Las restricciones oficiales a las exportaciones de carne vacuna se hicieron sentir y los últimos datos relevados dan cuenta de una caída significativa en el volumen enviado a mercados externos.
Si bien los elevados precios internacionales permitieron evitar una caída significativa en el ingreso de divisas, las estadísticas no muestran cuánto perdió la cadena ganadera y el país por las ventas que no se concretaron gracia al “cepo cárnico”.
Según un informe del consorcio de exportadores ABC, desde que se comenzaron a aplicar las nuevas restricciones a las exportaciones en el segundo trimestre de 2021, el tonelaje promedio se redujo entre un 16% y un 24% comparando con la media del primer trimestre del año pasado, cuando todavía había libertad comercial y el año pintaba para otro récord exportador.
Si bien los precios internacionales de la carne bovina mejoraron de manera sustancial, ese fenómeno se explica en parte por la “retirada” de la oferta argentino, lo que contribuyó a mejorar la performance exportadora de los demás países que integran el Mercosur.
Desde el ABC evaluaron que si no se hubiese implementado el cepo exportador, “la facturación total del sector se habría expandido entre 300 y 700 millones de dólares, sin tomar en consideración el factor expansivo que se advierte en la evolución de nuestros competidores, que lamentablemente está siendo desaprovechado”.
Además los frigoríficos exportadores manifestaron la preocupación por las menores ventas al principal cliente, China, país al que se llegó a destinar más del 70% del total de los embarques.
“A partir de las medidas instrumentadas por las autoridades nacionales, las ventas a China retrocedieron a 28.000 y 25.000 toneladas en junio y julio, respectivamente, para oscilar entre 30.000 a 36.000 mil toneladas en los meses siguientes, con una participación relativamente estable del rubro con hueso de entre 8000 a 9000 toneladas”, explicaron.
“Sin embargo, en el comienzo de 2022 se advirtió una nueva baja de las ventas a China con un nivel que orilló 22.000 toneladas en las carnes congeladas desosadas, mientras que los productos con hueso tocaron su punto más bajo desde septiembre de 2020 (6160 toneladas). Estos guarismos mejoraron relativamente en febrero pasado con 27.000 y 7600 toneladas, respectivamente”, añadieron.