Con un siglo de trabajo ininterrumpido y con más de 140 cooperativas de primer grado nucleadas, la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) puede mirar para atrás y sentir orgullo de todo el recorrido realizado. Al menos así lo siente Marcos Prenna, su director del área de insumos, quien afirma que la expansión de esta gran empresa cooperativa siguió los pasos del desarrollo de los cultivos intensivos por casi toda la geografía nacional.
Así, algo que nació de 11 cooperativas de primer grado que decidieron unirse en 1922 ahora se transformó en un pulpo que presta todo tipo de servicios a los productores en las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Chaco, Santiago del Estero, de Salta, Río Negro y San Luis.
“El sentido original es que el productor sea sustentable desde todo punto de vista: desde lo productivo, lo ambiental y lo social. Para ser sustentable tenés que ser competitivos. Y para ser competitivo tenés que producir bien y ser eficiente, sino viene otro a trabajar en tu campo”, señaló Prenna a Bichos de Campo.
Para entender la magnitud actual de ACA, mirá la nota completa acá:
La gran expansión de ACA no ha sido solo territorial sino que también aplica al catálogo de productos y servicios que requieren los productores, y que ya no se centra solo en la agricultura.
“Hoy le damos todo, no hay sólo granos. Hay frigoríficos, industrias relacionadas con la provisión de insumos agrícolas, producción de fitosanitarios, producción de alimento balanceado para nutrición animal, fabricación de silobolsas, hasta provisión de combustibles y lubricantes. Estamos también incursionando en la producción de biológicos. Solo nos falta la maquinaria”, dijo entre risas Prenna.
-¿Cien años después tiene sentido seguir siendo cooperativista?- le preguntamos.
-Sí, más que nunca. El cooperativismo es un modelo empresarial con muchísimo futuro. Acá no hay ningún dueño, no hay nombres propios. Uno se da cuenta que va construyendo sobre lo que construyó otro y que alguien tomará la posta.