Algunos provienen de la vieja y malograda CADIF. Otros son cooperativas de faena que habían encontrado cobijo en los gobiernos kirchneristas. Lo cierto es que varias decenas de frigoríficos de la provincia de Buenos Aires se han organizado últimamente en una nueva asociación, la Cámara de la Industria Cárnica (CAINCA), reagrupando fuerzas para hacer frente de la mejor manera posible a la discusión que se viene: la demorada modernización del comercio de carnes en la Argentina.
En su página institucional, CAINCA se presenta como la unión de “más de 40 de plantas de la Provincia de Buenos Aires produciendo el alimento mas Argentino para mas 12 millones de argentinos”. En sus filas hay varias plantas de fuste del conurbano y otras de diferentes localidades del interior bonaerense. La mayoría dedicada a la faena de bovinos, pero otras especializadas también en porcinos. Su presidente es Gustavo Marcos, que representa al Frigorífico El Chillen SA de la localidad de Cañuelas.
En el programa Colonia Agropecuaria, por AM550, entrevistaron al empresario:
-¿Hace cuánto se constituyeron como Cámara?
-A fines del año 2022 la industria se queda, ya hace un tiempo, sin representación, sobre todo en Buenos Aires, por lo cual después de distintas charlas y muchas gestiones por hacer, decidimos juntarnos y nos organizamos en CAINCA. Estamos trabajando desde ese momento codo a codo con toda la industria, que por ahora está exclusivamente en plantas de Buenos Aires. Hay empresas que en su momento pertenecieron a CADIF y algunas empresas que se sumaron.
-¿Son plantas especializadas en el consumo interno?
-Sí. Hay plantas que tienen exportación, y hay empresas que también faenan porcinos, pero, básicamente somos todas compañías que se dedican al consumo interno.
Hecha la presentación, esta semana la nueva Cámara emitió hace unos días su primer comunicado público, donde básicamente blanquean que están atentas y alertas por la demorada discusión sobre la modernización del comercio de carnes, ya que las nuevas reglas impulsadas por el gobierno (tanto en la gestión de Alberto Fernández como ahora con Javier Milei) podrían poner en jaque a varios de sus asociados.
Hay una gran discusión pendiente que siempre ha quedado trunca en el sector cárnico, pero que cada tanto se actualizan. el anterior gobierno -a pedido de los frigoríficos exportadores del Consorcio ABC- avanzó con un intento de prohibir la media res para avanzar en el cuarteo, que finalmente no pudo prosperar. Ahora, la gestión del libertario Milei introdujo el concepto del “estandar sanitario único”, que consiste en igualar las exigencias entre plantas exportadoras y las estrictamente consumeras.
“Desde CAINCA entendemos que se debe avanzar en un Estándar Sanitario que garantice la inocuidad de la carne que se produce, faena y distribuye en toda la cadena de aprovisionamiento al consumidor. Por tal motivo, con la intención de agregar valor y no dividir en sectores esta cadena, le hemos hecho llegar a las autoridades nacionales y de la Provincia de Buenos Aires los puntos de encuentro y las propuestas de una hoja de ruta a llevar a cabo por todos los involucrados”, decía el documento inaugural de esta cámara, donde parecen dispuestos a no esquivar la discusón.
Este es el comunicado completo:
COMUNICADO DE PRENSA 080724 (1)
-Hay una pelea histórica ahí entre frigoríficos exportadores y frigoríficos consumeros. ¿Un poco la perciben así?- le preguntaron a Marcos.
-No lo percibo así, y no quiero caminar sobre pasos que no dieron ningún resultado. Argentina es y será un país agroindustrial. Cuanto más hagamos evolucionar la industria, más vamos a producir, más vamos a exportar, que es lo que el país necesita. No sigamos repitiendo errores del pasado, pretendemos sumar, encontrar soluciones, hacer evolucionar la producción, la calidad de lo que hacemos: nosotros vemos la cadena de aprovisionamiento al consumidor como un todo. No importa dónde esté el consumidor, si es del mercado interno o del mercado externo. Tenemos que verlo así.
Según el presidente de CAINCA, “lo cierto es que las tres cuartas partes de la producción tienen como destino el mercado interno, y una cuarta parte de la producción al mercado externo”, por lo que consideran que ellos no pueden estar ausentes de la discusión.
En este escenario, la exigencia del cuarteo obligatorio de la media res (que sigue vigente pero nadie controla ni se aplica) “es un eslabón de la cadena que podemos sumar” y no la única discusión pendiente, explicó el industrial.
“Siendo específicos sobre el cuarteo, no solamente hay que trabajar con un plan para poder adecuar las plantas que están faenando, sino también hay la cadena de distribución. Nosotros entendemos específicamente en ese punto que hay que poder lograr tener trazabilidad en la cadena de producción y aprovisionamiento”, describió.
-¿Esto qué quiere decir?
-Quiere decir que, logrando la trazabilidad, pasando en limpio los puntos de venta que hay de distintas clases (porque no es lo mismo un Ciclo 2 que un negocio minorista, que un supermercado, que una cámara), no solamente vamos a poder solucionar el tema cuarteo, sino también las cuestiones comerciales y fiscales. De a poquito, con los medios electrónicos de pago, se está renovando la posibilidad de poder formalizar la cadena de aprovisionamiento al punto de venta. Así que, el cuarteo puede ser perfectamente una consecuencia de esto. Sabiendo a qué punto de venta se le puede entregar una media res, a qué punto de venta se le puede entregar un cuarto.
-Intuyo entonces que no le temen a la discusión ni la van a esquivar. ¿Les parece bien un plan de modernización a nivel integral de la carne vacuna? ¿Hay contactos con las autoridades?
-Nosotros justamente proponemos trabajar con un plan que le permita a cada industria adecuarse. Para esto hemos encontrado buen eco en las autoridades nacionales y provinciales, respecto de construir en este sentido. Trabajar con un plan que le permita a toda la industria adecuarse. Para esto hay que tener reglas muy claras. También hay que encontrar facilidades financieras como para poder hacer posibles las inversiones, cosa que en este contexto no es nada sencillo porque hoy todos estamos entre un 10 y un 25% menos de faena, porque el poder adquisitivo no acompaña el consumo.
-No parece fácil empezar a discutir estas cosas en el peor momento histórico del consumo interno de carne.
-Exactamente. Por eso entendemos, y la verdad las autoridades lo han compartido, que tenemos que trabajar en una política pública que las autoridades nacionales y provinciales y la industria puedan renovar. Esto es un tema que no es del 2024 o del 2020. Esto es un tema que viene hace mucho tiempo, en el que no hay soluciones mágicas. No vamos a resolver la calidad, la sanidad, la inocuidad de lo que todos estamos haciendo en la cadena de aprovisionamiento del consumidor resolviendo solamente un eslabón de la cadena, que es la industria. Esto es más extenso y tiene que ser visto como un todo.