Desde el inicio del primer gobierno kirchnerista, de lo que se cumplió hace poco 20 años, sus máximos dirigentes siempre dijeron que querían combatir a las corporaciones y a la concentración económica y que iban a pelear por los pequeños y medianos productores.
Algo muy difícil de lograr cuando las políticas macro llevan al deterioro económico y la inflación corre a velocidades muy altas. Así, según datos censales y estadísticas oficiales hay cada año menos productores agropecuarios en todas las actividades.
Eso se refleja en las estadísticas lecheras. Hay tambos que crecen y aparecen inversiones que inauguran otros grandes y con mucha tecnología, pero el productor genuino, el pequeño y mediano tambero, tiende a desaparecer.
Lo mismo está sucediendo en el sector porcino. Eso lo advirtieron desde la Federación Porcina. La tendencia además queda refleja en datos informados por Senasa.
Un documento de ese organismo -que cuenta con estadísticas hasta 2022- indica que “existen un total de 77.398 establecimientos, los cuales albergan un total de 5.477.107 porcinos” y que “el 73,7% de los establecimientos del país cuentan con entre 1 y 25 porcinos, conteniendo el 8,4% de los porcinos totales del país”.
Hay muchos productores chicos y al mismo tiempo los grandes son pocos, pero reúnen la mayor parte del stock.
“El 24,5% de los porcinos totales del país se encuentran albergados en el 0,1% de los establecimientos, siendo estos de un tamaño de rodeo de 10.000 o más porcinos”, se agregó en el informe.
Se destaca también que el 0,8% del total de los establecimientos suma 2,9 millones de cabezas porcinas, lo que sobre un rodeo de 5,4 millones representa la tendencia del 52,5% del total.
Pero lo que es grave no es la distribución sino la tendencia. “Comparando con los datos a marzo 2020, podemos destacar que los establecimientos con porcinos se redujo en un 8,3%, la cantidad de Unidades Productivas en un 8,9% y el total de porcinos en el país aumentó un 1,9%”.
El Senasa reconoce lo que dicen los productores. Se acrecienta la salida de los que tienen menos espalda económica y escala y los más grandes ganan espacio.
La Federación Porcina, en uno de sus últimos comunicados, dice que las políticas agropecuarias aceleran este proceso. De hecho, se quejó por los impactos del dólar soja 3 sobre la cadena porcina.
“Los productores porcinos debieron hacer frente al cimbronazo del dólar soja, con fuertes subas que no se pudieron trasladar a precios. Estas medidas, en medio de un acelerado proceso inflacionario, sólo redundaron en una pérdida real de los márgenes. Incluso, tienen un efecto aún más negativo en los pequeños y medianos productores”, se indicó.