El Ministerio de Hacienda firmó este miércoles un acuerdo con el Banco Mundial para concretar el desembolso de 150 millones de dólares que servirán para financiar parcialmente el llamado Programa de Gestión Integral de los Riesgos en el Sistema Agroindustrial Rural (GIRSAR). El objetivo de esta iniciativa será “aminorar los riegos agropecuarios”, que como se saben son muchos y comienzan por las sucesivas catástrofes climáticas que vienen afectando a los productores.
“La operación permitirá optimizar el funcionamiento del sistema de emergencias agrícolas a nivel nacional y provincial, y extender los beneficios a un mayor número de agricultores a partir de la adopción de tecnología Agricultura Climáticamente Inteligente”, destacó la cartera nacional a través de un comunicado. La aplicación del programa estará a cargo de la Secretaría de Agroindustria, aunque el área que originalmente solicitó los fondos no existe más. Era la UCAR (Unidad para el cambio Rural).
El GIRSAR , que tendrá un costo total de 187 millones de dólares, se propone reducir los riesgos de trabajar y producir a cielo abierto básicamente mejorando los sistemas de predicción climática. “Se mejorará la gestión para aminorar los riesgos agropecuarios a partir del fortalecimiento de los sistemas de información agroclimática, y del financiamiento para dar respuesta a emergencias agropecuarias”, fue la breve explicación oficial.
Como no quedó nada claro, buscamos este documento en la página del Banco Mundial, que al menos explica un poco más. Así que nos enteramos que semejante monto de endeudamiento se utilizará en tres capítulos:
- El componente 1 será el fortalecimiento de los sistemas de información sobre el sistema agroindustrial argentino y su exposición a los riesgos agroclimáticos. Esto es básicamente trabajar con el lápiz en la construcción de un mapa del riesgo agroclimático. Y hacerlo a través de “fortalecer” las capacidades institucionales del Estado nacional y las Provincias.
- El Componente 2 prevé inversiones algo más concreta para la mitigación de riegos. Y quizás se escape algún morlaco para obras y planes de infraestructura.
- El Componente 3 consiste en mejora los instrumentos de respuesta a emergencias y transferencias de riesgos agroclimáticos. Aquí incluso se habla del “financiamiento de primas” para abaratar el acceso de los productores a ciertas herramientas para la cobertura de riesgos.
Habrá que estar atentos para que esta prestamos del BIRF no se licué, como tantos otros, entre consultorías y financiamiento a las provincias sin mayor criterio. Nunca está de más recordar que en la Argentina, además del riesgo climático y el riesgo de los merados, los productores enfrentan un riesgo mucho mayor e impredecible: la errática e ineficaz gestión de la política pública.