En el hermoso Valle de Calamuchita existe una organización civil llamada Foro de los Ríos que tiene un interesante plan para crear una Ruta de la Lavanda, uno de los cultivos más característicos en esa región serrana de Córdoba repleta de plantas aromáticas.
Ya existen en esa región 43 productores que se dedican a la lavanda en diferentes escalas. Doce de ellos están a punto de constituir el primer grupo de Cambio Rural dedicado exclusivamente a ese prometedor cultivo, que tiene múltiples usos y que podría servir además para potenciar las actividades de turismo rural que se ofrecen en un sector del valle conformado por Villa General Belgrano, Los Reartes, Villa Ciudad Parque y La Cumbrecita.
El cultivo comercial de lavanda para obtener flores (frescas o secas) o aceite esencial es una actividad que ha crecido bastante en la zona de Calamuchita gracias al trabajo del Foro de los Ríos, cuya actividad central está enfocada en hacer de esta región de Córdoba un espacio muy amigable con la Naturaleza.
Cristian Moya, el presidente de la ONG, contó a Bichos de Campo que como parte de esa tarea se propusieron buscar alternativas a los cultivos de papa que se hacían tradicionalmente en la región, ya que deterioraban los suelos y requerían de muchos insumos químicos. Allí apareció la lavanda y otras aromáticas, como el romero y la peperina, como la mejor alternativa.
“A la gente le gusta mucho ver todo lo que es la cultura de la lavanda, y todo lo que hay alrededor del cultivo”, nos explicó Moya. El objetivo del grupo específico de Cambio Rural -donde se pueden inscribir hasta un máximo de 12 unidades productivas-, es trabajar en la selección de las mejores variedades adaptadas a esa zona y en el análisis de los aceites esenciales que se obtienen de ellas, para conocer sus propiedades. La intención es luego difundir los conocimientos adquiridos hacia el resto de los productores y hacia nuevos emprendedores.
El grupo tendrá una asesora técnica de lujo, la agrónoma de la Universidad Nacional de Córdoba Marta Ojeda, que es una eminencia en el estudio de la peperina y otras aromáticas características de la región.
Felipe Villa Abrille, un ingeniero agrónomo que se radicó en esta región serrana desde 2006, es uno de los productores de lavanda que desarrolla todo el circuito. El destilado de las flores es solamente una de sus actividades, pues todo en su pequeño establecimiento de Atos Pampa está orientado hacia la llamada economía circular.
“El termino está muy en boga ahora, pero yo lo escuche por primera vez hace 30 años por Francesco de Castri, quien era unos de los ambientalistas mas reconocidos del mundo. Consiste en la utilización consecutiva de los subproductos, lombricompuestos, sustrato para hongos comestibles y medicinales, sustratos para semi hidroponia, etcétera. La destilación de lavanda y de los residuos del monte son solo una parte del esquema”, nos contó Felipe, que extrae aceites esenciales no solo de la lavanda sino de cedro, sauco, eucaliptus y muchas otras especies. La secreta esperanza de Felipe es que toda la región implicada en la Ruta de la Lavanda se convierta en un ejemplo de la economía circular que él propone.
En este lógica, la experiencia del nuevo grupo de Cambio Rural específico demandaría unos tres años, estiman en el Foro de los Ríos. Luego la intención es generar la Ruta de la Lavanda propiamente dicha, con una serie de puntos de interés para los turistas que visiten el Valle de Calamuchita y quieran aproximarse al manejo del cultivo. La idea final es identificar esta región directamente con la lavanda como su principal cultivo: para esto ya se está plantando mucho en espacios públicos de las localidades de la zona y hasta se realiza desde hace unos años una fiesta de la lavanda, en momentos de la cosecha.
Se trata de una planta de la familia Lamiaceae, como la menta, romero, salvia y albahaca. La lavanda es un arbusto aromático con una altura media de 60 centímetros, que produce flores moradas con altos niveles de aceite esencial. El aceite esencial de lavanda tiene reconocimiento en el mundo entero debido a sus usos diversos entre ellos medicinales. Es de toxicidad muy baja, pero de notable acción antiséptica y antimicrobiana.
Las flores de lavanda son muy ricas en néctar y atraen a las abejas y otros polinizadores. Después de ser cortado y secado, las flores de lavanda se utilizan en la industria de las fragancias aromáticas, aunque las plantas también se cultivan como ornamentales. Pero también pueden tener un destino comestible. En el valle de Calamuchita, sin ir demasiado lejos, ya existe la oferta de quesos con lavanda.