El precio promedio de la leche que reciben los tamberos argentinos mejoró algo el mes pasado. Pero aún sigue bajísimo en términos históricos.
El valor promedio ponderado registrado a nivel nacional a partir de la leche recibida por un total de 354 industrias lácteas fue el mes pasado de 26,0 $/litro versus 24,2 $/litro correspondiente a febrero de este año.
Si bien la oferta de leche sigue creciendo de la mano del efecto inercial que viene de arrastre del muy buen año 2020 que tuvo el sector tambero argentino, la mayor parte de las industrias lácteas hicieron esfuerzos para ajustar los valores abonados en la liquidación de marzo a partir de dos factores de demanda bien diferenciados.
El primero son los canales comerciales minoristas que no están bajo la lupa de los agentes de la Secretaría de Comercio Interior y que, por lo tanto, tienen margen para ajustar precios de venta con libertad, algo que no es factible en las grandes cadenas de supermercados, en las cuales las compañías lácteas no pueden zafar –en el marco del programa oficial de precios máximos– de la obligación de vender leche fresca y en polvo, crema, dulce de leche, manteca y quesos cremosos, untables y rallados a precios mayoristas que en muchos casos no llegan a cubrir los costos.
Un ejemplo claro de tal fenómeno es Punta del Agua, empresa que cuenta con su propia red de comercios minoristas, que ajustó en un 15% el valor de la liquidación de marzo pasado para abonar entre 28,0 y 28,5 $/litro a sus remitentes.
El otro factor es el mercado internacional, que, si bien por el momento representa una promesa, generaría un cambio sustancial en el poder de compra de las industrias lácteas con perfil exportador.
La aparición de la demanda china, que llevó los precios de exportación de la leche en polvo entera de las compañías de Nueva Zelanda a niveles superiores a los 4000 u$s/tonelada, cambió el escenario global lechero.
En el ámbito de influencia del océano Atlántico los nuevos valores de referencia para la leche en polvo entera oscilan entre 3600 y 3700 u$s/tonelada, aunque por el momento las industrias argentinas exportadoras no pudieron concretar negocios por esos valores en volúmenes significativos.
Por el momento la mayor parte de los embarques se destinan a Brasil. De todas maneras, se espera que próximamente puedan comenzar a cerrarse exportaciones a los nuevos valores internacionales con Argelia y Rusia, dos naciones que tienen una mayor capacidad de pago luego de la recomposición del valor internacional del petróleo registrado en los últimos meses.
En ese contexto, si bien el programa oficial de precios máximos (“Precios Cuidados”) y la pauperización social presente en el mercado argentino representan un “techo” importante para que la industria pueda mejorar su capacidad de pago, lo cierto es que nadie quiere quedarse sin leche frente a la eventual caída de la producción que se está previendo para el segundo semestre del año.
Y es que la situación de los tambos de menor escala y eficiencia en la actual coyuntura no es la mejor y muchos han comenzado a reducir los niveles de intensificación, desprenderse de parte del rodeo y, eventualmente, comenzar a realizar planes de un abandono de la actividad
Al medir la evolución del valor promedio de la leche en “moneda maíz”, se observa que el mismo cayó casi un 30% en el último año, lo que muestra claramente la leche (un producto pesificado) quedó muy desajustado respecto a insumos dolarizados como granos, balanceados, semillas, fertilizantes, fitosanitarios, insumos veterinarios y arrendamientos o costo de oportunidad de la tierra.