A pesar de integrar el equipo de investigadores del INTA Paraná hace más de cuatro décadas, la especialista en achaparramiento del maíz, Norma Formento, confiesa que aún se asombra al ver las transformaciones que puede sufrir una planta al padecer este complejo de enfermedades que este año, debido a la enorme difusión de su vector la chicharrita, provocó la pérdida de más de 10 millones de toneladas de maíz.
“Realmente me conmueve ver cómo una planta puede transformarse en una entidad con dos espigas en la base, saliendo de un nudo que está tocando el nivel del suelo”, dijo Formento en conversación con Bichos de Campo.
La primera responsable es la temida chicharrita, una pequeñísima polilla que es capaz de distribuir en los lotes de maíz -de los que se alimenta- un complejo de enfermedades entre las que se incluyen cuatro patógenos: dos virus y dos bacterias que pueden producir en la planta distintos síntomas. Según la investigadora, para luchar contra estos males será clave que todos aprendan a reconocer esos daños.
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Si bien las deformaciones ocurren en ataques más severos, Formento explicó que en maíces de primera lo más sencillo para identificar un ataque sería la menor altura de las plantas, la coloración rojiza de las hojas, el acortamiento en los nudos, entre otros aspectos.
“En Entre Ríos, por eso los rindes promedios de los maíces de primera fueron no tan altos. Aún así son normales para un año que también tuvo en ciertas regiones estrés término e hídrico”, señaló.
En el caso particular de esa provincia, la preocupación central fue el abastecimiento de la industria avícola, que si bien a nivel global en el país absorbe el 32% de las existencias de ese grano, en Entre Ríos representa el 83%, destinándose un 70% a la producción de pollo y un 13% a la de huevos. Todo esto explicado por las estadísticas de la Bolsa de Cereales de la provincia.
-Uno de los puntos que sorprendió fue el ataque en lotes de primera, cuando uno pensaba que el problema sería en los tardíos.
-Lo que sería correcto que nosotros aclaremos es que los ataques más severos se ven en las siembras de fines de noviembre, diciembre y hasta mediados de enero. Pero los que conocemos el cultivo de maíz, vimos síntomas en maíces sembrados que le llamamos de primera, porque en esta campaña 2023/24 hubo un gran escalonamiento de siembra. Entre Ríos, por ejemplo, tenía maíces sembrados a fines de julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre, y donde vimos los ataques más severos es a partir de mediados a fines de diciembre para adelante.
-Una conclusión sería que ataca más a los maíz en más tardíos, pero no es que están a salvo los maíces tempranos
-Es un título que apareció. Yo creo que ha sido muy interesante la pro-actividad de todas las instituciones y de cómo cada experiencia, conocimiento de cada investigador, de cada agente de extensión de de estas entidades, hace que entre todos construyamos el conocimiento para que en esta campaña que viene el impacto sea el menor posible.
-¿Cuánto se confía en que haya recomendaciones sólidas de parte de esta red de instituciones de cara a la próxima siembra?
-Yo creo que va a haber recomendaciones porque hay mucha gente trabajando. Estamos todos sacando datos, analizando todo lo que medimos en el campo. Eso hay analizarlo, ver la correlación de esta problemática con la genética, con la fecha de siembra, con el uso de la fertilización nitrogenada, con la densidad de plantas. ¿Dónde ponemos la mayor energía? En los datos, que es lo que va a sostener el conocimiento para que eso se puede aplicar en condiciones de campo. No va a ser una campaña fácil.
-¿Crees que hay una reivindicación del INTA a partir de este tipo de situaciones?
-Yo soy una enamorada del INTA, una defensora acérrima, por eso estuve 41 años y nosotros estamos trabajando al mismo nivel. Esto es algo que se visibiliza, pero nosotros estamos permanentemente. Por ejemplo, mi estación experimental fue la primera que en 2010 anunció la presencia de roya amarilla, que recién se hizo importante en la campaña 2016. Ahora estamos viendo que este cambio climático nos va llevando a un aumento de las plagas. Entonces hay que estar atento. Siempre utilizo una frase: la naturaleza no traiciona, la naturaleza te avisa. Que no la veas es otra cosa y el INTA la ve porque labura, porque trabaja y porque está en el campo.