Una vez, Hans Vinding-Diers, un enólogo danés y consultor de bodegas, estaba siendo entrevistado para la televisión en una chacra de la provincia de Río Negro. Estaba parado a la sombra de una alameda, y cuando la periodista le preguntó cuales eran las características particulares de la Patagonia para hacer vinos, dió un par de pasos hacia el costado, se paró donde le daba la luz del sol y señaló hacia arriba: “Esto” dijo, en referencia a cielos límpidos, un sol diáfano, amplitud térmica; a lo que se suma una ideal altitud sobre el nivel del mar y abundante agua de deshielo. Ese es el capital que define en buena medida las particularidades de este terruño o terroir.
A los ojos de los bodegueros de la Patagonia, eso es un capital común que no se negocia. Por eso reaccionaron con dureza al ver como una bodega chilena, Concha y Toro, vende al mundo los vinos que produce en Mendoza (su marca emblema es Trivento), como de la Patagonia. Desde hace un año lanzaron una ofensiva que consistió en una demanda en los tribunales de Estados Unidos para que la empresa chilena deje de usar la palabra “Patagonia” en sus vinos. La puja se centra en que un privado no puede apropiarse del nombre de una región. En Inglaterra, en una resolución de noviembre pasado, los bodegueros patagónicos ya ganaron una importante batalla.
La semana pasada los integrantes de Wines of Argentina (WofA), entidad responsable de la promoción del Vino Argentino en los mercados mundiales, llevaron adelante un encuentro en la Bodega Humberto Canale, de General Roca, Río Negro, con la presencia de bodegas, organizaciones y representantes de gobiernos de provincias de la Patagonia (Río Negro, Neuquén, La Pampa y Chubut) “buscando aunar esfuerzos para seguir trabajando de manera articulada en la estrategia de promoción de los vinos de la región”.
En un comunicado con exceso de diplomacia, a juzgar por las declaraciones que los bodegueros patagónicos hacen por fuera de este ámbito, el presidente de Wines of Argentina, Alejandro Vigil, dijo sobre la marca Patagonia: “Constituye un factor diferencial de comunicación que tenemos que aprovechar. Es reconocida internacionalmente por sus recursos y atractivos naturales”. Ni una palabra sobre la demanda.
Menos de 24 horas después del encuentro de General Roca, Ana Viola, presidenta de la Cámara de Bodegas Exportadoras de la Patagonia, aseguró que Concha y Toro “es una empresa grande utilizando una marca falsa”, y planteó a las autoridades de WofA, que es necesario “seguir informando”.
Más directa en sus apreciaciones, Viola indicó que “lo que estamos planteando es la presencia del tema, la visibilización del caso, de este conflicto que tenemos con una gran empresa vitivinícola chilena que tiene el registro de la marca Patagonia en el Cono Sur y distintos mercados del mundo”, según reprodujo el diario La Mañana de Neuquén.
En el comunicado de WofA, se citaron declaraciones de otro bodeguero patagónico: Guillermo Barzi (h), quien aseguró: “Aprovechamos el espacio para enfatizar y seguir defendiendo la marca Patagonia en el mundo, con el objetivo de que todos los productos de la región tengan su propia identidad”.
Los bodegueros de la Patagonia, con menor poder de fuego que Concha y Toro a nivel marketing, defienden los años invertidos para instalar las bondades del terruño, que fueron logran con un trabajo hormiga, al punto de negociar cuerpo a cuerpo con los dealers (los que llevan la canasta de vinos a los someliers), de los mejores restaurantes neoyorquinos, para que incluyeran alguna de sus etiquetas.
Un fallo de la Justicia inglesa le dio la razón al planteo de los productores argentinos. El juez Catrin Williams, en su resolución de noviembre pasado “respecto of the trade mark: Patagonia”, indicó que no se trata de un registro privado, sino de una denominación de origen.
Los bodegueros patagónicos están esperanzados en que, como el sistema judicial del Reino Unido -aún luego del Brexit- sigue compartiendo criterios con la justicia del resto de la Unión Europea, la revocación tenga también alcance hacia el resto del continente europeo.
El juez Williams revocó la titularidad de la marca Patagonia registrada por la compañía chilena, y aclaró que “la revocación de la marca se retrotrae a 4 de septiembre de 2006, la fecha más temprana de petición”.
Tal vez, como en otros conflictos de similar tenor, solo baste con repasar que dice nuestra legislación al respecto. En el caso de la denominación de origen de los vinos, está contemplada en la Ley 25.163, sobre “ Vinos y bebidas espirituosas de origen vínico”.
En su artículo 4°, expresa: “Se entiende por Indicación Geográfica (IG) el nombre que identifica un producto originario de una región, una localidad o un área de producción delimitada del territorio nacional no mayor que superficie de una provincia o de una zona interprovincial ya reconocida”, y agrega que un producto originario “es el producto elaborado y envasado en el área geográfica determinada”, usando uvas de parras o viñedos de esa zona.
Concha y Toro se defiende diciendo que tiene, como proyecto empresario, proteger a la Patagonia chilena, y que hace más de 25 años usa esa denominación. En un ultimo cruce con los bodegueros patagónicos, desde la multinacional chilena aclararon: “La compañía posee el título de la marca Patagonia en distintas jurisdicciones, sin perjuicio de los derechos que terceros pudieron haber constituido con posterioridad respecto a la expresión Patagonia”.