Hace rato que China se convirtió en el principal cliente de la carne vacuna nacional. En lo que va de 2019, duplicó sus compras de ese alimento en el país con respecto de igual lapso de 2018, hasta acaparar el 72% de las toneladas exportadas por la Argentina. Pero, insaciables, los chinos ahora vienen por más. El próximo mes vendrán a estudiar si también habilitan la importación de hacienda en pie. Ganado vivo.
Un memorandum “muy urgente” circuló estos días por varias direcciones del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). Allí se intima a los funcionarios de las diferentes regionales a proponer campos ganaderos que podrían ser visitados por una misión sanitaria de China que visitará el país en noviembre, o posiblemente diciembre, de este mismo años. El objetivo explícito es avanzar en “la negociación de acceso para la apertura del mercado a la República Popular de China para bovinos en pie desde la República Argentina”.
Esta novedad resulta de singular importancia, porque acelera un debate pendiente dentro de la cadena de ganados y carnes respecto de si la Argentina debe habilitar, como ya hacen Uruguay y Brasil, las exportaciones de ganado vivo para ser faenado en otros países.
En el gobierno de Cambiemos, con apoyo unánime de las entidades de productores que conforman la Mesa de Enlace, la opinión que prevalece es que sí debería hacerlo, para incrementar la competencia y mejorar los precios que cobran actualmente los productores ganaderos, en especial los criadores. Sucede que la exportación de carne vacuna, por el fuerte incremento de los volúmenes embarcados, los mejores precios internacionales y las sucesivas devaluaciones, se ha convertido en el mejor negocio que existe en el sector, pero las mieles no llegan a los productores de hacienda y los únicos que parecen llenarse los bolsillos son los frigoríficos exportadores.
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Algunos países (en especial Turquía y Kazajastán) estuvieron husmeando la posibilidad de importar hacienda en pie desde la Argentina, e incluso el Senasa intercambió en junio pasado documentación con Uruguay, porque había ganaderos interesados en exportar sus vacas hacia el vecino país, ya que tiene precios ganaderos mucho más elevados que los que se pagan acá. Ahora China, nada menos que China, se suma a la lista de países interesados en esta nueva veta del negocio ganadero.
El documento oficial al que accedió Bichos de Campo informa que la División 1 de Cuarentena Animal de GACC (el servicio aduanero y sanitario de ese país) avisó que estaba dispuesta a enviar a varios de sus técnicos para “verificar el sistema de producción y control de la especie” bovina en la Argentina, con miras a habilitar también las importaciones de hacienda en pie.
Hasta hace un par de años, China solo importaba carne congelada sin hueso desde la Argentina, pero el año pasado habilitó también el ingreso de cortes enfriados y cortes con hueso, ampliando las posibilidades de un negocios que parece no tener techo luego de la crisis provocada por la aparición de Peste Porcina Africana, que lo obligó a un sacrificio masivo de cerdos enfermos. Ahora se sabe que el listado de productos podría incluir el ganado.
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La misión china, conformada por cuatro técnicos de diferentes aduanas del país asiático, vendría al país por un periodo de no más de 12 días entre noviembre y diciembre. Además de visitar campos ganaderos seleccionados por Senasa, otra de sus funciones será la de evaluar los centros de genética bovina para habilitarlos y que puedan comenzar a exportar hacia allá embriones bovinos.
Por supuesto, la concreción de estos nuevos negocios con China dependerá del resultado de esta nueva auditoría.
Por ahora, China absorbió durante los primeros ocho meses de 2019 aproximadamente 233 mil toneladas de carne vacuna argentina, más de diez veces las 20 mil toneladas compradas por Chile, el segundo destino en importancia.
Estos negocios representan el 62% de las divisas generadas por la industria frigorífica. El 72% de los volúmenes. Los chinos pagan unos 4.500 dólares en promedio por cada tonelada de carne que les llega de la Argentina. Equivalen a tentadores 270 pesos por kilo de una carne que usualmente proviene de vacas de descarte.
Los buenos precios, sin embargo, no llegan a derramar hacia los criadores de esa hacienda, que no solo apoyan la apertura de la venta de terneros a China y otros destinos sino que están muy atentos a la habilitación de nuevos frigoríficos para ese destino, temerosos de una cartelización entre los frigoríficos más poderosos del Consorcio ABC.
Al respecto, para el jueves el Ministerio de Agricultura convocó a una reunión especial para que los funcionarios del Senasa que se ocupan de las habilitaciones para exportar a ese mercado expliquen cuáles son los requisitos a cumplir de parte de los frigoríficos interesados en participar del negocio, ya que hay muchas quejas de las plantas que quedan fuera del listado de “prelisting” negociado con China.
Por ahora pueden exportar carne a ese destino unos 50 plantas de faena, pero cerca de una veintena todavía no han sido habilitadas.