Armando Daniel Guibert, el secretario de Transformación del Estado y la Función Pública, envió hace unos días un instructivo a todas las área de gobierno que sería hilarante de no ser porque en juego está nada más y nada menos que miles de puestos de trabajo y el funcionamiento del Estado argentino, que es, después de todo, el que debe desplegar las políticas.
El secretario de Agricultura, Fernando Vilella, no figura entre los destinatarios de ese memo, que anuncia que habiendo concluido “la primera etapa de la transformación de las estructuras organizativas del Administración Pública Nacional, aplicando criterios de racionalidad administrativa y unificando jurisdicciones para tornar más eficiente el actuar del Estado nacional, se dará inicio a la segunda etapa consistente en el proceso de aprobación de las estructuras organizativas de primer y segundo nivel operativo de las Jurisdicciones, de conformidad con la conformación organizativa de Autoridades Superiores, aprobada para cada una de ellas en los decretos modificatorios del Decreto N° 50/19”. Peor ya recibió instrucciones de su superior, el más interesado en este ajuste del gasto, Luis Caputo.
Si se respetara este instructivo a rajatabla, Vilella ya puede ir olvidándose de su sueño de convertir la actual Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, como la conocemos hasta ahora, en la tan mentada Secretaría de Bioeconomía. Es que las tijeras del ajuste parecen no tener mesura ni se tomarán el tiempo adecuado para hacer un análisis en serio de cada sector. Con suerte, al ex decano de la Fauba le termine quedando una “Secretaría de Bio” o algo por el estilo.
“Cada Jurisdicción deberá presentar hasta el 9 de febrero de 2024 la propuesta de optimización de su estructura organizativa, la que deberá estar orientada por criterios de optimización, reducción y mejora de la eficacia y eficiencia de las organizaciones públicas, conforme a parámetros de diferenciación, integración e interdependencia jerárquica, funcional y presupuestaria, evitando la superposición de tareas y facilitando la coordinación interna y la implementación de los objetivos de gobierno”, dicen las instrucciones impartidas por Guibert, quien ya se había desempeñado en el gobierno en tiempos de Carlos Menem y Domingo Cavallo.
Sería digno de Capusotto el siguiente párrafo de no ser por la gravedad de la situación, pues aclara que en esos bosquejos de nueva estructura “no serán tenidas en cuenta las unidades organizativas y/o acciones que no agreguen valor”.
¿Cómo se mide el valor agregado en la función pública? Nada mejor que los expertos en bioeconomía que acompañan al ex decano de la Fauba en la Secretaría para darnos esa respuesta.
Lo cierto es que en la fuerte poda del Estado, Guibert ordenó a ministros y secretarios la “supresión y/o fusión de unidades organizativas que no aporten valor en cuanto a la producción de bienes, servicios y regulaciones”. Y enfatizó que “las responsabilidades primarias y acciones de las unidades organizativas deberán estar orientadas a la obtención de productos concretos, servicios o regulaciones que componen la función de producción de cada unidad y no a la mera descripción de tareas o procedimientos”.
Después siguen instrucciones en el mismo tono:
- No se aceptarán propuestas de estructura que contemplen aperturas de una unidad organizativa en otra única unidad organizativa en cualquiera de los niveles operativos. Es decir que hay que achicar estructura y no crear nuevas direcciones.
- Cada área debe tener una “responsabilidad primaria que le ha sido asignada”, la cual “no podrá superponerse ni repetirse en relación a la de otra, aplicándose el principio de exclusividad en el ejercicio de responsabilidad de cada unidad orgánica”.
- Así las cosas, cada unidad organizativa deberá comprender entre 5 y 10 acciones descriptivas de las responsabilidades asignadas. Por ejemplo, controlar la tos convulsa.
- La cantidad de unidades organizativas de cada Jurisdicción de nivel inferior a Subsecretaría deberá tener 70% de “unidades sustantivas” (se entiende, con funciones específicas) y solo podrá tener 30% de unidades de apoyo, como secretarias, auditores, de contabilidad, de personal, etcétera.
Y así, llegó la hora de trasladar las apetencias libertarias sobre una fuerte reorganización del sector público nacional a las escalas inferiores, lo que promete más de un dolor de cabeza y la probable eliminación de varios miles de puestos de trabajo. Los gremios ya se han declarado en alerta por esta situación.
