La iniciativa de gravar con un impuesto interno del 10% a la vitivinicultura y del 17% a los espumantes, que tanto revuelo causó en el sector y ahora aparentemente no prosperará, brinda una buena ocasión para trazar un mapa de la composición de este sector. Lo hizo Alejandra Groba en su columna en Bichos de Campo.
La Argentina tiene 224.000 hectáreas implantadas con viñedos, un 11% más que al comienzo del siglo. La superficie equivale a un poco más de diez veces la superficie de la Ciudad de Buenos Aires, y le da al país el 7° lugar en el ranking mundial de superficie viñatera.
El 70,8% de esas hectáreas está en Mendoza y el 21,2% en San Juan. El resto (menos de la décima parte) se distribuye entre La Rioja (3,3%), Salta (1,4%), Catamarca (1,2%), Neuquén (0,8%), Río Negro (0,7%) y diez provincias más, ninguna de las cuales supera el 0,1 por ciento. De las provincias con mayor superficie, llama la atención el descenso de Río Negro y el ascenso de Salta y Neuquén desde el año 2000 a esta parte.
Mirá la columna completa de Groba en Bichos de Campo:
Los números provisorios del Instituto Nacional Vitivinicultura (INV) indican que se cosecharon este año 1,96 millones de toneladas de uvas, y que la elaboración de vinos alcanzará los 1.126 millones de litros. Las bodegas registradas para hacerlo son 881 en el país.
El consumo interno absorbe cerca del 80% de la producción, mientras que el resto se exporta. Sin embargo, en los últimos 40 años cayó cerca de 70%, y actualmente ronda los 24 litros per cápita anuales.
A nivel mundial, en los últimos 15 años el consumo también se contrajo en países de altísima tradición vitivinícola, como Francia, Italia y España, mientras creció en Estados Unidos, Canadá y China.
A la vez, los viñedos y vinos se han ido especializando con varietales desde fin de los años ’90. Desde 2005, los vinos con mención varietal crecieron 45%, y alcanzaron el 21,6% del total. Los que no tienen mención varietal decrecieron 17,3%, pero todavía representan el 73,4%. El 4,5% son espumosos.
En cuanto al envase, las botellas representan el 54,4%, el tetra-brik el 41,5% y las damajuanas el 3,7 por ciento.
El agregado de valor viene creciendo también de la mano de los vinos orgánicos, cuyos viñedos ya abarcan unas 4.000 hectáreas. Alrededor del 95% de esos vinos se exporta.