La cabañera Toiny Huffmann tiene casi tan pocas pulgas como Terror y Tapir, los dos ejemplares de la raza West Highland que llevó junto a su nieta a la última edición de la Exposición Rural de Palermo. Los toros se robaron las miradas de todos los visitantes por sus largos cuernos y su pelaje largo y rubio.
Acumulando 38 participaciones previas en ese evento de la mano de su cabaña familiar Curutué, ubicada en la localidad bonaerense de 25 de Mayo, Toiny –por Antoinette- ya tiene cancha para responder que esos animales no se hicieron la planchita ni los claritos.
Lo cierto es que la raza West Highland, que es conocida por su mal temperamento, proviene del norte de Escocia, donde ha logrado adaptarse con éxito a las bajas temperaturas y a alimentarse aún en los inviernos más crudos, gracias a sus cuernos que le permiten abrirse paso en la nieve.
Según comentó su nieta Victoria Balestra, se trata de una de las razas británicas más antiguas de las que se tiene registro. Pero el dato más colorido sería que se trataría de la única carne vacuna que consume la Corona.
“Esta es una raza que se originó en la región de la Corona Británica y por eso es la única carne que comen los integrantes de la realeza. No tiene ninguna característica especial esta carne, es igual a las demás, sólo es una cuestión de gusto”, dijo Balestra a la prensa.
Y aunque esa historia sin dudas potenció la curiosidad de los presentes, Toiny elige mantenerse escéptica.
“A mí me lo dijeron como verdad, pero en este país somos tan mentirosos que es chisme. Como se dice en italiano, se non è vero, è ben trovato (si no es verdad, está bien encontrado)”, admitió en conversación con Bichos de Campo.
El mote de Terror también fue de las cosas que más llamaron la atención de los asistentes, algo que la cabañera justificó por su carácter.
Si bien no es la primera vez que asisten a la Exposición y ya están acostumbrados al amontonamiento de personas fuera del box, a campo Toiny realiza numerosos esfuerzos para evitar peleas, afirmando que el mal comportamiento es hereditario y hasta un motivo para enviar ejemplares a faena.
De todos modos, es probable que la raza no regrese a Palermo el próximo año ya que están acostumbrados a climas más fríos y sufren las temperaturas moderadas, tanto así que deben ser bañados a diario.
“Lo que para nosotros es un invierno para estar muy abrigado, para ellos es verano”, señaló Balestra.
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Y casi como el jing y el jang, frente a los peludos y malhumorados toros se encontraban otros de pelo corto y muy mansos. Eran ejemplares de la raza Blonde D’Aquitaine, de origen francés, que los dueños de la cabaña importaron en la década de 1970.
“Provienen del sudoeste de Francia, de la zona de los Pirineos. Es una raza que se crea recién después de la Segunda Guerra Mundial, en cruzamiento con todas las otras razas vacunas, y se destina a carne. De esta tenemos unas 80 madres”, contó Toiny. De esa raza, la cabañera llevó a Palermo cinco ejemplares.
-¿Cuál te gustaría que sea el futuro de esta cabaña?- le preguntamos a la ganadera.
-Que alguien siga con ella.
-¿Es difícil ser cabañero en la actualidad?
-No, si sabes trabajar.