En Agricultura, el lápiz del ajuste ya estuvo dibujando una estructura probable para esta nueva “Secretaría de Bio”, que elimina la jefatura de gabinete, reagrupa todo en cuatro subsecretarias debajo de Vilella: Pedro Vigneau encontró refugio en la Subsecretaría de Fortalecimiento Productivo y Sustentable; Germán Di Bella será el hombre orquesta asumiendo casi todas las políticas productivas en la Subsecretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca; Pablo Nardone verá si sobrevive en una prometida Subsecretaría de Bioeconomía; y Agustín Tejeda Rodríguez será el Subsecretario de Mercados Agropecuarios.
En los hechos, Vigneau asumirá todas las áreas de administración y conducción política de la Secretaría, ya que su subsecretaría asumirá las tareas de lo que era la Jefatura de Gabinete y dejará muchas otras cosas de lado, como la política regional y la agroecología. La Subsecretaría de Fortalecimiento Productivo y Sustentable tendrá las direcciones de asuntos jurídicos, de despacho y mesa de entrada, de recursos humanos, de informática, de Administración, de sumarios y de Programas y proyectos especiales.
Como se dijo, el cordobés Di Bella será subsecretario de Agricultura (todavía no ha sido nombrado) y de él dependerá casi todas las direcciones vinculadas a la producción, incluyendo el área de Pesca, que Vilella pensó en entregar porque no tenía candidato, pero finalmente dependerá de su cartera. En este esquema tentativo obtenido por Bichos de Campo no figuraba, porque es previo a esa decisión.
Es una incógnita todavía cómo se desplegará la subsecretaría de Bioeconomía que Vilella pensó para su colega y amigo Pablo Nardone, otro especialista en estas ideas innovadoras. La misma intríngulis corre para Leonardo Galaburri, a quien imaginó al frente de una Dirección Nacional de Capacitación y Extensión.
Ya se sabe que en al Subsecretaría de Mercados Agropecuarios la propuesta de Vilella será eliminar de cuajo al ex Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), que alguna vez fue un organismo autárquico y luego degeneró en una dirección nacional. Ahora, si pasa el filtro liberal, este área quedaría reducida a cuatro simples direcciones: una de infraestructura y logística; otra de Políticas de Mercados; otra de Planeamiento y Análisis de Mercado y una dirección nacional de Análisis Económico Agroindustrial.
Y si todo sale bien, habrá espacio también para una Dirección Nacional de Negociaciones y Cooperación Institucional (con dos direcciones, una de negociaciones bilaterales y otra de multilaterales) que estará a cargo de Maximiliano Moreno.
¿Qué puede fallar?
“este área quedaría reducida”; Matías, un corrector por allí.
Hola Bichos
el mundo cambia, las ideas, las personas, la economia, etc, cambian. Hay que estar atentos a estos cambios, comprenderlos y ver donde entramos en ellos. Quizas en un futuro tambien podamos participar en una generacion de ideas, para lo que deberiamos prepararnos mas y mejor,: Por ahora, las leemos.
Por este desfasaje que tenemos en el tiempo casi siempre podemos leer y ver los pro y las criticas de cada propuesta hecha en el mundo que decide, su evolucion, etc.
Por eso debemos estar atentos de no ponernos a la cola de algo que ……podria no estar funcionando.
Pensemos una bioeoonomia , si queremos hacerlo, pero con todos, en serio, consultando a quienes podrian aportar ideas nuevas en el pais, conocer sus limitaciones, etc,
Si seguimos siendo superficiales , obtendremos sus resultados. La bioeconomia ,parafraseando a un antropologo famoso “sirve para pensar”. Pensemonos entonces, usemos lo que sabemos, busquemos mas, no lo dejemos en manos de los supuestos “expertos”. .
Les envio un numero reciente sobre bioeconomia, hay mucho para leer, la mayoria esta en ingles, . pero no todo.
Saludos
Maria
“The more things change, the more they stay the same; promises of bioeconomy and the economy of promises. Dennis Eversberg et al. Sustainable Science (2023) 18: 557-568 “