De acuerdo con las estadísticas que publica el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), la mayor cantidad de tambos en la Argentina producen menos de 3.000 litros, aunque en los últimos años se está dando un proceso de concentración que lleva a que cada vez aparezcan tambos de mayor porte, en detrimento de los chicos y medianos.
Muchos productores buscan escapar de la crisis incrementando niveles de producción, de productividad, y para eso deben incorporar más y mejores vacas y tecnología de procesos, como los encierres y la robotización.
Mientras tanto los tambos chicos la pelean como pueden, pero muchos van quedando en el camino. Por eso en el Mercado Agroganadero de Cañuelas (y en toda la faena en nacional) es creciente la participación de vacas lecheras que se mandan al matadero, para terminar como carne en vez de producir más leche.
“La crisis es terminal y se va a profundizar. Las vacas improductivas ya se vendieron. Lo que se ve ahora en el Mercado de Cañuelas y por el cierre de tambos, en adelante va a ser peor porque se viene el verano y no hay reservas para alimentar a las vacas”, advirtió Gustavo Augel, productor de Lobos y referente lechero de Carbap. Puede hablar con autoridad: tiene un tambo de 2.500 litros por día.
Habitualmente a las pérdidas lecheras se las miden en pesos por litro. Por ejemplo, en octubre el valor cobrado por los productores fue de 130 pesos, mientras que sus costos se ubicaban en 160, pesos debido a las subas que generó el Dólar Agro, un artificio que elevó los precios de los granos. También por el sobrecosto que sigue causando la sequía, que elevó considerablemente el precio del forraje.
Si esos 30 pesos de diferencia entre ingresos y costos de cada litro se multiplican por los 3.000 litros diarios de un tambo promedio, la conclusión es que ese establecimiento perderá por día nada menos que 90.000 pesos. Es lo mismo que decir que se pierden 2,7 millones de pesos al mes.
La leche al productor
MAS BAJA
DEL MUNDO
MUNDIAL…..!!!! pic.twitter.com/s6wuLoWJ0J— E García Maritano (@egmvt) November 15, 2023
Pero -siempre hay un pero…- “como el cobro de lo que se entrega desde el primer día del mes se efectiviza 45 días más tarde (los tamberos cobran la leche entregada al 15 del mes siguiente), se le deba cargar al menos una inflación promedio mensual de 10%”, indicó respecto de este cálculo la productora y dirigente de CRA, Andrea Passerini.
El costo de la inflación se siente porque cuando el cheque por la leche finalmente se acredita, el dinero se usa para enfrentar gastos con precios nuevos.
Así, la pérdida acumulada por un tambo promedio asciende al menos a 3 millones de pesos cada mes.
Eso significa que por año la pérdida -anualizada a partir de estos cálculos- podría ser de por lo menos 36 millones de pesos.
Literalmente doblando con las puertas #SosTambos
$130 vale un chupetin, hoy para darle de comer a una vaca necesito 17 litros de su producción cuando deberíamos gastar 10 pic.twitter.com/DBfKj7skDM— Juan De Pian (@juandepian) November 15, 2023
Pero, volvemos con los mismo, si a ese dinero se le cargara el costo financiero de un plazo fijo en el Banco Nación, que es de 133% anual, a ese resultado negativo hay que sumarle 48 millones de pesos que no ingresan a la empresa, sencillamente por evitar la timba y apostar a la producción.
“En estas condiciones no hay tambo que aguante. El proceso lleva a la concentración y las políticas de supuesta ayuda que se implementan no son más que una aspirina para enfermos terminales. Pensar que con el Impulso Tambero (subsidios directos) o con la quita de retenciones esto se alivia o resuelve es una cargada al productor, que la rema en dulce de leche”, agregó Passerini.
Esta situación de rentabilidad nula y en contra es la que “explica la enorme presencia de vacas lechera en el Mercado de Cañuelas”. Las lecheras empiezan a hacerse notar allí porque, según la productora, “la situación no da para más y no hay soluciones a la vista que reviertan esto al menos de corto plazo, por eso muchos tiran la toalla”.