Por Guillermo Gane (especial para Bichos de Campo).-
¿Podrá ser el cambio climático una solución para ir reduciendo las asimetrías que sufren las economías regionales? Sectores importantes del negocio ganadero de Chaco, impulsados por los datos alarmantes sobre la deforestación del bosque Impenetrable, empezaron a trabajar para diseñar un plan que les permita producir a largo plazo una carne certificada que le asegure al consumidor que proviene de sistemas productivos más amigables con el medio ambiente.
El gobierno provincial, algunos organismos descentralizados de la Nación y las sociedades rurales de todo el Chaco vienen llevando adelante desde el año pasado una serie de talleres destinados a productores y estudiantes del sector ganadero, denominados “Ganadería y resiliencia climática”, donde se propicia un intercambio para instalar el tema del cambio climático entre los protagonistas de la actividad ganadera.
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Dentro de los temas que se tratan se pueden observar los resultados del inventario de gases de efecto invernadero de la provincia. Además se analizan las recomendaciones surgidas del programa de Manejo de Bosques con Ganadería Integrada llevado adelante por productores, con asesoramiento de INTA y el Instituto de Investigaciones Forestales del Ministerio de Producción de la provincia. El programa es coordinado por Luis Romero director provincial del área.
La subsecretaria de Ambiente de la Provincia, Claudia Terenghi, evaluó: “Tenemos todas las esperanzas puestas en que podemos ir formándonos, trabajando juntos y aprendiendo juntos, y así empezar a pensar en generar experiencias con la temática del cambio climático y en consecuencia pensar el desarrollo de otra manera”.
El debate sobre ganadería y medio ambiente es todavía incipiente, pero es bien aceptado por los productores. Uno de ellos, Luciano Ribero, consideró que “si cada uno pone un granito de arena podemos mejorar y evitar que se produzcan grandes cambios climáticos negativos”. María Bogado, otra ganadera, dijo que en el futuro habrá que “no sacar todo el monte sino tener varias hectáreas para hacer una ganadería que sea silvopastoril”.
Guillermo Ruiz, el presidente de la Sociedad Rural de Plaza, consideró que de todos modos será lento el proceso. “Hace 4 o 5 años atrás este tema no se tocaba. Ahora la gente empieza a hablar de reforestación y de producir tomando en cuenta el daño que se pudiera hacer al clima”.
José Chiossone, técnico del INTA en esa región, dijo que existen prácticas ganaderas que mitigan la liberación de metano y que su aplicación permitiría producir una carne certificada “como carne orgánica o carne a pastizal, es decir como un producto sano que tiene el valor de no contaminar. El tema es lograr que el precio diferencial llegue al productor”, advirtió.
Aunque los productores mostraron interés por la temática, hay muchos que se muestran reacios a la implementación de prácticas sustentables, teniendo en cuenta el trabajo extra y la inversión que eso significa. En los talleres, otros ganaderos manifiestan que están dispuestos a pensar en conjunto alternativas para hacer rentable estas prácticas.