Con el pollo ya listo en góndolas y carnicerías para ser consumido, resta preguntarse por el destino de los descartes que surgen de la faena -como vísceras, plumas y sangre-, que en el caso de la avícola Fadel superan las decenas de toneladas a diario.
“La planta de subproductos empezó a procesar en enero de 2023. Tenemos tres líneas independientes, separadas entre sí, donde se procesa lo que llega a medida que va avanzando la faena del día”, contó a Bichos de Campo Andres Hipar, responsable de esa planta en Fadel.
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El proceso consiste en cocinar, secar y moler estos descartes, para obtener harinas de distintas granulometrías. Para el caso de las vísceras, también se obtiene aceite. Todo eso es enviado como insumo a las industrias que fabrican alimento balanceado para mascotas, tanto a nivel local como para la exportación, en bolsones de 1.000 kilos.
“Nada es para consumo humano, sino que todo va a consumo animal. La harina de pluma, por ejemplo, la exportamos y se utiliza para alimento de pescados. Todo va en bolsones, no tenemos distintos tipos de envases”, señaló Hipar.
De acuerdo con el operario, la producción diaria de estas harinas alcanza las 17 a 18 toneladas para las vísceras, las 7 a 10 toneladas para la de plumas, y la 1,5 a 2 toneladas para la de sangre. En cuanto al aceite, el total diario alcanza las 9 a 10 toneladas.
Previo a la inversión en esta planta, que le permitió sumar valor agregado a su proceso, Fadel distribuía estos subproductos sin procesar a otras industrias.