La marca de automóviles Rolls Royce convoca a pensar en algo que cotiza mucho en un mercado exclusivo. No es el caso de nuestros protagonistas de hoy, el matrimonio entre Carlos Rols y Victoria Rossi, que como chiste se hacen llamar los “Rols Rossi”. El clima de trabajo en el lavadero y empaque de zanahorias que dirigen en el partido de Luján está lejos de parecer cosa de elites y ricachones. Aquí nada es suntuoso y se traspira fuerte desde hace décadas para proveer de zanahoria a la ciudad de Buenos Aires y su interminable conurbano.
Nos cuenta Victoria, que en realidad se llama María Victoria y comparte el nombre María con todas las mujeres de su familia, que todo comenzó con una genial idea de su abuelo Saturnino Rossi, un tradicional inmigrante que se dedicaba a la producción de verduras.
Parece ser que en los años 50, algún burócrata de turno decidió que no podían ingresar a Buenos Aires las hojas de las plantas que no fueran comestibles. Los productores de remolacha zafaron porque también son aprovechables las hojas que coronan ese tubérculo. Pero los de zanahoria no, pues sus hojas no tienen destino gastronómico. Hasta ese momento las zanahorias se cosechaban a mano y se vendían con su vestimenta verde. Pero a partir de esa decisión fue necesario cortarla. Bugs Bunny lo lamentaría siempre.
Mientras todos los demás quinteros dejaron de hacer zanahorias para eludir esta complejidad, la idea de Saturnino fue especializarse justamente en producir y comercializar esa zanahoria. Así nació la empresa SM Alimentos, que son las iniciales de Santa María, por todas las Marías que hay en la familia Rossi. Su planta de empaque está ubicada a metros de la Ruta 7, cerca de la localidad de Cortinez, en Luján.
Mirá la entrevista con Victoria Rossi y Carlos Rols:
El lavadero y empaque montado por Don Saturnino fue un acierto. Pero como la producción de zanahoria comenzó a escasear en la región -donde los suelos no son los mejores para ese particular cultivo-, muy pronto la familia tuvo que salir a buscar la hortaliza en otras zonas productoras. Roberto Rossi, el padre de Victoria, fue clave en ese proceso e incursionó en la producción en Santa Fe, Mendoza y otras provincias.
Hoy continúan proveyéndose de zanahorias con varios productores asociados de diferentes provincias. Eso les permite tener oferta disponible durante todo el año y no parar nunca la planta de empaque, donde trabajan más de treinta personas de forma permanente. Reciben un camión por día y entonces procesa cerca de 30 toneladas.
¿Qué hace un lavadero y empaque de zanahorias? Recibe la hortaliza sucia del campo (que ya se cosecha mecánicamente y llega sin las hojas) y primero la lava. En SM tienen un sistema de “hydro pooler” que es único en el país, que las enfría en agua a cero grados, lo que permite estirar mucho más tiempo la vida útil de ese fruto. Luego las zanahorias se clasifican por tamaño y se embolsan para el mercado mayorista. Las ventas de SM se orientan al Mercado Central de Buenos Aires, pero también a supermercados.
Cuando Victoria y Carlos tomaron el mando de la empresa familiar decidieron darle una vuelta más de tuerca. Por eso, al lado de la línea de empaque tradicional montaron un área limpia para procesar zanahorias y poder incorporar procesos para otras verduras. Es decir, apostaron por el famoso valor agregado para no depender tanto de la oscilación de los precios en el mercado en fresco.
Así comenzaron a desarrollar una serie de productos listos para cocinar y consumir, como bandejitas de ensaladas con diversas verduras, donde la zanahoria rallada sigue siendo el ingrediente principal. Una de sus estrellas son unas zanahorias “baby”, peladas y cortadas bien parejitas, que son embolsadas en un empaque especial llamado “cooking bag”, que permite cocinarlas directo en una olla de agua hirviendo o en el horno microondas. En esa línea ya incorporaron otros productos, como batata, zapallo o remolacha.
Cuando Bichos de Campo visitó el lugar improvisamos una serie de fotos caseras con este tipo de productos terminados. Son serán un Rolls Royce, pero se le parecen bastante.