El seminario A Todo Trigo ya se instaló como un clásico de Mar del Plata en esta época del año, en la previa de la campaña triguera. Su leit motiv resulta ser una síntesis de la historia reciente del cereal. “En 2009 fue Salvemos al Trigo, en 2011 fue En Defensa del Trigo, en 2013 ni siquiera tuvimos lema, pero en 2018 el giro es desde una situación de defensa a Mirando al Mundo“, comentó a Bichos de Campo Leandro Pierbattisti, asesor de la Federación de Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Cereales.
“Los paneles del evento estarán articulados en el escenario acerca de cómo Argentina volvió al mundo desde finales de 2015 y esto se nota claramente en las exportaciones que hemos tenido. En la campaña 2016/17 tuvimos 12,8 millones de toneladas, sin contar la harina y el trigo candeal, lo que marcó un récord en ventas, al igual que lo registrado en los últimos dos años de producción, en donde estuvimos en los 18,5 millones de toneladas de producción”, celebró el especialistas.
Pierbattisti añadió que para la presente campaña se esperan 6 millones de hectáreas, “lo que denota una intención de siembra muy firme, con precios a diciembre en 195 dolares la tonelada, cuando el año pasado rasguñamos los 160 dólares”.
El asesor de los Acopiadores agregó que “la particularidad de este año es que Argentina se insertó en el mundo, en un mercado mundial extremadamente abultado en términos de inventarios. Hay trigo para tirar por el techo. La clave está en saber cuán disponible es ese inventario en el circuito comercial. Estados Unidos que es un jugador muy importante en el mercado triguero, fue desplazado por Rusia hace 3 años y tomó la decisión de no convalidar ciertos precios en el juego competitivo”.
“La única fuente disponible de trigo que tiene el mundo es Rusia. Argentina se colgó de esa oferta disponible, que se va poniendo cara en el tiempo porque Rusia saca el trigo más barato en junio y hasta septiembre, y luego el cereal comienza a alejarse de los puertos, lo que lo encarece por la propia logística. Por esa razón Rusia empezó a subsidiar el transporte ferroviario a partir de diciembre del año pasado”, explicó el analista.
La Argentina, por su lado, “tiene la suerte de que sale en diciembre- enero, seis meses después de que todos se matan comercialmente por vender; y este año en particular vivimos un mercado climático que no atravesamos en los últimos cinco años, lo que explica los buenos precios que estamos teniendo”, concluyó Pierbattisti.
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En materia de precios, el asesor dijo que “tenemos precios FAS llegado al puerto en 235 dólares la tonelada, cuando el FOB ruso está 215 dólares. Es decir que estamos 20 dólares arriba del mayor competidor. Esos precios están hoy y no son los que tengamos a fin de año. Ese FOB ruso cotiza para julio en 200 dólares. Por eso pienso que un precio a cosecha de 195 dólares es por demás interesante”.
Consultado por el reciente “panazo” en el que productores nucleados en el Centro de Industriales Panaderos del Oeste (Cipod), regalaron 5.000 kilos frente al Congreso de la Nación, en protesta por el tarifazo, Pierbattisti explicó que “el costo de la harina representa de un 10% a un 15% lo que es el costo total de la panificación. Cuando uno se encuentra con aumentos desmedidos en la panadería del barrio, tienen que saber que estamos hablando de un porcentaje menor en cuanto a impacto de la harina en el pan. Por eso creo que las causas de esos aumentos deben buscarlas en otro lado y no en el trigo”.