Luis María Migliaro, el coordinador de la Mesa Agropecuaria de la Fundación Alem, envió a la redacción de Bichos de Campo un cuadro que compara los precios efectivos de venta de la soja en los últimos días en el mercado local, contra los que se ofrecen para las fijaciones, es decir los negocios abiertos con granos entregados con precios a fijar en el momento en que el productor/vendedor decida cerrar la operación. Usualmente existe una diferencia que era mínima. Pero ahora la diferencia se ha estirado de modo alarmante y llega a superar el 5%.
Es decir que para el productor que decide entregar su soja a una industria con el precio abierto se lo desalienta de ese modo, con un descuento mayor al promedio histórico.
Esta es la comparación:
Para Migliaro, productor en Pergamino y especialista en el mercado agrícola de la UCR, queda muy claro que “gracias a pésimas intervenciones del Estado, padecemos una nueva distorsión de los precios relativos”. Luego consideró que “esta es una herencia más que este gobierno dejará para que lo resuelva la próxima gestión, pero se está perjudicando a los productores y consecuentemente a toda la producción agroalimentaria”.
Desde la Fundación Alem, el think thank histórico del radicalismo, consideran que esta es otra consecuencia de la decisión de Sergio Massa de provocar un anticipo de las ventas de soja a través de la mejora del tipo de cambio específico para la oleaginosa y sus derivados. Esto sucedió primero en septiembre, cuando el tipo de cambio sojero saltó de 145 a 200 pesos por dólar. Y luego se repitió en diciembre, llevando artificialmente el valor del dólar de 180 a 230 pesos.
Estos operativos amparados en la urgencia del Ministerio de Economía para subsanar faltantes de divisas, según Migliaro, no solo dejaron una pérdida directa al Estado que se resolvió con más emisión sino que “dejaron a la vista varias consecuencias que perjudican directamente a los productores, a la producción y a la transparencia del mercado”.
El coordinador de la Fundación Alema advirtió sobre todo del hecho “de que dos exportadoras multinacionales de alta participación en el mercado, como son Cargill y ADM, tomaran la decisión de informar que dejarán de establecer los valores de compra por Pizarra de los granos recibidos a fijar precio, en las entregas recibidas en depósito para luego ser comprados, cuando el entregador/vendedor decida realizar la venta”.
“Esto es para los contratos que se celebren a partir de esta comunicación, con lo cual será un problema a resolver para la próxima cosecha y gobierno, si es que los vendedores aceptan esta cláusula en los contratos”, advirtió.
Según Migliaro, en este escenario aparece este cuadro que compara los precios efectivos de la soja con los de las operaciones a fijar y que “genera escalofríos con solo verlo”. Sucede que “las diferencias negativas son los porcentajes de afectación directa que operan sobre los propietarios de la mercadería, que ven disminuidos sus ingresos por el menor valor exhibido en los precios a fijar”, explicó.
En el mismo sentido, el productor autoconvocado Silvio Montenegro se alertó cuando días atrás la aceitera AGD, que es nacional, le informó que el precio de la soja a fijar era de solo 71 mil pesos, contra un valor de mercado que por ese entonces era superior a los 84 mil pesos.
“Cuando uno entrega soja a fijar no pone precio sino recién en el momento en que necesita vender. Hasta el dólar soja de septiembre nunca hubo problemas. No sé cuál es la razón, pero las compañías empezaron aponer precios de fijaciones 10 o 12 mil pesos menos de lo que figuraba en cámara”, indicó el inquieto productor.