Revindicar la profesión del ingeniero agrónomo es la principal misión de Aappce (Asociación Argentina de Protección Profesional de Cultivos Extensivos), que sumando voluntades y socios ya tiene bajo su radar cerca de 1 millón de hectáreas distribuidas entre las varias zonas productivas del país y monitoreadas de forma permanente.
Compuesta por 154 profesionales y alrededor de 64 empresas consultoras, la institución ha puesto a prueba sus competencias, desde que se desató el temor por la chicharrita del maíz.
Según Rita Robledo, quien es agrónoma en la localidad bonaerense de Pehuajó y preside la asociación que nació hace 12 años, esta es una red busca poner en alerta a todos sus integrantes -indistintamente del lugar de residencia y la especialización en un cultivo- y promover un trabajo colectivo para encontrar la mejor solución agronómica a la hora de hacerle frente a enfermedades y plagas.
“La idea es proponer soluciones innovadoras a los problemas que que hoy nos atañen. La verdad es que se nos presentan nuevos desafíos cada vez más complejos. Este año estamos atravesados por la chicharrita y realmente esta problemática nos vino a enseñar que la solución va a venir de la mano de un trabajo colaborativo, de un trabajo en red. Como red estamos divididos en 12 nodos, desde Tucumán hasta Necochea. O sea que abarcamos toda la parte productiva del país.”, explicó Robledo a Bichos de Campo.
Este esquema de trabajo, distribuido en 4 redes fundamentales, le permite a los agrónomos miembros de la asociación tanto esclarecer dudas que surgen de manera espontánea como trabajar de forma más ordenada y sistemática sobre alguna problemática más recurrente.
Mirá la entrevista completa a Rita Robledo.
“Todas las líneas que tenemos de trabajo se llaman red. Tenemos la red de alerta de adversidades, que es la más viejita y es la que avisa. Fue como el puntapié inicial de la asociación. Después se fueron sumando nuevas redes como red TDF, que es una red de trampas de feromonas. La otra es red Dima, sobre emergencia de malezas y trata de relevar cuáles son las curvas de malezas, para después pensar una estrategia de uso de agroquímicos. Y la red con Bio, que es la más nuevita de todas y con la que volvemos a capacitarnos y de esa manera entender cómo pueden actuar los productos biológicos en las plantas”, detalló la agrónoma.
-Argentina es un país agrícola que tiene 34 millones de hectáreas productivas ¿Es cierto que esta red de agrónomos ya monitorea un espacio de 1 millón de hectáreas?
–Bueno, tenemos un 3% de la producción bajo nuestra asesoría. De ese millón de hectáreas tenemos 500.000 hectáreas que están con un seguimiento profesional que registra información semanal de lo que está pasando en cada lote. Si dividimos ese millón de hectáreas, en lotes de 50 hectáreas, por ejemplo, tenemos 20.000 lotes de dónde sacar información y de dónde sacar datos. Esos datos, esa información la transformamos en conocimiento.
Al respecto siguió diciendo. “El potencial que tiene la red es enorme, porque cualquier mejora que nosotros podamos plantear va a tener un impacto significativo en toda la cadena. Podemos ser más eficiente en el uso de agroquímicos, mejorar los índices ambientales, el haiku. Todo lo que hacemos es pensado en una agricultura que sea sustentable en las tres patas: en lo económico, en lo ambiental y en lo social. Ese es el foco que tenemos dentro de la asociación”, enfatizó la agrónoma.
-¿En definitiva la aspiración final de la asociación es reivindicar la figura del agrónomo y que ese millón de hectáreas sirvan de ejemplo para algunos productores que no utilizan asesoramiento profesional?
–Esa es la idea, contagiar de profesionalismo la agricultura. La verdad es que, internamente queremos valorarnos a nosotros. Siempre decimos que el trabajo en red nos hace crecer individualmente. Cuando crecemos individualmente crece la red también y nos vuelve como más seguros en nuestra toma de decisiones en el campo. Entonces estar respaldado por una red de profesionales, con la envergadura que tienen todos los que conforman Aappce da mucha tranquilidad y la verdad que queremos transmitir esto a la sociedad.
Según la joven dirigente, “el objetivo es ser garantes de una agricultura más amigable con el medio ambiente, justificar con criterio técnico cada decisión que tomamos en el campo y eso lo vemos como fundamental. Lo que queremos es que cada decisión que se toma tenga un criterio técnico que deje tranquilo a la sociedad de que estamos haciendo las cosas bien”.