemos un récord de producción de soja, de maíz, etcétera. y eso es sobre hectáreas que fueron a expensas de la ganadería. No es que esté estancada por capricho, sino que las señales han sido que vayamos hacia otro lado. Si no se produce lo suficiente es porque no hemos tenido las señales a nivel país para embarcarnos en un proyecto nuevamente de Argentina como productora de carne.
-¿Entonces se puede crecer más que esto?
-Yo creo que sí. Yo les contaría (a los políticos) que tenemos una actividad muy vulnerable a sus decisiones, que tenemos otras opciones para hacer si en esto no nos va bien. Lo que les pediríamos es que tiren políticas de mediano plazo certeras, que nos comprometamos de ambas partes a cumplirlas y que no cambiemos el rumbo cada dos o cuatro años.
A continuación el productor afirmó: “El sector responde pero es lento. Un vientre que se manda a faena hoy tarda tres años en generar otro que vuelva a producir. Nos cuenta mucho poner una vaca en funcionamiento. Creo que criar vacas tiene que tener su cuota de pasión. Parecería que del otro lado saben que te pueden pegar porque desde te la vas a aguantar. Nacimos con esto y respiramos esto. Los números nos tienen que acompañar porque vivimos de esto”.