“Esta es la peor crisis de todas las que pasamos desde que empezamos a producir”, define sin ningún tipo de duda Tomas Lorda, uno de los socios de Energía Renovable SA (Enresa), una planta pyme de biodiesel instalada en la ciudad pampeana de Catriló. Fue la primera empresa de este tipo en la provincia de La Pampa y comenzó a elaborar en 2011 el renovable necesario para cortar el gasoil y hacerlo algo más amigable para el medio ambiente. Desde que se sancionó la Ley de promoción de los Biocombustibles en 2006, ese combustible fósil se enriquece con 10% de biodiésel..
En diálogo con el programa de radio de Bichos de Campo en Radio Rivadavia, el empresario agropecuario recordó que en aquel momento invirtieron 15 millones de dólares para ingresar a la producción de ese derivado de la soja, convencidos de que los estímulos iban a durar tanto como definía la ley. Pero no, es Argentina. “Llevamos cuatro meses en los que el sector está completamente parado. Hoy no se está cortando el gasoil con biodiesel en la Argentina”, dice Lorda.
Escuchá la entrevista completa:
Las causas de esta crisis que tiene en vilo al sector productivo son conocidas. Durante el gobierno de Cambiemos la secretaría de Energía empezó con el manoseo de los precios del biodiésel y el bioteanol (derivado del maíz y la caña de azúcar) para el corte obligatorio, que luego empeoró con el cambio de gobierno y el ascenso al poder de Alberto Fernández. Desde diciembre pasado hubo una sola actualización de los valores y fue muy escasa como para compensar a quienes transforman cultivos en biocombustible. Por eso la mayoría decidió apagar los motores hasta que aclaren las cosas. Evitan así perder más plata.
“En octubre se publicó un precio que está muy por debajo de los costos variables, con lo cual el sector está paralizado”, definió Lorda.
Si este grupo de productores de energías renovables pierde dinero, hay alguien que gana: las petroleras que refinan hidrocarburos y venden naftas y gasoil se evitan tener que comprar el biodiésel o el bioetanol para cumplir con el corte obligatorio. “Hemos mantenido reuniones con el gobierno, pero siempre notamos que se protege mucho al sector petrolero, al que se le ha llegado a poner incluso durante la crisis (por la pandemia) un barril criollo, para sostener los precios. Peor en nuestro caso hemos sido relegados”, se lamentó el vicepresidente de Enresa.
-¿En el caso de Enresa, está trabajando o la pararon?
-Las plantas están todas paradas. Hay empresas que han suspendida parte de su personal y otras han cerrado. Hay una incertidumbre total porque no sabés que camino tomar. No tenemos claro qué es lo que va a hacer el gobierno todavía. Con el aumento del aceite de soja, y la suba del dólar además, el aumento que necesitamos está cada vez más lejos. Hoy necesitamos un aumento de arriba del 40% para poder trabajar.
-Y qué hiciste con el personal?
-Hasta ahora estamos sosteniendo a la gente. No hemos tomado medidas pero lógicamente necesitamos una solución a esto.
En las próximas horas, este mismo sábado a la mañana, habrá un nuevo intento por destrabar el asunto que raya el absurdo: un gobierno desatiende todo un sector productivo sin dar explicaciones y poniendo en riesgo por lo menos 2.000 puestos de trabajo en el sector pyme del biodiésel, aunque algunos hablan de hasta 9.000 personas sumando a las empresas más grandes, que son básicamente exportadoras.
“Debería cumplirse con la ley. El argumento de los funcionarios es que la realidad argentina no admite ningún tipo de aumentos. Pero nosotros creemos que la pandemia no da derechos a incumplir cualquier ley. Eso no debería ser así”, enfatizó el agropecuario.
Lorda contó que, frente a esta indefinición del gobierno y ante la necesidad de cubrir los costos, el sector hizo una propuesta a las autoridades, que es la de reducir temporalmente el porcentaje de corte previsto por la ley (el mencionado 10%) pero cubriendo ese menor aporte de biocombustibles a un valor mayor al actual, que permita al menos cubrir los costos de los fabricantes.
“Les dijimos que estamos dispuestos a bajar el corte y trabajar con las plantas a menor capacidad, pero con un precio que cubra los costos variables. Ni siquiera estamos pidiendo tener rentabilidad. Simplemente cubrir una porción de los costos fijos. A nosotros la planta parada nos sale todos los meses unos 8 millones de pesos. Y lo que estamos pidiendo es que se nos permita cubrir al menos una porción de esos costos”, explicó Lorda sobre esa propuesta.
Los funcionarios quedaron en contestar, posiblemente este mismo sábado.