El “cepo cárnico” le pega a todos los eslabones de la cadena de la carne vacuna. Los frigoríficos reducen faenas, los empleados trabajan y cobran menos, cae el precio en el Mercado de Liniers y ahora también le pega al precio de los terneros de invernada y de las vacas, es decir, a la hacienda que venden los criadores.
En los últimos días los valores negociados de las categorías con destino a invernada se vienen negociando con quitas en remates realizados en distintas regiones ganaderas argentinas.
Hoy, por ejemplo, la firma consignataria Melicurá ofreció un remate televisado por Canal Rural, al término del cual entrevistamos a su titular, Ramón Franco, quien comentó el resultado de la subasta.
“El remate fue muy trabado, los valores de la invernada están queriendo bajar y acomodarse a lo que está pasando con la venta del ganado para faena”, explicó.
“Hoy nosotros pudimos vender el ternero liviano en valores de mercado pero el más pesado que lo llevan los exportadores o feedlots que tienen problemas serios de rentabilidad y que se negociaba a 210/215 pesos se vendieron entre 198 y 200 pesos”, comentó a Bichos de Campo.
Con respecto a los terneros más livianos de 180 a 200 kilos el precio promedio rondó los 200/205 pesos, esas haciendas hasta hace poco se negociaban en 220/230 pesos.
“La incertidumbre es lo que hace más daño porque la gente frena inversiones” dijo Franco, para luego agregar que “recién estamos empezando a ver el efecto del cierre de exportaciones porque los frigoríficos todavía no tienen ROEs para exportar y además están con el problema del rearmado de los contenedores”, en referencia a las cargas listas para colocar en el exterior que funcionarios del gobierno prohíben exportar.
Con respecto a la venta de vientres, indicó que los valores, que ya venían golpeados antes del anuncio de las medidas que implementaron el “cepo cárnico”, ahora recibieron un nuevo impacto negativo.
“Vendimos vacas generales buenas en 68.000 a 70.000 pesos, cuando antes de las medidas se negociaban a 90.000 a 95.000 pesos y lotes muy buenos incluso en 100.000 pesos”, declaró.
El operador del negocio ganadero dijo “julio y agosto será meses difíciles; no sé qué van a hacer las entidades de productores porque la situación va a ser compleja”.
La desinversión en el sector criador representa un factor crítico para el sector cárnico argentino, dado que una menor cantidad de vacas, en el mediano plazo, generará obviamente una reducción en la cantidad de terneros disponibles para engordar y eso en algún momento terminará trasladándose a los precios tanto de la hacienda como de la carne vacuna.