El fin de año llegó una con sorpresa insólita: el gobierno chino anunció que inició una investigación orientada a determinar prácticas indebidas que motiven la aplicación de barreras arancelarias contra las importaciones de carne bovina.
La investigación, que se extenderá por varios meses y no está dirigida a ningún país en particular, representa una amenaza directa para Brasil, Argentina y Uruguay, países que son los mayores abastecedores de ese producto en la nación asiática.
Como corresponde a una nación que es líder global en agronegocios, Brasil fue la primera en emitir un comunicado al respecto. “El gobierno brasileño toma nota de la comunicación del Ministerio de Comercio de China sobre el inicio de una investigación con el fin de aplicar medidas de salvaguardia a las importaciones de carne vacuna por parte de ese país”, señala un comunicado oficial.
“Durante los próximos meses, y siguiendo el curso legal y los plazos de la investigación, el gobierno brasileño, junto con el sector exportador, buscará demostrar que la carne vacuna brasileña exportada a China no causa ningún tipo de daño a la industria china, siendo, al menos por el contrario, un importante factor complementario para la producción local china”, añade.
En 2024 las exportaciones brasileñas de carne vacuna al país sumaron más de un millón de toneladas, lo que representa un aumento del 12,7% respecto al mismo período de 2023.
“El gobierno brasileño reafirma su compromiso de defender los intereses del agronegocio brasileño, respetando las decisiones soberanas de nuestro principal socio comercial, buscando siempre un diálogo constructivo en busca de soluciones mutuamente beneficiosas”, añade.
Pocas después llegó el comunicado oficial del gobierno argentino. “La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca está siguiendo con máxima atención y analizando los detalles del inicio de investigación de una salvaguardia sobre las importaciones de carne bovina, anunciado hoy por el Ministerio de Comercio de la República Popular China”, señala el texto oficial.
“Teniendo en cuenta la preocupación que eventuales medidas puedan impactar sobre las exportaciones al principal destino de la carne argentina, la Secretaría, junto a la Cancillería, se encuentra en comunicación con los representantes del sector privado, a fin de coordinar acciones en el marco de la investigación en curso”, remarca.
El gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva tiene la ventaja de contar con buenas relaciones diplomáticas con la gestión de Xi Jinping. No es el caso de la administración de Javier Milei, que comenzó con el “pie izquierdo”, aunque luego comenzó a intentar acercamientos hacia el gobierno chino.
En lo que respecta a Uruguay, hasta el momento no emitió ninguna declaración al respecto. El país oriental se encuentra atravesando un conflicto gremial en el sector frigorífico y además está en plena transición gubernamental, con la gestión de Luis Lacalle Pou en salida a la espera del ingreso, el 1 de marzo próximo, del gobierno electo del Frente Amplio presidido por Yamandú Orsi.
La investigación abierta hoy abarca a todos los países que exportan carne vacuna a China y debe analizar el período comprendido entre 2019 y el primer semestre de 2024. La investigación debería durar al menos ocho meses.
En principio, los países proveedores no deben adoptar ninguna medida preliminar, permaneciendo vigente el arancel “ad valorem” del 12% que China aplica a las importaciones de carne vacuna.
China es el principal destino –medido en volumen– de las exportaciones brasileñas, argentinas y uruguayas de carne vacuna, por lo que la cuestión es de carácter estratégico para los tres países. Paraguay tiene vedado el ingreso al mercado chino por reconocer a Taiwán como nación independiente.