La alegría duró poco. Hasta comienzos de esta semana muchos feedloteros creían que los recientes ajustes de los precios de la hacienda gorda habían llegado –luego de un 2020 durísimo– para finalmente comenzar a equipararse con los valores de la invernada.
Pero en el remate realizado por el Rosgan (Mercado ganadero de Rosario) en las últimas dos jornadas –en el cual se vendieron más de 13.000 cabezas– se negociaron precios de los teneros/as con subas más que considerables. Es decir que el principal insumo de los engordadores, que son los terneros, sigue subiendo de precio.
El precio promedio negociado por lotes de terneros fue de 183,4 pesos por kilo vivo, el cual, medido en ‘valor maíz’, refleja un alza ‘real’ del 1,6% respecto del remate realizado en diciembre de 2019. En cuanto a las terneras, con un valor medio de 178,2 pesos, el ajuste interanual en ‘moneda maíz’ fue de un impresionante 10%.
Semejante variación de precios relativos es gigantesca si se considera que el maíz disponible Rosario –considerando el promedio de lo que va del presente mes de diciembre respecto del mismo período de 2019– experimentó un aumento interanual del 36% medido en moneda constante.
“Vemos un traslado anticipado del ajuste de la suba del gordo a los valores de la invernada y con eso no salimos de la situación de complejidad en la que estábamos”, indicó a Bichos de Campo Juan Carlos Eiras, presidente de la Cámara Argentina de Feedlot.
“La realidad es que desde marzo pasado no logramos encontrar la verdadera justificación del valor que tiene la invernada; no parece inteligente convalidar los precios pagados esta semana sin ni siquiera llegar a capitalizar las recientes subas registradas por la hacienda gorda”, añadió.
Frente a la restricción oficial vigente para poder atesorar divisas (“cepo cambiario”) en el actual contexto inflacionario, muchos empresarios agropecuarios recurren al mercado pecuario para quitarse los ‘ultradepreciado’s pesos argentinos de encima. Y tal comportamiento termina siendo un factor más en la formación de los precios de la invernada.
“La menor oferta estacional de invernada junto con la buena posición financiera que tiene en general el productor agropecuario y las lluvias recientes, que en algunas zonas recompusieron la disponibilidad de recursos forrajeros, ha hecho que algunas salieran a pagar por la invernada valores que, si bien para mí no tienen mucho sentido, para ellos puede llegar a representar una cobertura de capital en el actual escenario”, explicó el consultor de mercados ganaderos Víctor Tonelli, quien además apuntó que todos los fines de año existe una demanda adicional de terneros/as para optimizar la planificación impositiva antes del cierre del ejercicio anual.